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Sabemos que somos inmortales y que nuestro auténtico yo no reside en el cuerpo, también sabemos que nuestro auténtico yo, no está ni siquiera en el mismo tiempo que nuestro avatar (nuestro cuerpo), sabemos que el infierno o el cielo son una realidad mucho más tangible que el aparente mundo donde vivimos.
Todo esto que parece de locos y fruto de una novela de ciencia ficción, ha sido aceptado por todas las culturas antiguas. Esas que hemos despreciado, masacrado, e intentado destruir inculcando los valores del materialismo y haciendo olvidar el conocimiento antiguo que fue sustituido por el científico que se aparta de toda espiritualidad.
Los documentos más antiguos sobre la vida del hombre demuestran que los sueños siempre han sido considerados como algo muy importante. Los antiguos egipcios creían que eran mensajes de los dioses y fueron quienes elaboraron el primer libro de los sueños y pioneros en la teoría de contrarios. Es decir, soñar con la muerte sería símbolo de larga vida. Nos constan varios ejemplares sobre los sueños de los asirios, de los griegos, judíos y babilonios. Luego el Antiguo Testamento está lleno de sueños. En todas las culturas antiguas se pensaba que los sueños eran mensajes de los dioses.
Vamos a hablar del sueño, de los sueños, de nuestros sueños
El ser humano pasa una tercera parte del día durmiendo. Dormir es una necesidad física muy fuerte que nos aparta de nuestra actividad normal. Las pautas del sueño son las mismas con independencia del clima o situación geográfica de la persona, así las largas horas de noche del ártico no producen pautas de sueño distintas. El ciclo del sueño parece estar regulado por el ritmo circadiano, proceso biológico que se produce regularmente con intervalos de veinticuatro horas. Es por ello que a nuestro cuerpo le cuesta adaptarse unos días a un cambio de horario, tanto en cuanto al sueño, como también ritmo cardíaco, la presión arterial, el metabolismo y actividades psicológicas inconscientes
Según los estudios realizados hasta el momento que reflejan la actividad cerebral durante el sueño, existen cuatro estadios regulares y recurrentes que comienzan en un estado similar a la vigilia y terminan en un estado similar al del coma. Esta onda cíclica del sueño, del más ligero al más pesado, se repite varias veces durante la noche y dura aproximadamente noventa minutos. Después del primer ciclo de sueño, al pasar de nuevo al estadio uno, es cuando se producen los sueños
Carl Gustav Jung, admirador y seguidor de Freud aunque difería con él en algunos aspectos: «Nunca puede estar de acuerdo con Freud en que el sueño es una fachada tras la que se esconde su significado, un significado ya conocido pero maliciosamente oculto por la conciencia. Para mí, los sueños son una parte de la naturaleza que no tienen intención de engañar, sino de expresar algo lo mejor que pueden». Según Jung los sueños más significativos proceden del nivel más profundo del inconsciente colectivo. Una de sus teorías más fascinantes es la de la persona y su sombra. La persona es el carácter que asumimos durante nuestra vida cotidiana, la sombra es el que reprimimos y sale a flote en los sueños.
El filósofo René Descartes se preguntaba si había algo más real que un sueño, llegando a confundir la realidad con los sueños. Calderón de la Barca comparte la misma confusión: «Porque si ha sido soñado lo que vi palpable y cierto, lo que veo será incierto, y no es mucho que rendido, pues veo estando dormido, que sueño estando despierto
Durante nuestra actividad normal, nuestro inconsciente está almacenando absolutamente toda la información que en ningún caso se está procesando de forma consciente. El inconsciente (Nuestro yo real) es la puerta de entrada a otra dimensión; donde se almacena incluso la información sobre nuestras vidas pasadas. El inconsciente se comunica con el consciente en procesos automáticos que no sabemos controlar, de forma que, por ejemplo, en una situación de peligro se pondrían en marcha mecanismos de defensa en los que no interviene la mente consciente. Sin embargo durante los sueños nuestro inconsciente nos habla, normalmente de una forma arbitraria en función de lo que estamos viviendo
Podemos utilizar nuestra mente inconsciente, por ejemplo, para encontrar cosas que nuestro consciente ha perdido. También podríamos preguntarnos a nivel inconsciente todo aquello que de una forma consciente parece tenernos en un callejón sin salida o ante la duda. Para ello, es tan simple como ordenar a nuestro inconsciente que nos traslade la información que necesitamos durante el sueño y que lo recuerde en el momento de despertarnos. Haciendo estos ejercicios habitualmente antes de ir a dormir, en breve conseguiremos mucha información que habitaba inaccesible en los confines de nuestra mente.
