Archivo por días: diciembre 27, 2011

Cuando un experimento contradice el dogma darwinista del más apto.

La idea de Darwin de que sólo los individuos más aptos sobreviven ha sido cuestionada por una nueva investigación publicada en la revista Nature. El hallazgo desafía nuestra comprensión actual de la evolución, demostrando que la biodiversidad puede evolucionar incluso cuando se pensaba imposible.

El trabajo representa un nuevo enfoque al estudio de la evolución que eventualmente puede conducir a una mejor comprensión de la diversidad de las bacterias que causan las enfermedades humanas.

La sabiduría convencional dice que para cualquier lugar determinado la especie mejor y más fuerte en el tiempo dominará hasta excluir a todos los demás. Este es el principio de la supervivencia del más apto. Los ecologistas lo llaman a menudo la idea del «principio de exclusión competitiva” y predice que los entornos complejos son necesarios para apoyar a las complejas y diversas poblaciones.

Sin embargo los microbiólogos han puesto a prueba este principio mediante la construcción de ambientes muy simples en el laboratorio para ver qué pasa después de cientos de generaciones de evolución bacteriana (el equivalente a cerca de 3.000 años en términos de evolución humana).  Según la creencia darwiniana el genoma de la bacteria más apta debería prevalecer, sin embargo este no ha sido el resultado de estos experimentos “evolutivos”. Los experimentos generaron una gran cantidad de diversidad genética inesperada.

Francisco P. Chávez Ph.D. Departamento de Biología. Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
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Transgénicos en Colombia: y tú, ¿sabes lo que comes?

Los cultivos y los alimentos transgénicos en Colombia
por Germán Vélez Ortiz

Colombia posee características ecológicas, geográficas y culturales, que le proporcionan potencialidades y posibilidades para su desarrollo. Es el segundo país con mayor biodiversidad del planeta, se calcula que posee el 10% de la biodiversidad mundial, unas 45.000 especies vegetales y una gran variedad de especies animales.
Posee prácticamente todos los climas y es uno de los países con mayores fuentes de recursos hídricos, presentes en ecosistemas marinos como terrestres, especialmente ubicados en 27 humedales complejos de las regiones Caribe, Andina, Pacífica, Orinoquía y Amazonía. Adicionalmente, Colombia posee una gran diversidad étnica y cultural, ya que convive la población mestiza, negra y campesina, con más de 84 pueblos indígenas que hablan 64 lenguas.

