Un policía vigila mientras se quema un cargamento de cocaína en Honduras.
Una serie de mortales operaciones antinarcóticos en Honduras, en las que participó la agencia antidrogas estadounidense DEA, ha vuelto a poner en el primer plano la política de Washington en Centroamérica.
El 9 de julio se conoció que dos agentes de la DEA mataron al piloto de un avión que supuestamente iba cargado de drogas, en una operación ocurrida seis días antes.
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Mientras un ataque en mayo -que involucró tanto equipos hondureños como estadounidenses- causó la muerte de cuatro personas, aunque las autoridades estadounidenses aclararon que sus funcionaron no dispararon en esa ocasión.
La DEA dijo que es la primera vez que sus agentes matan a alguien en Centroamérica desde que empezaron a participar en misiones antinarcóticos en la región.
Este mayor perfil militar estadounidense ha revivido viejas acusaciones de intervencionismo.
Para conocer directamente la política antidroga del gobierno estadounidense en Centroamérica, BBC Mundo entrevistó a Todd Robinson, subsecretario adjunto en la Oficina de Asuntos Narcóticos Internacionales y Aplicación de la Ley, en el Departamento de Estado.
Robinson ha ocupado cargos diplomáticos en Guatemala, República Dominicana, Bolivia, El Salvador y Colombia.
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El subsecretario de Estado para temas de narcotráfico internacional, William Brownfield, dijo que Centroamérica se convirtió en la «mayor amenaza» de seguridad en el Hemisferio Occidental por cuenta del narcotráfico. ¿Cómo reacciona EE.UU. ante esta amenaza creciente?
Todd Robinson dice que el peligro está creciendo en Centroamérica.
Estamos reaccionando y actuando de varias maneras. En el sentido más amplio lo que hacemos es lo que hemos hecho durante años: tratar de enfocarnos en establecer y fortalecer instituciones en los tres principales países, los del triángulo norte (Guatemala, Honduras y el Salvador).
Pero eso no es nuevo y Brownfield habla de un cambio creciente. ¿Por qué es creciente?
El peligro sí está creciendo. No sé si lo que hacemos es creciente, excepto que estamos entregando más recursos.
¿Qué podemos hacer con eso? Nos permite ofrecer más entrenamiento especializado a las fuerzas policiales, ofrecer equipos como helicópteros para estos servicios de seguridad.
Así que en términos monetarios, es dinero que en el pasado habría ido a Colombia o a México y que se ha enfocado en Centroamérica y específicamente en el triángulo norte.
En un artículo de The New York Times del 31 de mayo se explica que hay una «nueva política antidrogas» para la región. Queremos corroborarlo: ¿es cierto?
No, no creo que haya una nueva política antidrogas. Creo que lo que estamos viendo son tácticas en evolución. Los narcotraficantes no ven fronteras, no tienen que responder a un electorado, no están limitados por parlamentos. Nosotros en el gobierno de Estados Unidos, sí.
América Central es un «objetivo importante» para nosotros
Tras un viaje reciente a El Salvador, Guatemala y Honduras, la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, también se refirió a la política de su país en la región.
Centroamérica «es un objetivo importante para nosotros, especialmente en nuestros programas de seguridad», dijo.
Robertson resaltó dos aspectos de la política estadounidense en la región, a la que calificó de «punto de referencia para lo que hacemos en el hemisferio».
«Una, que nuestro compromiso con los temas de seguridad va mucho más allá de la aplicación de la ley y sólo el lado policial o militar de la seguridad».
«Lo otro es algo que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha mencionado mucho, y es la importancia de la sociedad civil».
Lo que tenemos que hacer es buscar formas diferentes para contrarrestar a los narcotraficantes. Siempre estamos cambiando de tácticas.
Funcionarios centroamericanos entrevistados por BBC Mundo creen que la llamada guerra contra las drogas está fallando y que Centroamérica y México están pagando el precio de esa guerra. ¿Está de acuerdo?
Primero, yo nunca mencioné el término «guerra contra las drogas». No creo que la administración del presidente Barack Obama hable de una guerra contra las drogas.
Nosotros estamos hablando de trabajar con nuestros aliados para detener a los narcotraficantes y la violencia que viene con el narcotráfico. Lo hacemos de muchas maneras, como ya dije. La idea de que esto es una guerra contra las drogas es la forma equivocada de ver este asunto.
Esto no es una guerra contra las drogas, esto es un esfuerzo sostenido, una decisión política para ayudar a que estos gobiernos protejan a sus ciudadanos y nosotros protejamos a los nuestros.
Segundo, no creo que esté fallando. En la medida en que podamos añadir credibilidad a las fuerzas que apoyamos, en la medida en que podamos darles más herramientas y más conocimiento sobre cómo enjuiciar, cómo investigar, cómo pensar a largo plazo a dónde quieren llegar en sus estrategias anticrimen o antinarcóticos, estamos progresando.
Hace poco se conoció que por primera vez agentes de la DEA mataron a alguien en Centroamérica desde que participan en misiones antinarcóticos en la región. Algunos argumentan que los esfuerzos de EE.UU. están yendo demasiado lejos. ¿Cuál es su reacción?
Otto Pérez Molina propone un debate sobre una eventual legalización de las drogas.
Mi reacción inmediata es que nosotros sólo hacemos lo que los gobiernos aliados nos permiten hacer.
En este caso, el gobierno de Honduras nos pidió ayuda en su lucha contra el narcotráfico. Negociamos reglas de procedimiento muy, muy estrictas, hemos trabajado muy de cerca con el gobierno de Honduras para establecer una estrategia sobre lo que estamos haciendo allá.
También hay críticos que dicen que se necesita más dinero para la región, como queda registrado en un informe reciente para el Congreso de su país.
Francamente, nunca es suficiente. Siempre queremos hacer tanto como podamos, pero tenemos que trabajar en la realidad en que nos encontramos. Y esa realidad es una situación presupuestal muy apretada.
Estuvimos al borde de la bancarrota al comienzo del año. Había una posibilidad muy real de que no pudiéramos llevar a cabo muchos de los programas que ya habíamos acordado. Así que tenemos que andar con mucha precaución y tenemos que agradecer la confianza que hemos recibido del Congreso.
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El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, propone una forma de legalización. ¿Por qué no es una salida para Estados Unidos?
Lo que hemos dicho es que no lo estamos considerando como parte de nuestras políticas, pero estamos más que dispuestos a debatir sobre este tema.
Mientras tengamos ese debate, lo que queremos hacer es enfocarnos en lo que podemos hacer, y eso es enfrentar directamente a los narcotraficantes en el terreno. Si bien por un lado el presidente Pérez Molina quiere hacer este debate, por el otro ha sido claro en que va a seguir trabajando con nosotros para atacar el narcotráfico a todos los niveles y de la forma más agresiva posible.
En eso nos vamos a enfocar.
http://ultimaadvertencia.blogspot.com.es/2012/07/eeuu-esto-no-es-una-guerra-contra-las.html