Si las personas no son capaces de percibir sus propios errores, como el completar una tarea de rutina y simple, su habilidad disminuirá con el tiempo, según han descubierto los investigadores de Johns Hopkins, aunque no por las razones que los científicos suponían. Los investigadores informan que el cerebro humano no olvida pasivamente las buenas técnicas, sino que opta por dejar a un lado lo que ha aprendido.
El término “memoria motora” parece evocar imágenes de viajes por carretera de la infancia, pero en realidad se refiere a la razón por la que somos capaces de realizar sin problemas las tareas físicas más cotidianas. La cantidad de fuerza necesaria para levantar un vaso vacío frente a uno lleno, para cerrar la puerta del coche o coger una caja, incluso para mover una extremidad con precisión de un lugar a otro, todo ello son la memoria motora.
En un informe publicado el 1 de mayo en el journal de Neuroscience, los investigadores de Johns Hopkins describen sus últimos esfuerzos para estudiar cómo se forma y se pierde la memoria motora, centrándose en un conocido fenómeno experimental: Cuando la gente aprende a hacer bien una tarea, pero se les pide que lo siga haciendo mientras recibe una información deliberadamente engañosa indicándole que su rendimiento es perfecto en todo momento y su rendimiento real empeora gradualmente.
Está asumido que dicha disminución se debe a la descomposición de los recuerdos en ausencia de refuerzo, dice Reza Shadmehr, profesor del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Pero cuando Shadmehr y el estudiante graduado Pavan Vaswani, pidieron a los voluntarios que aprendieran una tarea sencilla con algunos giros, diseñados para manipular deliberadamente el sistema de control motor del cerebro, se dieron cuenta de lo contrario.
A los voluntarios se les instó a empujar una palanca de mando rápidamente hacia un punto rojo de la pantalla de un ordenador. Pero las manos de los voluntarios estaban colocadas debajo de la pantalla, donde no podían verlas, y su punto de partida se mostraba en la pantalla como un punto azul. Además, cuando los voluntarios movían el joystick hacia el punto rojo, una fuerza en el artilugio de repente empujaba la palanca de mando hacia la izquierda. Así que los voluntarios seguían practicando hasta que pudieron mover el punto azul un paso más hacia la derecha del punto rojo, para compensar el empuje hacia la izquierda.
Una vez que los voluntarios habían dominado la tarea, Shadmehr y Vaswani lo cambiaron sin que ellos lo supieran. En un grupo de 24 voluntarios, añadieron un resorte rígido para el dispositivo del joystick que guiaba al usuario directamente a la meta, pero que también medía la cantidad de fuerza hacia la derecha que los voluntarios estaban aplicando. A los voluntarios, ahora les parecía que estaban haciendo la tarea perfectamente y, como en los experimentos anteriores, se detenían gradualmente empujando hacia la derecha, al parecer, “olvidando” lo que habían aprendido.
Para otro grupo de 19 voluntarios, sin embargo, los investigadores no sólo agregaron el resorte, también cambiaron el retorno de la pantalla, de manera que no reflejaba lo que realmente estaba sucediendo en cada tarea, sino que mostraba una información similar a los recorridos anteriores. Los voluntarios no estaban viendo los errores que estaban cometiendo realmente, sino los retornos que aparecían de forma convincente como errores que habían hecho. Este grupo continuó haciendo la tarea, tal como habían aprendido, aplicando la cantidad correcta de fuerza a los joystick cientos de veces.
Esto demuestra que la disminución de la técnica “no es sólo un proceso de olvido”, apunta Vaswani. “Tu cerebro se da cuenta de que estás haciendo esta tarea perfectamente, y empieza a ver lo que puede hacer de manera distinta.”
Añade Shadmehr, “Nuestros resultados corrigen un componente de conocimientos pensábamos que entendíamos. Los neurocientíficos pensaban que esa disminución era intrínseca a la memoria motora, pero en realidad no es descomposición, sino selección.”
El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas y Accidentes Cerebrovasculares (concesión NS078311) y el Human Frontier Science Program.
– Imagen: “La memoria motora” es la razón por la que somos capaces de realizar sin problemas las tareas físicas cotidianas. Crédito: © goodluz / Fotolia.
– Fuente: Johns Hopkins Medicine.
– Publicación: P. A. Vaswani, R. Shadmehr. Decay of Motor Memories in the Absence of Error. Journal of Neuroscience, 2013; 33 (18): 7700 DOI: 10.1523/%u200BJNEUROSCI.0124-13.2013 . – See more at: http://bitnavegante.blogspot.com.es/2013/06/ver-nuestros-errores-nos-mantiene-alerta.html?utm_source=feedly&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+bitnavegante+(BitNavegantes)&utm_term=Google+Reader#sthash.5iNEFXBv.dpuf