En las últimas décadas se han presentado cambios que han afectado los ecosistemas y las formas de vida de la población, acompañados de la pérdida de la biodiversidad agrícola y silvestre y de los sistemas productivos tradicionales, lo cual se ha reflejado en una profunda crisis de la producción agropecuaria y de la seguridad alimentaria nacional. Algunas de las causas de esta crisis se deben a problemas estructurales y otras a las erróneas políticas del Estado, entre los que se destacan:
• Colombia es uno de los países de América Latina con una distribución más inequitativa de la riqueza y especialmente de la propiedad de tierra, la cual está concentrada en pocas manos, lo que ha generado fuertes impactos económicos, políticos y sociales (Tabla 1).
• Las erróneas políticas gubernamentales han promovido la producción agropecuaria con modelos de “revolución verde”, basados en monocultivos de alto consumo de agroquímicos, maquinaria y semillas, mal llamadas “mejoradas”, que en realidad son semillas de “alta respuesta” a insumos.
• En la última década, han sido abandonadas más de 1´750.000 hectáreas de tierras de cultivos transitorios o se han convertido en pastizales de ganadería extensiva, lo cual ha estado acompañado de la pérdida de más de 120 mil empleos rurales.
• La deforestación de bosques andinos y tropicales (se talan mas de 100.000 hectáreas/año), tiene gran impacto sobre la biodiversidad y los suelos.
• La sustitución de sistemas productivos tradicionales y convencionales por cultivos ilícitos.
• En los últimos 15 años, la guerra interna ha generado el desplazamiento de más de 2´700.000 personas de las zonas rurales.
• Una profunda crisis del sector agropecuario, el conflicto armado, la extrema pobreza de gran parte de la población rural y la falta de alternativas de producción sustentables para la población rural.
La ley del embudo Norte – Sur
En general, los países del Sur han tenido que desmontar los ya casi inexistentes subsidios a la producción agropecuaria, mientras que en Europa y Estados Unidos han aumentado escandalosamente los subsidios a los agricultores, la única posibilidad para que este modelo de producción sea viable económicamente. En los países del Norte se dan subsidios al sector agrario por más de 300.000 millones de dólares anuales, permitiendo ofrecer sus enormes excedentes de producción a precios totalmente irreales, mediante la competencia desleal y el “dumping”. Esto ha distorsionado hasta tal punto los mercados, que ha hecho inviable la producción de alimentos en la mayor parte de los países del Sur y ha limitado la posibilidad de que sus agricultores compitan en igualdad de condiciones. Por eso, resulta más costoso producir un kilo de maíz en Colombia, que producirlo e importarlo de Estados Unidos, incluido el subsidiado.
Bajo el modelo de liberación de mercados se plantea que la producción agrícola en el mundo, debe basarse en el concepto de la “competitividad”, pero los países desarrollados no reconocen las distorsiones de los mercados que está causando la protección mediante subsidios a sus agricultores, al tiempo que se exige eliminar estos subsidios a los países del Sur y reducir los aranceles para las importaciones agrícolas, lo que ha generado efectos críticos en la oferta nacional.
El gobierno colombiano ha emprendido la apertura generalizada a las importaciones de los productos básicos de la agricultura y la alimentación, cumpliendo las directrices contempladas en el «Acuerdo sobre Agricultura de la OMC», sobre liberación de la agricultura y desmonte de subsidios a los agricultores de los países del Sur, y también siguiendo las directrices de los acuerdos bilaterales de comercio, establecidos principalmente con Estados Unidos.
Ahora Colombia depende de alimentos básicos importados, siendo Estados Unidos, Canadá y Argentina los principales proveedores de maíz y soja. Esta apertura a las importaciones ha tenido un fuerte impacto en la economía nacional, ya que ha producido un gran desabastecimiento de alimentos junto con la pérdida de los sistemas de producción nacional, especialmente de los pequeños agricultores, que los ha llevado a la ruina y ha reducido las limitadas posibilidades de supervivencia del campo. Estos agricultores son los que históricamente han sustentado gran parte de la seguridad alimentaria del país: sí tomamos toda el área cultivada para el 2000, los pequeños agricultores sembraron el 80% del área del maíz, el 89% de la caña panelera, el 89% del Fríjol, el 75.5% de las hortalizas y el 86% de la yuca.
De exportadores a importadores netos de alimentos
Al revisar la situación del sector agrícola de Colombia, en la última década ha disminuido en más del 60% el área sembrada con cultivos transitorios y se ha desarticulado la producción agrícola campesina. Por ejemplo, al comenzar la década de 1990 se producía internamente el 95% del maíz de consumo nacional, pero para el año 2002 se importaron más de dos millones de toneladas, lo que representa el 75% del maíz que requiere el país (Colombia es el sexto importador de maíz proveniente de Estados Unidos). Situación similar ha ocurrido con la soja: la producción nacional pasó de 193.597 toneladas en 1991 a 55.656 en el 2001, disminuyendo el 73% de la producción y el 77% del área cultivada. En el caso del algodón, en 1991 la producción nacional fue de 414.539 toneladas, pero en el 2001 solamente se produjeron 122.682 toneladas, disminuyendo el 70% de la producción y el 79% del área cultivada.
Paradójicamente, la fuerte disminución del área agrícola ha estado acompañada del aumento descomunal del uso de plaguicidas: en 1990 la importación de herbicidas, insecticidas y fungicidas sumó 33.6 millones de dólares, pero en 1999 fue de 80 millones de dólares; es decir, aumentó en 237%. Esto indica que la crisis del sector agrícola del país está relacionada con la insostenibilidad de un modelo productivo que hace depender la producción del uso generalizado de agroquímicos, con los ya muy conocidos impactos ambientales y de salubridad pública.
El país dejó de ser autosuficiente en la producción nacional de alimentos e incluso pasó de ser exportador, de productos como arroz, maíz, papa, algodón, a ser importador neto de alimentos de la mayor parte de los productos que sustentan la agricultura y la alimentación. Es una vergüenza nacional que un país con enorme potencialidad para la producción de alimentos, haya importado en el 2002 ocho millones de toneladas de alimentos básicos, como maíz, soja, arroz, trigo, sorgo, ajonjolí, azúcar, legumbres, frutales, cacao, lácteos, huevos, aves, carnes rojas, pescados, tal como lo reflejan las estadísticas del Ministerio de Agricultura.
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Una novedosa tecnología permite crear chips autorreparables

stá basada en microcápsulas de metal líquido que subsanan cualquier grieta de los circuitos integrados, de forma casi inmediata

