Estimados ciudadanos de Rusia:
Este mensaje se debe a la situación de la defensa antimisiles de los Estados miembros de la OTAN que se ha creado en Europa.
Quisiera recordarles la historia del asunto. Es bastante complicada y tiene relación con nuestros contactos tanto con EE. UU. como con los Estados de la OTAN en los asuntos de la defensa antimisiles. Quisiera recordar que cuando el presidente de Estados Unidos en septiembre de 2009 revisó los planes de su antecesor en el tema de la construcción “antimisilística” de EE. UU. en Europa, reaccionamos a tal decisión de modo bien positivo.
Aquella decisión de EE. UU. fue sensata y nos permitió concluir un importante Tratado de Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas, recientemente firmado, en el cual queda refrendada una relación inseparable entre las armas estratégicas y la defensa antimisiles. Vuelvo a resaltar que fue un logro importante.
Sin embargo, después de ello los Estados Unidos procedieron a llevar a cabo un nuevo plan de defensa antimisiles, el llamado plan de instalación por etapas. Precisamente este plan nos causa una especial preocupación dado que supone la instalación del correspondiente potencial de misiles antimisiles y de otros medios antimisilísticos cerca de las fronteras rusas y en aguas adyacentes a las costas del país.
Hace un año, en la cumbre Rusia-OTAN de Lisboa se promovió la iniciativa de crear en Europa un sistema antimisiles conjunto (en el caso de un sistema antimisiles propusimos desarrollarlo conjuntamente), un sistema creado a partir de sectores, en el que cada parte tendría a su cargo un sector concreto.
Más aún, después de ello también formulamos nuestras propuestas, estuvimos dispuestos a llevar a cabo su posterior modificación considerando las opiniones de nuestros socios de la OTAN. Pero nuestra idea fue la de conservar lo esencial. Creemos que lo esencial es que Europa no necesita nuevas líneas divisorias, sino un perímetro de seguridad único, con iguales derechos jurídicos para la parte rusa.
Estoy convencido de que hasta hoy en día un enfoque semejante abre posibilidades únicas para que Rusia y la Alianza del Atlántico Norte lleguen a la auténtica cooperación estratégica. Los rozamientos y la confrontación en nuestras relaciones los pueden reemplazar los principios de la paridad, de la seguridad indivisible, de confianza mutua y de previsión.
Desgraciadamente, los Estados Unidos de América y tras ellos otros socios de la OTAN, no expresaron una predisposición firme de seguir esta dirección. No están dispuestos, por lo menos en lo que respecta a la situación actual, a tener en consideración nuestra preocupación por la arquitectura de la defensa antimisiles europea en esta etapa y solo nos siguen convenciendo de que sus planes no apuntan contra Rusia diciendo al mismo tiempo: “No es contra ustedes, no se preocupen”, es decir, tranquilizándonos.
Pero esto es en lo que respecta al poder ejecutivo. Los legisladores de algunos países afirman directamente: “tengan en cuenta que esto va en contra de ustedes”. Y cuando planteamos la cuestión de fijarlo por escrito en forma de compromisos jurídicos exactos y más claros, nos encontramos con un rechazo rotundo.
Nosotros ocupamos una posición razonable, estamos dispuestos a discutir el status y el asunto de estos compromisos pero nuestros colegas, nuestros socios, tienen que entender que estos compromisos deben estar detallados, tener fundamento. Hay que formularlos de tal manera que Rusia, no a partir de promesas ni de algunas aseveraciones, sino basándose en criterios objetivos, en particular, técnico-militares, pueda juzgar cómo las acciones de EE. UU. y la OTAN en el ámbito de la defensa antimisiles corresponden a sus declaraciones, qué es lo que ellos hacen, si nuestros intereses no están siendo menoscabados, si no se rompe la paridad estratégica nuclear. Este es el fundamento de la seguridad moderna.
