Esta rama de la tecnología se desarrolla en múltiples direcciones
La robótica no deja de avanzar. Y lo hace en múltiples direcciones: por un lado, están los robots “sensibles”, con sentido del tacto, gracias a una piel artificial. Por otro, los robots voladores, desarrollados para que construyan estructuras en emplazamientos inaccesibles; y el robot-gato, que se desplaza como los felinos. Además, en el CSIC se están desarrollando androides de salvamento, que en un futuro podrían colaborar con los humanos en labores de rescate. Por Yaiza Martínez.
Estos científicos están desarrollando tecnologías de sensores y una piel artificial que permitirán crear robots mucho más “sensibles” al tacto, y que tendrán por tanto relaciones más interactivas y seguras con los humanos. Así, estas máquinas podrán, por ejemplo, distinguir si su contacto es deseado o no por el usuario.
Pero hay mucho más. El proyecto ARCAS (“Aerial Robotics Cooperative Assembly System”), también de la UE, se afana en construir robots voladores para numerosas aplicaciones, como la instalación de plataformas en rascacielos para evacuaciones de urgencia o para levantar pistas de aterrizaje sobre un terreno irregular, según informa CORDIS.
Ahora mismo, el equipo trabaja en el primer sistema robótico y cooperativo (capaz de colaborar con otros robots) de vuelo libre, que puede montar y construir estructuras en emplazamientos inaccesibles, incluido el entorno espacial.
En esta dirección, los investigadores ya tienen preparados algunos prototipos: un cuadricóptero dotado de un brazo robótico y una “mano” diseñada para agarrar objetos cilíndricos; y un helicóptero eléctrico con un agarrador instalado que cuenta con total libertad de movimiento.
Por otra parte, los robots de ARCAS contarán con tecnologías de reconocimiento de la situación, generación rápida de modelos tridimensionales, localización y generación de mapas llevada a cabo de manera simultánea por varios robots aéreos, etc.
Tendremos robots sensibles, robots capaces de volar… y también robots ligeros y rápidos, capaces de correr como un gato. Esto ya se ha conseguido, al menos en un modelo experimental. Lo han hecho científicos de la Escuela Politécnica Nacional de Lausana (EPFL), en Suiza, que han diseñado una máquina robótica que reproduce fielmente la morfología de un felino: tiene su tamaño y cuatro patas que hacen que sea rápida y estable. Aunque, eso sí, le falta la cabeza.
El resultado ha sido el robot más rápido de su categoría (menos de 30 kilos), con capacidad para recorrer casi siete veces su propia longitud en un segundo. Aunque no es tan ágil como un gato real, esta máquina presenta excelentes características de auto-estabilización cuando corre a la velocidad máxima o sobre un medio con perturbaciones.
Además, el robot-gato es extremadamente ligero, compacto y robusto, y se puede montar fácilmente a partir de materiales baratos y fácilmente disponibles. El punto fuerte de la máquina reside en el diseño de sus patas, inspirado en la observación minuciosa y en la reproducción fiel del objeto natural imitado.
Cada pata tiene tres segmentos, cuyas proporciones son iguales que las de los gatos de verdad, y cuentan con unos muelles que reproducen los tendones, así como con unos pequeños motores que transforman la energía en movimiento y que remplazan a la musculatura gatuna.
El concepto podría ser usado en un futuro en misiones de búsqueda y rescate o de exploración, informa la EPFL en un comunicado.
En robótica, se denomina androides a los robot antropomorfos que, además de imitar la apariencia humana, emulan algunos aspectos de su conducta de manera autónoma.
En Tendencias21 ya hemos hablado de ellos en diversas ocasiones. También de las dificultades que entraña desarrollar una inteligencia artificial para estos “humanos” metálicos.
Pero, a pesar de todos los obstáculos, la ciencia sigue intentando sacarles partido. Por ejemplo, tratará de aprovecharlos para labores de salvamento en el marco de un proyecto del Departamento de Defensa estadounidense (DARPA Virtual Robotics Challenge, por su nombre en inglés), en el que participará nuestro país, a través del equipo SARBOT (Search And Rescue Robot) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Como uno de los 23 clasificados en la penúltima fase del proyecto, SARBOT habrá de presentar –al igual que el resto de clasificados- una propuesta algorítmica de control de movimiento, percepción del entorno y toma de decisiones que permitan a estas máquinas superar eficazmente una serie de pruebas virtuales en el menor tiempo posible.
Más concretamente, algoritmos diseñados en el CSIC deberán permitir al robot resolver tres pruebas: conducir un vehículo por una carretera salvando obstáculos, caminar por un terreno irregular que se va complicando progresivamente con lodo y escombros, y conectar una manguera a una tubería y abrir la llave de paso.
En general, el objetivo de esta iniciativa de DARPA –que tiene un premio de 750.000 dólares para investigación en este campo- es desarrollar robots humanoides que puedan operar, en colaboración con los equipos de rescate, en escenarios de catástrofes, evitando las tareas de máximo riesgo a los equipos humanos, informa el CSIC en uncomunicado.