Entender la moral Libertaria: Disposiciones psicológicas de los autodenominados libertarios

Referencia: PLoS One y PubMed, 21 agosto 2012
Autores: Spassena Koleva, Jesse Graham, Peter Ditto, Jonathan Haidt

Tenía ganas de traducir este artículo completo, pero al ser tan extenso he optado por la traducción del resumen (abstract) y la Introducción. Antes debo hacer alguna aclaración, he traducido la palabra liberal por demócrata, ya que coincide más con el concepto dado en España. Aquí, como en el resto de Europa, la palabra liberal se utiliza más en el sentido propiamente de libertario, aunque existe una tendencia política de los conservadores a apropiarse del término.

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Entender la moral libertaria: 
Disposiciones psicológicas de los autodenominados libertarios

Resumen:

Los libertarios son un grupo ideológico cada vez más prominente en la política estadounidense, sin embargo, en gran parte desconocidos. A través de 16 medidas de una amplia muestra basada en la web que incluye a 11.994 autodenominados libertarios, hemos tratado de comprender las características morales y psicológicas de estos libertarios. Basándonos en un punto de vista intuicionista del juicio moral, nos centramos en las disposiciones afectivas y cognitivas subyacentes que acompañan a esta singular visión del mundo.

El cuadro de John Trumbull La Declaración de Independencia recoge el momento de la presentación del trabajo del Comité de los Cinco al Congreso. Wikipedia.

En comparación con los demócratas y los conservadores, los libertarios mostraron 1) Un respaldo más fuerte a la libertad individual como el principio rector más importante, y un más débil respaldo a todos los demás principios morales, 2) Un estilo cognitivo más relativamente cerebral que emocional, y 3) Una menor interdependencia y relación social.

Según predicen las teorías intuicionistas sobre los orígenes del razonamiento moral, los valores libertarios mostraron relaciones convergentes con las disposiciones emocionales libertarias y las preferencias sociales. Nuestros resultados se añaden a un creciente reconocimiento del papel de las diferencias de personalidad en la organización de las actitudes políticas.

Introducción

Los psicólogos políticos han aprendido mucho acerca de las diferencias psicológicas entre los demócratas y los conservadores [1]-[4], pero se sabe muy poco acerca de las características psicológicas de los libertarios, que a veces se describen como conservadores en temas económicos (por ejemplo, contra la regulación del gobierno en los mercados libres), y demócratas en temas sociales (por ejemplo, contra la intrusión del gobierno en asuntos privados como el sexo o el consumo de drogas). En Estados Unidos, los libertarios parecen estar aumentando en número [5] y protagonismo en la política nacional [6]. Las candidaturas presidenciales del congresista de Texas, Ron Paul, en 2008 y 2012 y el nacimiento en 2009 del movimiento “Tea Party” han elevado considerablemente la visibilidad y la importancia de las ideas libertarias sobre la libertad individual y la importancia de un gobierno limitado. Muchos miembros del “Tea Party” en realidad son socialmente conservadores [7], pero al enfatizar ideas sobre un gobierno limitado reflejan los principios libertarios.

En este trabajo, documentamos la psicología moral libertaria, que, como veremos, es distinta de ambas, tanto de la moral demócrata como la de los conservadores. Utilizamos este singular grupo para ilustrar cómo las disposiciones psicológicas predisponen a los individuos a respaldar valores particulares y elegir identificaciones ideológicas coherentes, consistentes con los modelos actuales de intuicionismo moral [8], elección ideológica [9], y la moralización de las preferencias [10].

Más allá del enfoque bipolar de la personalidad política

La “guerra cultural” que se ha ido fraguando en la vida pública y política de Estados Unidos desde la década de 1980, ha sido descrita a menudo en términos binarios, como un conflicto entre dos visiones de la moral y de la autoridad moral [11], [12]. A la derecha, el lado conservador ha insistido en que no existe una verdad moral objetiva. Las instituciones tradicionales son vistas como la encarnación de la sabiduría de las edades, como algo que refleja muy de cerca esta verdad moral. A la izquierda, el lado demócrata ha insistido en que la verdad moral no es fija durante todo el tiempo, sino que es un trabajo en progreso que debe ser reinterpretado a fin de promover un mayor bienestar para todos [11] – [13]. Los psicólogos han sido capaces de medir estas diferencias de juicio moral [3] junto con sus correlatos de personalidad subyacentes. Por ejemplo, el conservadurismo político se descubre asociado con una mayor tolerancia a la desigualdad y una menor tolerancia a los cambios [4], una mayor rectitud [1] y  mayor sensibilidad a disgusto [14]. Los políticos demócratas, por otro lado, tienden a ser más abiertos que los conservadores a las nuevas experiencias [1] y más empáticos [15].

Esta investigación ha sido un primer paso importante en la comprensión de la relación entre ideología y personalidad, y la organización psicológica de las actitudes políticas. Rozin [16] resaltó la importancia de identificar la invariancia de la vida real en las partes significativas de la vida, para lo cual la ideología política ciertamente califica.