Cuando un diminuto circuito, integrado en un chip, se rompe o falla, todo el chip, e incluso todo el dispositivo que contiene al chip, se estropea. ¿Qué pasaría si dicho circuito pudiera arreglarse solo, con tanta rapidez que ni siquiera se note que se ha roto? Científicos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, han conseguido desarrollar una técnica que consigue precisamente eso: su sistema detecta cualquier rotura dentro de un circuito integrado y la repara sobre la marcha, en un intervalo de tiempo menor que el de un parpadeo. Y todo ello, sin que los usuarios se den cuenta. El avance podría ayudar a prolongar la vida de los dispositivos electrónicos y a mejorar las baterías. Por Yaiza Martínez.

Proceso de reparación por microcápsulas cargadas de metal líquido. Fuente: Universidad de Illinois.

Proceso de reparación por microcápsulas cargadas de metal líquido. Fuente: Universidad de Illinois.
Cuando un diminuto circuito, integrado en un chip, se rompe o falla, todo el chip, e incluso todo el dispositivo que contiene al chip, se estropea. ¿Qué pasaría si dicho circuito pudiera arreglarse solo, con tanta rapidez que ni siquiera se note que se ha roto?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, ha aplicado a sistemas eléctricos su experiencia en polímeros autorreparables, para desarrollar una tecnología que podría aumentar la vida útil de los dispositivos electrónicos y de las baterías.

En concreto, los ingenieros han desarrollado un sistema que se autorrepara y que restaura la conductividad eléctrica de un circuito roto, en menos tiempo de lo que dura un parpadeo.

Dirigidos por el ingeniero aeroespacial Scott White, y la ingeniera especializada en ciencias de los materiales, Nancy Sottos, los investigadores han publicado los detalles de su desarrollo en la revista Advanced Materials.

Simplificar los sistemas

Según declaraciones de Jaffrey Moore, otro de los autores del avance, recogidas en un comunicado de la Universidad de Illinois, esta novedosa tecnología simplificará los sistemas electrónicos.

Gracias a ella, en lugar de tener que fabricar en exceso para sustituciones o de tener que fabricar sensores de diagnóstico para controlar el funcionamiento de los circuitos, éstos se podrán reparar los problemas por sí solos, explica Moore.

A medida que los dispositivos electrónicos evolucionan para llevar a cabo tareas cada vez más sofisticadas, la densidad de los chips va en aumento.

Esta mayor densidad da lugar a muchos problemas de fiabilidad, y a fallos como los originados por las temperaturas fluctuantes derivadas de la propia operatividad o de la fatiga de los dispositivos. Cualquier problema en cualquier punto de los circuitos puede acabar con todo el aparato.

De izquierda a derecha: Nancy Sottos, Scott White y Jeffrey Moore, autores del avance. Fuente: Universidad de Illinois.

De izquierda a derecha: Nancy Sottos, Scott White y Jeffrey Moore, autores del avance. Fuente: Universidad de Illinois.
Las soluciones en estos casos, según Sottos, son muy limitadas: “hay pocas posibilidades de reparación manual. A veces no se puede acceder al interior (de los sistemas). En un circuito integrado multicapas, por ejemplo, no existen aperturas. Normalmente, para repararlo sólo queda reemplazar el chip entero. Lo mismo ocurre con las baterías: habría que destrozarlas para encontrar el origen del fallo”.

Como consecuencia, la mayoría de los dispositivos electrónicos precisan ser sustituidos con cierta frecuencia, lo que da lugar a demasiados desechos electrónicos.

Cómo funciona

Para desarrollar la tecnología de autorreparación, los investigadores de Illinois crearon en primer lugar un sistema de autorreparación de materiales poliméricos, que adaptaron posteriormente a sistemas conductores.

En concreto, los científicos diseminaron pequeñas microcápsulas de un diámetro de tan solo 10 micras (una micra equivale a 0,001 milímetros) sobre un cordón de oro que funcionaba como circuito.

