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Gran Bretaña, considerada por muchos como un país con muchas posibilidades para vivir, es una pesadilla para los inmigrantes sin papeles, entre ellos una gran porción de indios.
En esta paradoja puede encajar bien la historia de Gurav. Este joven de la India teniendo todas las comodidades y sin la necesidad de trabajar en su país, se marchó a Reino Unido con la esperanza e ilusión de conseguir dinero rápido para poder triunfar.
«Todos los jóvenes que están en la India creen que en Inglaterra hay mucho dinero. Pero ellos no saben la difícil situación», dice este inmigrante. Explica que él y otros en la misma posición están realizando trabajos que nunca hacían en la India por ser de buenas familias.
Pero este no es el único caso. Algunos entran en Reino Unido de manera ilegal en la parte trasera de camiones, ayudados por traficantes que les cobran miles de dólares por sus servicios. Tales inmigrantes viven en condiciones precarias, con los bolsillos vacíos y sin ninguna oportunidad de lograr un trabajo digno.
La miseria es su única compañera, pero esta es aún peor que a la que estaban acostumbrados antes de emprender su viaje. A este perfil responde el hindú Lakhwinder Singh. El hombre dice que tiene que dormir en contenedores porque no tiene trabajo.
Son ejemplo de dos vidas paralelas, dos inmigrantes sin documentos. Aunque buscaron una vida mejor, ahora es un sufrimiento para ellos vivir en Gran Bretaña. La imposibilidad de alcanzar un estatus legal les prohíbe la oportunidad de lograr su sueño. Además, no solo fueron con la falsa idea de encontrar mucho dinero, sino que cometieron un error aún más grave: decidieron destruir sus pasaportes sin saber que ese mismo documento les podría llevar de vuelta a su patria.
Los funcionarios de la aduana dicen que cada caso de deportación debe ser tratado individualmente. En ocasiones puede ser complejo porque varios de ellos no tienen documentos de viaje o simplemente no quieren cumplir con los procesos de documentación. «En el caso de los nacionales de la India, se está trabajando con el alto comisionado para acelerar el tiempo necesario y poderlos llevar a su país de origen», dice un aduanero.
Ahora tanto Gurav como Lakhwinder quieren volver a soñar pero esta vez en su patria, donde esperan encontrar todas las oportunidades que jamás hallaron fuera de sus fronteras.
El año pasado cerca de 13.000 inmigrantes ilegales querían volver a su país, en contraposición con los centenares que había en 2005. Según datos del Ministerio del Interior británico, ahora en el país residen unos 600.000 inmigrantes ilegales en una población total de unos 60 millones.
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