Así pues, el sueño es el vehículo de comunicación con nuestro autentico yo, con la auténtica realidad.
¿Qué más cosas podemos saber del mundo que rodea a nuestro ser?
Antes de nada quiero recordar a los lectores un artículo ya publicado en el blog
El Doble – La Teoría del desdoblamiento
Este artículo es un resumen de un libro que explica detalladamente cómo realizar esta comunicación con nuestro yo, y sacar partido de su sabiduría
El DOBLE – LA TEORÍA DEL DESDOBLAMIENTO
Hemos dicho que nuestro yo real se encuentra en un tiempo diferente.
Imaginemos dos mundos idénticos que transcurren a diferente velocidad, uno más lento y el otro más rápido, de tal forma que éste más rápido (imperceptible por tanto al otro) puede informar sobre lo que acontece a este más lento y así poderse beneficiar de esta información y tomar el camino más adecuado en el vivir cotidiano.
La información entre los dos mundos se intercambia mediante aperturas temporales entre los distintos tiempos.
El cuerpo visible (nuestro avatar dirigido por nuestro ego) explora el espacio en nuestro tiempo, el otro, (nuestro ser real) totalmente imperceptible, viaja en los diferentes tiempos de nuestro desdoblamiento.
De manera esquemática podemos decir que un cuerpo energético (ser real) informa a nuestro cuerpo físico (avatar). Toda partícula emite y recibe ondas. Todo organismo recibe informaciones para vivir y sobrevivir.
El presente (de nuestro avatar) actualiza futuros potenciales creados por su pasado. Un cambio de pensamiento de un segundo crea numerosos potenciales.
En el tiempo de nuestro sueño vivimos en un tiempo diferente del nuestro. Es en el sueño paradoxal (sueño rápido) que dura unos 110 min cuando se produce este intercambio de información.
Nuestro ser espiritual está a nuestro servicio, esperando contactar con nosotros para transmitirnos los mejores instintos de supervivencia, ya que él viaja al futuro y nos transmite la información.
La información del futuro, es el control que nos equilibra. Tenemos varias potencialidades en nuestro futuro. Se trata de escoger la mejor para beneficio nuestro y de nuestro planeta, aprendiendo a recibir las informaciones de nuestro “ser espiritual” y no empezar a poner en duda su existencia.
¿Cómo? ¿Guiando nuestros sueños? Eso no es posible ya que perdemos el control. Sin embargo, es fácil controlar el momento en que nos dormimos. Y es efectivamente ese control el que permite, en primer lugar, obtener el intercambio de informaciones deseadas.
Si no nos queda el recuerdo no pasa nada, nuestro cuerpo recibe las indicaciones que le permiten tener mejores instintos de supervivencia. Nos lo comunica, a veces, poco a poco y otras veces rápidamente.
Un dato importante: el presente (de nuestro avatar) no es más que el regreso de un futuro que yo había creado en el pasado (los potenciales o diferentes futuros que se forman a raíz de nuestros pensamientos y acciones).
Veremos que los sueños pueden llevarnos a cambiar nuestro futuro y así transformar nuestro presente.
No hay ninguna necesidad de recordar los sueños. Basta con prepararnos a “bien soñar” por la noche para vivir bien durante el día, modificando tus pensamientos (siempre en positivo).
Forma de proceder: momentos antes de coger el sueño: ponernos en contacto con nuestro “ser espiritual”, exponerle nuestros problemas y pedirle que busque la mejor solución posible (de entre los posibles futuribles).
Tener total confianza en que tu “ser espiritual”, te lo va a resolver de la mejor manera posible (ya que eres tú en otra dimensión). Tener la “certeza” de que ya te lo resuelve. Tener una actitud de total despreocupación y confianza. No “pensar” en hacer a los demás lo que no quieras que los demás “piensen” en hacerte a ti. Estar muy atentos a las señales que nos da la vida. Saber escuchar los “avisos”.
Estas informaciones provenientes de las “aperturas temporales” imperceptibles nos permiten mejorar nuestro presente. Son siempre tan rápidas que nos llegan bajo la forma de intuiciones, sugerencias y premoniciones.