No estaremos de acuerdo con participar en un programa que en un lapso de tiempo relativamente corto —unos cinco, seis, quizá ocho años— sea capaz de debilitar nuestro potencial de contención. Precisamente este programa de la DAM (defensa antimisiles) europea ha comenzado a desarrollarse y, lamentablemente, su realización va a un ritmo cada vez más rápido: se lleva a cabo en Polonia, Turquía, Rumanía, España. Y a nosotros nos presentan hechos consumados.
Claro que el diálogo con Estados Unidos y la OTAN en el campo de la DAM continuará. En esto nos hemos puesto de acuerdo con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recientemente durante nuestro encuentro, donde de nuevo tuve que expresar con toda precisión nuestras preocupaciones. Todavía hay tiempo para alcanzar un entendimiento mutuo. Rusia tiene la voluntad política para alcanzar los acuerdos necesarios que puedan abrir una página nueva y de principios en nuestras relaciones con Estados Unidos y la Alianza del Atlántico Norte.
Si los socios honrada y responsablemente se aproximan a la consideración de nuestros intereses vitales, intereses en el área de la seguridad, entonces, estoy seguro de que podremos llegar a un acuerdo. Si nos van a ofrecer “colaborar” o, hablando sinceramente, trabajar contra nuestros propios intereses, no podremos alcanzar ningún acuerdo, no funcionará. Tendremos que dar respuestas diferentes y nuestras actividades van a realizarse de acuerdo con el desarrollo real de los acontecimientos, y además, en cada etapa que viene de la realización del plan estadounidense.
Con este motivo he tomado las decisiones siguientes:
Primero. He encargado al Ministerio de Defensa ruso que ordene inmediatamente conectar la estación de radiolocalización del sistema de aviso sobre el ataque misilístico en la ciudad de Kaliningrado.
Segundo. En el contexto de la creación del sistema de defensa aérea y espacial de Rusia en primer lugar será reforzada la protección de las bases de las fuerzas estratégicas nucleares.
Tercero. Los misiles balísticos estratégicos, que entran en servicio en las Fuerzas de Misiles Estratégicos y de nuestra Marina de Guerra serán equipados de complejos de penetración de la DAM y de nuevos bloques de combate de alto rendimiento.
Cuarto. He planteado como objetivo para las Fuerzas Armadas desarrollar medidas que garanticen, en caso de necesidad, la destrucción de los sistemas de control y de información de la DAM. Las medidas indicadas son adecuadas, eficaces y de bajo costo.
Quinto. Si las medidas enumeradas no son suficientes, la Federación Rusa desplegará en el oeste y este del país misiles móviles, que aseguren la destrucción del componente europeo de la DAM. Una de estas medidas será el despliegue del complejo de misiles ‘Iskander’ en el área de Kaliningrado.
Serán preparados y, en la medida en que resulte necesario, se realizarán otras actividades que contrarresten el componente europeo de la defensa antimisiles estadounidense.
Luego. En caso de desarrollo desfavorable de la situación, Rusia se reserva el derecho a rechazar posteriores medidas de desarme y, respectivamente, del control de armas.
Además, dado el vínculo indisoluble entre las armas ofensivas estratégicas y las armas defensivas, pueden surgir bases para que nuestro país salga del Tratado START. Esto está previsto por el mismo Tratado.
No obstante, una vez más quisiera subrayar que no estamos cerrando la puerta ni para la continuidad del diálogo con Estados Unidos y la Alianza del Atlántico Norte respecto de las cuestiones de la defensa antimisiles, ni para la colaboración práctica en este campo. Estamos listos para ello.
Sin embargo, el camino hacia este trabajo pasa por la creación de un marco jurídico claro para nuestra cooperación; una base tal, que asegure la consideración de nuestros intereses. Estamos abiertos al diálogo y esperamos que nuestros socios occidentales nos respondan con un enfoque constructivo y razonable.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/rusia/issue_32764.html