Al comenzar a caminar toma conciencia de tu postura.  ¿ Como están las curvas de tu espalda ?

Imagina una cuerda que va desde tu extremo inferior de la columna hacia el centro de la tierra y siente como tira de ella, al mismo tiempo otra cuerda desde tu coronilla tira hacia el centro del universo. Sientelo un segundo y dejate estirar por ellas.

Ahora vas a crear conscientemente, de manera suave, tres curvas naturales. La primera a la altura de las lumbares, arquea un poco la espalda, ¿ Se forma un hoyito ? La segunda en la parte alta de la espalda  entre los omóplatos al estirar los hombros un poco hacia atrás y la tercera en el cuello por detrás al mirar al frente. Tomate unos segundos para explorarlas, incluso puedes tocarlas con la mano. Contrae ligeramente los músculos adominales, como si tu ombligo fuera atraido por el hoyito de tu espalda, siente la atracción   sin perder estas curvas y camina siendo consciente de tu postura  pero sin forzar, que sea cómodo, natural.
¿ Que sensaciones te produce ?
Explora las curvas, y corrige su posición si es necesario. Si puedes mantén una ligera sonrisa y mira a la gente a la cara cuando te cruces con ellos, eso mantendrá la curva de tu cuello, ellos te perciben con un cuerpo y mente en paz, en equilibrio, perfectos.

Este simple ejercicio, haciéndolo siempre que camines, puede esculpir tu cuerpo, y tu mente, por que no deja de ser una meditación mientras caminas.
Proponte realizarlo 21 días seguidos, al ir a trabajar, al pasear por la tarde, cuando quieras y crearás un hábito, pero desde el primer momento recibirás sus beneficios.