Sin embargo, dentro de la investigación sobre las ideologías, el libertarismo, con su mezcla de sensibilidades, demócrata y conservadora, se ha quedado en gran medida sin estudiar. La ideología libertaria prescribe un patrón único de preocupaciones morales que no pueden ser fácilmente clasificadas entre la dimensión estándar de izquierda y derecha, sin embargo, de igual manera que las diferencias entre  y conservadores, estas sensibilidades únicas deberían ser medibles mediante las escalas psicológicas existentes. En este trabajo, abordamos empíricamente la cuestión de qué rasgos disposicionales, emocionales y de preferencias sociales predicen la autoidentificación como libertario. En base a las creencias establecidas de los líderes intelectuales libertarios, de igual forma que las investigaciones anteriores sobre los orígenes sociales e intuitivo de las creencias morales [17], generamos tres grandes expectativas acerca de la psicología libertaria y las evaluamos en un gran conjunto de datos, mediante una variedad de características psicológicas. Además de proporcionar una descripción empírica detallada de este distintivo perfil psicológico-moral de los individuos que se denominan como defensores de las libertades en el contexto de EE.UU., examinamos las relaciones entre sus rasgos disposicionales, valores y preferencias sociales, lo que nos permite una visión más general sobre los orígenes de juicio moral, que luego se puede aplicar a cualquier grupo con este distintivo perfil psicológico distinto.

La Ideología Libertaria

Los modernos libertarios son actitudinalmente diversos, pero todos los tipos de libertarismo remontan sus orígenes a los pensadores de la Ilustración del siglo XVII y XVIII, quienes argumentaban que los estados, las leyes y los gobiernos existen para el beneficio del pueblo. El individuo es la unidad de valor, y la libertad del individuo es la condición esencial para el florecimiento humano. John Locke escribió: “por lo tanto, el fin más grande y esencial que une a los hombres en comunidades y les lleva a ponerse de acuerdo bajo un solo gobierno es el de la preservación de sus bienes” ([18] – Parr. 123). Locke tenía una amplia noción de la propiedad, que incluía al hombre, “su vida, su libertad y su propiedad”. Sus ideas fueron más tarde parafraseadas en una de las frases más famosas de la Declaración de Independencia: “Vida, libertad y consecución de la felicidad.”

El libertarismo ha rechazado históricamente la idea de que las necesidades de una persona imponen un deber moral a los demás. Este es uno de los principales puntos en el que demócratas y libertarios divergen en el siglo XX. El libertarismo permanece cercano a Locke y las nociones de Mill sobre la libertad como ausencia de interferencia, y que el filósofo Isaiah Berlin [19] más tarde llamó “libertad negativa”. Pero a partir de la era progresista de finales del siglo XIX, la izquierda estadounidense comenzó a adoptar las ideas europeas acerca de las condiciones y los derechos que la gente necesita para sacar el máximo provecho de su libertad. La acción del gobierno consiguió ser vista como esencial para garantizar la “libertad positiva”, proporcionando las condiciones sociales, como la educación, salud, y seguridad financiera, que le diera a la gente la libertad de perseguir su propia felicidad.

Desde esta perspectiva resulta claro por qué los libertarios estadounidenses, a veces llamados “liberales clásicos”, y en Europa, el término liberal se utiliza a menudo de la misma forma que se utiliza “liberal clásico” en Estados Unidos. También queda claro por qué el pensamiento libertario resultan ahora asociados con los movimientos anti-gobierno y anti-progresista. El libertarismo ofrece un relato ideológico mediante el cual se opone a los altos impuestos y a un gobierno grande, y no sólo es una posición “económica”, también es una posición moral. Este hilo argumentativo es la base para oponerse, por principios, a un gobierno visto como injusto (porque sustrae de lo productivo y se lo da a la improductivo), tiránico (porque viola la libertad negativa de las personas y promociona la libertad positiva de los demás), y despilfarrador (porque los gobiernos rara vez consiguen generar la eficiencia que logra la competencia de las empresas privadas).

Las raíces psicológicas de la ideología libertaria

La característica psicológica más evidente de la ideología libertaria es el valor atribuido a la libertad negativa como el principio moral predominante, como se puede ver en esta cita relacionada con un derecho que prohíbe los juegos de azar en línea, por el congresista estadounidense Ron Paul [20], el candidato más libertario de los últimos años de un partido político importante:

Los libertarios parecen tener una filosofía moral coherente, que se opone de forma general a obligar a los demás bajo ningún código moral particular. Hay que observar que Paul no está diciendo que el juego sea moralmente aceptable. Más bien, él está diciendo que la libertad (negativa) tiene un valor moral que reemplaza a otras consideraciones morales. Los libertarios parecen dispuestos a rechazar tanto las ideas demócratas concernientes a la justicia social [21] como las conservadoras dirigidas a respetar la estructura social existente [22] cuando existen conflictos con sus intereses de orden superior, como es el mantenimiento de la libertad individual. El objetivo de nuestro primer estudio es confirmar estas observaciones mediante una encuesta directa a una amplia gama de los valores morales y preocupaciones, y probar si los autodenominados libertarios otorgan un mayor valor a la libertad y el valor más bajo a otros asuntos morales, en comparación con los demócratas y conservadores.

