Una compra sin engaños. Con ese objetivo trabaja desde hace seis años la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés) para contar con un listado riguroso de propiedades saludables de alimentos y productos que la industria podrá utilizar en su publicidad. La agencia dictamina si los productos que anuncian beneficios como «reduce el colesterol», «favorece el crecimiento» «adelgaza» o «potencia su memoria» han demostrado estas propiedades con los conocimientos científicos actuales. Se trata de que no haya engaños ni se abuse de efectos milagrosos sobre la salud si no se ha probado.
El Diario Oficial de la Unión Europea publicará previsiblemente este jueves la lista de alegaciones definitiva. En este último análisis exhaustivo se han autorizado 222 alegaciones de las más de 44.000 solicitudes que elevaron todos los países europeos. Algunas de las alegaciones solicitadas estaban repetidas, pero la agencia europea desmonta los argumentos de más de dos mil peticiones por falta de rigor científico que la industria había utilizado o pretendía utilizar en su etiquetado.
Nutrientes esenciales
Los mensajes que Europa permitirá utilizar se refieren a nutrientes esenciales, vitaminas o minerales, considerados necesarios para el correcto funcionamiento y desarrollo de diferentes funciones fisiológicas y tejidos, como la vitamina B6, los betacarotenos, el calcio o la coenzima Q10 y cómo se podrán promocionar. También se citan alimentos como los arándanos, la acerola o el café. No hay referencias expresas a marcas comerciales, pero les afectará directamente.
Ahora lácteos conocidos, como el Actimel, solo podrán utilizar etiquetas genéricas sobre las vitaminas o minerales que incorpore y «vender» sus beneficios. El antiguo lema «Ayuda a tus defensas» no se podrá recuperar, pero Danone sí podrá ensalzar la capacidad de la vitamina B6 que incluye su producto y que según el último dictamen sí es necesaria para el sistema inmune. O potenciar en sus mensajes el poder del calcio en las condiciones que marque el reglamento europeo.
Chicles «anticaries»
Entre las alegaciones que han superado el dictamen europeo están las referencias al chicle sin azúcar. Los anuncios que hoy aconsejan mascar chicle para prevenir la aparición de la caries podrán seguir haciéndolo si tienen un 100% de una sustancia llamada xylitol u otros edulcorantes como el sorbitol. Se considera probado que pueden disminuir la placa bacteriana, un factor de riesgo en la caries. Eso sí en la letra pequeña deberán advertir que se tendrá que utilizar, al menos tres veces al día después de las comidas.
Esta es casi la única alegación que se ha autorizado sobre la protección dental. Se consideran falsas otras peticiones de la industria, como que los zumos con calcio puedan evitar la erosión dental en los niños.
En el camino han caído alegaciones que se llevaban utilizando desde hace años, como los beneficios de la soja. Leches, yogures y otros productos que incorporen soja ya no podrán afirmar que previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares al reducir el colesterol. Tampoco las cremas podrán resaltar el poder de los betacarotenos para «neutralizar los radicales libres» y «luchar contra el envejecimiento». Los ojos críticos de los expertos de la UE no apoyan que la acerola «proteja el ADN» ni que los arándanos reduzcan las infecciones en el tracto urinario femenino.
Europa también ha echado por tierra todas las propiedades beneficiosas de las bifidobacterias en relación a sus efectos sobre la regularidad, la flora intestinal o la digestión y que durante tantos años los productos lácteos han explotado.
No se da por bueno el supuesto efecto sobre el crecimiento infantil en las barras de chocolate Kinder. La marca Ferrero, dueña de Kinder, se anticipó al dictamen europeo y retiró esta leyenda hace meses de sus etiquetas.
Entra en vigor en diciembre
El listado entrará en vigor el próximo mes de diciembre y será de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea. No será el último. «Este reglamento es un proyecto vivo que irá alimentándose con nuevas propuestas y nuevos estudios científicos», explica Dolores Gómez, técnico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN). Lógicamente, este listado es susceptible de ser modificado si aparecen nuevos trabajos científicos que descarten lo que se ha decidido ahora.
La lista de alegaciones es «excesivamente larga», en opinión de organizaciones de consumidores como la OCU. Y «muy útil y beneficiosas», según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN). «Es un gran avance para la industria de la alimentación y para los consumidores», asegura Dolores Gómez, técnico de la agencia española.