A diferencia de la posesión demoníaca donde se cree que la persona está poseída por el diablo o sus demonios, la posesión espiritual es un desplazamiento voluntario de la personalidad. Los espíritus, ya sean dioses, ángeles, demonios, entidades avanzadas o los muertos, están invitados a entrar en un ser humano para educar, comunicarse con los vivos, o simplemente porque no se dan cuenta que están muertos y necesitan ayuda para pasar al otro lado.
En la modernidad, la posesión espiritual del cristianismo es practicada principalmente por los pentecostales y los protestantes, junto con otros grupos carismáticos. Unen sus prácticas para celebrar los acontecimientos en el Primer Día de Pentecostés, registrado en Hechos 02:04, cuando lo que parecían ser las llamas o lenguas de fuego se asentaron sobre las cabezas de cada uno de los apóstoles y “todos fueron llenos del Espíritu Espíritu y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”.
A pesar de que parecía notable que los apóstoles hablaran en diferentes idiomas, lo que parecía igualmente notable era que los oyentes de los apóstoles reconocieron sus propios idiomas y se dieron cuenta que los apóstoles no deberían haber sido capaces de hablarlas. Este fenómeno de hablar o escribir en un idioma extranjero se conoce como la glosolalia.
Los apóstoles dijeron estar poseídos por el Espíritu Santo, y se afirma que la práctica todavía existe entre los miembros de sus congregaciones. Las personas con frecuencia hablan en lenguas extrañas o idiomas y entran en un estado de trance. Ellos creen que el Espíritu Santo les habla directamente a ellos en estos tiempos.
Otros cristianos también creen en el Espíritu Santo y le oran como guía y ayuda, pero hasta hace poco muchos no creían que alguna vez fuesen poseídos por ella. Sin embargo, en los años 1960 y 1970 se inició la renovación carismática. Las personas de otras denominaciones cristianas que no eran los pentecostales comenzaron a expresar una unión más personal con Dios por medio de los dones del Espíritu Santo. Hablar en lenguas se consideró una señal de que se había producido la experiencia religiosa. Otros signos o dones del Espíritu Santo que se recibían eran la sabiduría, el conocimiento, fe, sanidad, milagros, profecías, discernimiento de espíritus, e interpretación de lenguas.
El Papa Pablo VI bendijo el movimiento en 1973, y se celebró una misa carismática en 1975. Sin embargo, un investigador psíquico, James H. Hyslop, pensó que el movimiento carismático rayaba en lo oculto.
La posesión espiritual no se limita a los cristianos, pues ha sido y es practicada por muchos grupos y culturas en el mundo. La civilización griega tuvo sus oráculos que profetizaban eventos futuros.
Los antiguos druidas creían en posesión de los espíritus, especialmente de la Diosa Madre. La ceremonia se llevaba a cabo anualmente y es similar al ritual de “Dibujar en la Luna” (Drawing Down the Moon).
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El chamanismo también emplea la posesión espiritual al asegurar la cura de enfermedades y conducir los malos espíritus de las personas. El chamán entra en un trance antes de ser poseído por el espíritu.