Cuando en este cordón se produjo una grieta, las microcápsulas se rompieron y liberaron un metal líquido contenido en su interior. Este metal se introdujo en la grieta del circuito, reparándolo y permitiendo que en él se restableciera el flujo eléctrico.

Con este método, se consiguió restablecer el 99% de la conductividad original del oro. Este porcentaje de éxito se repitió en un 90% de los casos probados, incluso usando una pequeña cantidad de microcápsulas.

Los científicos explican que estas microcápsulas sólo se abren al ser interceptadas por una grieta, por lo que la reparación se produce únicamente en el lugar que se ha roto, y no por toda la superficie del conductor.

Múltiples ventajas

La principal ventaja de esta tecnología es que no requiere de intervención humana ni de diagnósticos previos. Por esta razón, puede resultar muy útil para la reparación de dispositivos que no pueden abrirse, como las baterías.

Asimismo, también podría servir para aparatos a los que no puede accederse, como los dispositivos presentes en satélites o naves espaciales.

Por otro lado, este sistema de autorreparación es autónomo, algo que resulta fundamental en ciertas condiciones: “En una nave espacial hay miles y miles de cables de conducción. A menudo se desconoce dónde se producen los fallos. El carácter autónomo en este contexto es fantástico: el sistema sabrá lo que se ha roto y dónde, incluso aunque nosotros no lo sepamos”, explica Sottos.

Según White, éste es el primer ejemplo del uso de microcápsulas reparadoras aplicadas a la conductividad. Hasta la fecha, este tipo de microcápsulas había sido utilizado para reparaciones estructurales, pero no para reparación de dispositivos electrónicos. Los resultados demuestran, por tanto, que el concepto puede ser trasladado a otros campos.

Los científicos planean ahora afinar el sistema y explorar otras posibilidades. Particularmente, están interesados en aplicar esta tecnología de autorreparación por microcápsulas a baterías, para mejorar la seguridad y duración de éstas.

http://www.tendencias21.net/Una-novedosa-tecnologia-permite-crear-chips-autorreparables_a9173.html?preaction=nl&id=1453142&idnl=103385&

Los gemelos de la Armada coinciden por primera vez en la Base Naval

Nuevos gastos militares en España

El Arsenal se prepara para recibir por primera vez a los gemelos de la Armada. El Meteoro coincidirá a partir del martes con la llegada inaugural del Rayo, que está completando su preparación. Los dos buques de acción marítima (BAM) reemplazarán a las corbetas y patrulleras con base en Las Palmas, una vez se complete la entrada de las otras dos unidades similares, Relámpago, prevista para finales de febrero, y Tornado, en julio. El coste de todas ellas ronda los 360 millones de euros.
Las más moderna generación de barcos de la Armada comienza a tomar posiciones en la Base Naval de Las Palmas. El 22 de agosto entraba por la bahía de La Luz el buque Meteoro, que representa la avanzadilla de esta nueva flota naval de altas prestaciones tecnológicas, que se encargará en los próximos años de controlar el tráfico de armas, droga, el terrorismo, las labores medioambiental y, en definitiva, combatir las principales amenazas próximas a Canarias.
El martes hará también su primera escala una unidad gemela, el Rayo. Ambos están completando el periodo de pruebas, antes de estar plenamente operativo para la Armada española.
Puertos de escala
El Meteoro ha permanecido 110 días fuera de la Isla, de los cuales 65 se los pasó en el mar. En este tiempo ha completado unas 14.000 millas. El Mando Naval asegura que el programa se completó «de forma satisfactoria», aunque no estará plenamente operativo hasta principios de marzo. En su salida ha visitado los puertos de San Fernando, Cádiz, Rota, Cartagena, Alicante, Barcelona, Lisboa, Marín, Vigo, Palma, Mahón y Argel.
Mientras, el Rayo permanecerá en el Arsenal hasta el día 8, cuando emprenderá un crucero de resistencia para comprobar durante un mes que todos su equipos y sistemas funcionan correctamente. Se estima que reciba la certificación en junio.
Estos barcos tienen nuevas réplicas. El Relámpago llegará a Las Palmas a finales de febrero y Tornado, en julio de 2012, con lo que se completará la nueva flota. Cada unidad cuenta unos 90 millones, con lo cual la inversión total alcanzará los 360 millones.