El Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) planea mudarse a un antiguo hospital psiquiátrico en el área de Washington D.C.
La enorme entidad gubernamental que coordina la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza, Inmigración, la Agencia para el Manejo de Emergencias (FEMA), la seguridad en aeropuertos e incluso la Guardia Costera de EEUU desde que fuera creada en 2002, está trabajando para concentrar todos sus organismos en un solo campus, bajo un costo de $4.5 millones de dólares.
Sin embargo, poco se ha dicho sobre la historia de la instalación desde que era utilizada por la CIA (conocida anteriormente como la Oficina de Servicios Estratégicos, u OSS), para realizar experimentos de alteración mental y “lavado de cerebro” sobre pacientes mentales involuntarios – proyecto conocido popularmente como MK Ultra.
MK Ultra pretendía experimentar los efectos de las drogas, principalmente alucinógenos, probar terapias psíquicas y de electroshock sobre humanos, e investigar y perfeccionar métodos de tortura para crear “soldados” controlados mentalmente, que pudiesen ser programados para conducir una serie de actos, como el asesinato de figuras políticas.
Un artículo de agosto de 1977 publicado por el New York Times informó que la Agencia Central de Inteligencia empleó más de 80 instalaciones para llevar a cabo proyectos de MK Ultra, “incluyendo 44 colegios o universidades, como también hospitales, prisiones y compañías farmacéuticas”.
Los nuevos cuarteles del DHS, el Hospital St. Elizabeth, fue una de esas instituciones.
“El Almirante Stansfield Turner, director de la (Agencia) Central de Inteligencia, testificó hoy que la C.I.A. apoyó en secreto investigaciones sobre el control del comportamiento humano en 80 instituciones”, escribió el periodista Nicholas M. Horrock.
Luego agregó: “El Almirante Turner reconoció bajo interrogatorio que la C.I.A., aparentemente, planificó el testeo de drogas en pacientes con cáncer terminal, en la misma institución (la Escuela de Medicina de la Universidad de Georgetown, en Washington) a la cual contribuyó en secreto con $375,000 de dólares”.
Turner “dijo que ‘algunos test involuntarios fueron hechos con criminales sexuales psicópatas confinados en el hospital estatal’. No identificó la institución (a la que se refería)”.
En un reporte titulado “British psychiatry: from eugenics to assassination”, el historiador Anton Chaitkin dice que, desde 1943, las instalaciones del Hospital St. Elizabeth fueron usadas para llevar a cabo proyecto bajo el auspicio del comité de drogas de la Oficina de Servicios Estratégicos, la agencia predecesora de la CIA.
El superintendente y psiquiatra jefe del hospital, Winfred Overholser, administró “mezcalina alucinógena a varios sujetos de prueba”, escribe Chaitkin – la misma clase de “investigación” que doctores nazis condujeron sobre los prisioneros de los campos de concentración de Dachau y Auschwitz.
Los investigadores de la biblioteca online Erowid.org dicen que el libro de 2008 del escritor Dominic Streatfeild, “Brainwash: The Secret History of Mind Control”, reveló que la OSS también hizo pruebas con mezcalina y escopolamina sobre dos voluntarios del St. Elizabeth Hospital.
La imagen muestra a una niña blanca de 8 a 10 años siendo sometida a investigaciones de MK Ultra, que incluyeron tratamientos con altas dosis de LSD, terapia de electroshock y privación del sueño.
En el libro del ex funcionario de la CIA, John Marks, titulado “The Search for the Manchurian Candidate”, su autor revela que Overholser trabajó estrechamente con un grupo de “agentes de contrainteligencia del Proyecto Manhattan de la bomba atómica, y el FBI, que se encontraba bajo la dirección del camarada de Rito Escocés (masonería) del Dr. Overholser, el director del FBI J. Edgar Hoover”.
Al mismo tiempo, escribe Chaitkin en su libro, la OSS también trabajó con narcotraficantes del mundo criminal que asistían a agentes federales, para conocer “los secretos del tráfico de drogas – pero no para detenerlo”. “Luego en la primavera de 1943, éstos perfeccionaron la mezcla justa de marihuana y tabaco para producir un ‘estado de irresponsabilidad’ en el sujeto”.
Finalmente, se dice que las investigaciones en el Hospital St. Elizabeth contribuyeron a las bases que influenciaron el movimiento de contra-cultura de los sesenta. “Más tarde, durante los1950s y 1960s, estrategas del proyecto MK Ultra utilizarían los mismos canales para influenciar a las agencias de seguridad de Estados Unidos y permitir que transformaran a una generación de jóvenes en consumidora de estupefacientes”.
Miembros del Ejército de EEUU también sirvieron como conejillos de indias, según Chaitkin. “El grupo de Overholser entregó marihuana a soldados estadounidenses en bases del Ejército, a lo largo del país, para asistir supuestamente a la búsqueda de subversivos”.
El grueso de los registros sobre la experimentación secreta de MK Ultra ha sido, desde entonces, destruido. “En 1973… el entonces DC [Director de la Central de Inteligencia] Richard Helms, ordenó la destrucción de todos los documentos asociados con el programa MKULTRA…”, sostiene una reseña que describe el libro “The Official C.I.A. Manual of Trickery and Deception”, en la página oficial CIA.gov.
Atendida la notoriedad del Hospital St. Elizabeth como una de las instalaciones en las que el gobierno experimentó, de forma encubierta, con humanos (usando dólares de los contribuyentes), y las nefastas investigaciones en el campo del control mental, no es sorpresa que el DHS haya escogido el edificio como su próximo cuartel – que empleado usado para diseñar nuevas formas para controlar a la ciudadanía y subvertir los derechos civiles insertos en la Constitución de los Estados Unidos.
Informe del Senado estadounidense sobre Operación MK ULTRA de 1977