1ª ley: Ley del desdoblamiento – Nuestras preguntas del pasado son respondidas en un futuro potencial. Este futuro potencial no debe ser modificado mientras se fabrica, si no, la respuesta ya no corresponderá con la pregunta.
Así pues el presente separa “la luz de las tinieblas”. Es preciso ser dos para intercambiar información: uno de ellos (el avatar) viaja entre su presente y su futuro. El otro (El ser espiritual) entre ese futuro (que es su presente) y el futuro de ese futuro (que es su propio futuro).
Nuestro ser espiritual es un explorador. Está ahí para asegurarnos el mejor presente a cada instante. Está listo para darnos todas las informaciones necesarias en cuanto se lo pidamos, puesto que “él” es “yo”, está siempre dispuesto a crearnos el mejor porvenir.
CAMBIAR EL FUTURO
Restablecer un cuerpo enfermo o acallar una mente angustiada viene a ser, cambiar el futuro y consecuentemente cambiar el mundo. El quejarse o lamentarse crean inmediatamente en el futuro algo del que poder quejarse o lamentarse.
El intercambio de informaciones con un doble no es mágico ni peligroso. Lo peligroso es ignorar la forma de controlar las informaciones que nos llegan a cada instante y de vivir según nuestra conciencia, sin saber quién la llena de pensamientos subliminales sin interés alguno.
La única dificultad proviene de la forma de pensar, pues no estamos acostumbrados a colocar el futuro antes que el presente. Esta nueva noción del tiempo va a conmocionar el fundamento mismo de todos nuestros pensamientos.
Dejando nuestro sueño en manos de nuestro doble, es como encontraremos o recobraremos un equilibrio corporal y, sobre todo y a su vez planetario.
3 DIAS DE PREGUNTAS, 40 DIAS DE RESPUESTAS
Una apertura imperceptible en el tiempo ralentizado del pasado, corresponde a 3 días en el presente. Una apertura imperceptible en nuestro tiempo corresponde a 40 días en el futuro. O sea, una información saludable de nuestro ser espiritual nos estabiliza durante 3 días. Una de las nuestras estabiliza nuestro futuro durante 40 días.
Así pues, un solo intercambio de información con nuestro ser espiritual arregla nuestro presente durante 3 días, en función de un futuro potencial de 40 días. Es la “cuarentena”.
¿Recuerdan ustedes los cuarenta días de Jesús en el desierto? El espacio de tiempo de cuarenta días y cuarenta noches ha sido indicado en numerosas leyendas antiguas, también en la Biblia
Moisés, el libertador y caudillo de Israel. Pasó 40 años en Egipto, 40 años con las ovejas de Jetro en el desierto y 40 años en el servicio de Dios. Ocupó 40 años en desarrollar sus capacidades naturales, 40 años en aprender su incapacidad y 40 años para aprender que Dios es Todopoderoso.
Llovió 40 días y 40 noches sobre la tierra. Dios juzgó la tierra y probó a Noé.
Jonás desobedeció y trató de huir de Jehová. Después de ser castigado, entró en Nínive pregonando: «De aquí a cuarenta días Nínive será destruida».
Cristo fue llevado por el Espíritu al desierto por 40 días y fue tentado por el diablo. Estuvo 40 días con sus discípulos en la tierra después de su resurrección. Y 40 años después de su crucifixión sucedió la destrucción de Jerusalén.
Las aperturas temporales tienen su numerología, entre nuestro avatar y nuestro ser espiritual se habla de días ya que existe una unión. Pero existen otros seres en la misma dimensión que nuestro ser espiritual.
Esos seres también deben respetar los números de las aperturas temporales, aunque esta vez sea en años.
Quizás ahora, estimados lectores empiecen a intuir, por qué los números y su simbolismo son importantes y el poder que los números representan para el presente, el pasado y el futuro, el de nuestro avatar aquí en La Tierra y el de nuestro ser espiritual en una dimensión superior y con un tiempo más acelerado.
Pero no se olviden de que LAS INTUICIONES, LAS CASUALIDADES, LOS SEXTOS SENTIDOS, LOS DEJA VU, son muestras, pistas que nos deja nuestro ser espiritual para que sigamos el camino.
Las personas intuitivas que no suben a un avión que luego sufre un accidente, son personas que han aprendido a escuchar a sus intuiciones por encima de lo racional.
Todos hemos tenido casos en los que alguien , nuestro ángel de la guardía nos ha librado. Seamos ahora conscientes de por qué y sobre todo, APRENDAMOS A ESCUCHARNOS.