Mientras la mayor parte de la industria ligada a la música, en especial las grandes discográficas, han optado por criminalizar a sus clientes promoviendo legislación basura como SOPA, HADOPI o nuestra querida Ley Sinde, en Canadá quieren hacer las cosas diferente. Quieren hacerlo bien.
Mientras todas las leyes basura promovidas por la industria están destinadas a “luchar” contra la “piratería” ilegalizando el concepto de compartir ficheros, la Asociación de Autores de Canadá (Songwriters Association of Canada en sus siglas en inglés), que agrupa tanto a autores como interpretes musicales, cree que Internet ha reavivado el negocio musical, y por eso quiere legalizarlo para que todos, autores, músicos y el público general, salgan beneficiados.
La SAC cree que el público debería tener acceso a toda la música del mundo, cosa que sólo puede ser posible gracias a la tecnología que proporcionan los sistemas de intercambio de ficheros, como el p2p, además de creer también que los artistas pueden recibir también los frutos por su trabajo. Para la SAC, intercambio no es sinónimo de pérdida.
Todos hemos compartido música y siempre lo haremos. La música que compartimos define quienes somos, y quienes son nuestros amigos y compañeros. La importancia de la música en el tejido de nuestra cultura, y también por el resto del mundo, está intrínsecamente ligada a la experiencia de compartir.
Según la asociación canadiense, el intercambio de ficheros en Internet debería ser tomado como una oportunidad y no como una amenaza para la industria musical, lanzando un mazazo contra las posturas rígidas de las discográficas en tanto a cualquier innovación tecnológica. Recordemos que la industria de la música ya aseguró que el fonógrafo, la radio, la televisión, las cintas de casete y cualquier otra innovación iba a terminar con todo. Y sin embargo, ahí siguen, en sus trece.
En una entrevista con Torrentfreak, el vice-presidente de la SAC Jean-Robert Bisaillon comenta que
La práctica del intercambio de ficheros en Internet es imparable. Por eso queremos establecer un régimen que permita a todos seguir haciéndolo sin estigmatizar al público y, en vez de eso, encontrar una forma para que tanto artistas como propietarios de derechos puedan recibir una compensación por aquello que se comparte. Otra de las ventajas que incluye el intercambio p2p es la posibilidad de encontrar y descubrir música que no está disponible comercialmente, encontrar ficheros de calidad [digital] superior, poder escuchar música aún cuando uno no pueda permitírselo económicamente, así como descubrir nuevos grupos y músicos y recomendárselos a los amigos.
Baillon también dijo que no todo lo que hacen las discográficas es en interés de músicos y artistas, pero que éstos aún dependen de ellas aunque no estén de acuerdo con las prácticas que realizan.
Los grandes sellos seguirán intentando controlar el mercado durante todo el tiempo que sea posible y siempre que piensen que el mercado vaya a generar beneficios, incluso cuando éstos provengan de acciones legales. Intentarán seguir con cualquier línea que crean que les ayudará a mantener su control en el mercado, incluso cuando eso signifique que los proveedores, músicos y demás, no reciban una remuneración acorde.
Paralelamente, intentarán minimizar cualquier otra opción que pueda hacer disminuir ese control, incluyendo amenazas y desinformación. Tienen la capacidad económica y los contactos políticos para hacerlo.
Que las asociaciones de autores de verdad, no esas asociaciones de gestión de derechos de autor que estafan a la mayoría de sus asociados y les engañan para que apoyen políticas de criminalización de sus clientes, salgan a decir lo que muchos hace tiempo que decimos, que toda la legislación anti-piratería no es más que un nuevo intento por parte de los grandes sellos discográficos para mantener el control del mercado (y que además no funciona), resulta gratificante.
Habrá que ver cómo se desarrolla esta visión y cómo termina materializándose. Lo que está claro es que cada vez más autores, de los que trabajan, no de los cuatro faranduleros que viven de renta, están empezando a cuestionar el modelo actual de la industria de grabaciones musicales, que se dedica a asegurar que les defiende mientras que por detrás les sangra, a la vez que criminaliza a los que deberían ser sus clientes.
No, convertir en delincuente a quien quieres que te compre algo no solo no funciona, si no que se vuelve en tu contra. La industria de las discográficas lo está haciendo mal. En Canadá, al menos, los autores quieren hacerlo bien.
Vía | Torrentfreak
http://www.nacionred.com/legislacion-pi/autores-canadienses-a-favor-de-legalizar-el-intercambio-p2p