Mas, ¿qué podría explicar el enfoque libertario de la libertad para la exclusión de otras referentes morales? Los recientes trabajos en psicología moral sugieren la emergencia de actitudes morales, al menos en parte, los “rasgos disposicionales” [23] de bajo nivel, las reacciones emocionales [8], [24], la función social [17] y la moralización de las preferencias [10]. Estas actitudes morales pueden ser asociadas con la autoidentificación ideológica [3], [9].

Este trabajo sugiere que una explicación para este singular perfil moral de los libertarios es que ellos sienten menos las preocupaciones morales tradicionales que la mayoría de la gente. Tetlock, y otros [25], hallaron que los libertarios estaban menos indignados moralmente por las compensaciones morales “tabú” (por ejemplo, la compra y venta de partes del cuerpo para trasplantes) que los demócratas, conservadores o socialistas. La investigación reciente en psicología moral ha enfatizado la importancia de las reacciones intuitivas y emocionales en la producción de los juicios morales que aparecen a primera vista, basándose en un razonamiento de principios [8], [24], [26]. ¿Podrían los libertarios ser más tolerantes en cuestiones de conducta privada consensuada que los conservadores, debido a que presentan niveles más bajos de sensibilidad a la repulsión [27]? ¿Podrían los libertarios apartarse de los demócratas en temas de justicia social, porque tienen sentimientos más débiles de empatía [15]? De hecho, los escritores libertarios han estado históricamente orgullosos de las raíces racionales, en lugar de emocionales, de su ideología [28]. La posible excepción a esta regla, por supuesto, es la vigorosa reacción  libertaria hacia las violaciones de la libertad personal. El patrón característico libertario de reacción emocional (y la falta de ello) puede restringir el tipo de problemática que moralizar, lo cual a su vez afecta su atracción a la autodenominación libertaria. Estamos investigando esta posibilidad en el Study 2.

Por último, las reacciones emocionales y los principios morales que se derivan de ellos, cumplen funciones interpersonales [17], [29], como la navegación por el mundo social [30] y la formación de grupos con otros [31]. Los libertarios tienen una disposición preferente por la independencia, tal vez por lo solitario, y por tanto, un menor uso de los principios morales que los unen con los demás. En “El Manantial”, escribe Ayn Rand [32] acerca de la importancia de mantener la individualidad dentro de las relaciones sociales. ¿Los libertarios se identifican menos con la gente, con los grupos y con sus naciones? ¿Se obtienen menos disfrute de la compañía de los demás? Esta relativa preferencia por el individualismo podría llegar a gradualmente moralizada en un reconocimiento consciente de la libertad como principio moral [10], lo que predispone a una autoidentificación libertaria. Investigamos estas posibilidades en el Study 3.

La investigación actual

En este trabajo, dejamos que los libertarios hablen por ellos mismos. Presentamos los resultados de 16 estudios en los que participaron un total de 11.994 libertarios. Mostramos cómo ellos difieren de los demócratas y conservadores no sólo en sus creencias morales, sino en una variedad de medidas de personalidad que, dada la investigación previa sobre lo emocional [8], [30], y los orígenes sociales del razonamiento moral [17], [29], [33], nos ayudan a entender por qué los libertarios pueden mantener su patrón único de creencias morales.

Nuestro objetivo, sin embargo, no fue sólo describir las intuiciones morales y rasgos disposicionales de los libertarios. Nuestro segundo objetivo era proporcionar una prueba más sobre los orígenes disposicionales de la ideología [1], [9], el papel de la intuición en las actitudes morales [8], y el papel que juega la actividad social en el pensamiento moral [17], [29] , [33]. Más concretamente, se trató de replicar las pruebas de un modelo predictivo para la identificación ideológica [9], que es similar al marco de personalidad de McAdams. Los tres niveles de personalidad de McAdams ‘[34], [35] postula que el nivel más bajo consiste en “rasgos disposicionales” descontextualizados globales, como la sensibilidad al disgusto o Big 5. El nivel 2 se refiere a las “adaptaciones características” de una persona, como los valores, las metas y los mecanismos de defensa. El tercer nivel de McAdams se compone de “historias de vida integrativas”, que son historias peculiares que las personas dicen sobre sí mismos. Estas historias a menudo tejen el nivel 1 y el nivel 2 en construcciones narrativas que ayudan a las personas a entender y justificar sus valores morales particulares. Haidt, Graham y Joseph [36] han modificado el tercer nivel de McAdams para poder trabajar la psicología política, señalando que no todas estas historias son auto-construidas. No examinamos explícitamente estas narrativas integradoras en este estudio, pero cuando uno se inclina hacia un partido o una ideología política existente, se toman en cuenta muchas de las narrativas ideológicas que han sido laboriosamente construidas durante décadas por autores como Ayn ​​Rand (que, no por casualidad, expone la mayor parte de su filosofía política de forma narrativa en sus novelas).

Para aplicar este modelo para el estudio de los libertarios, en primer lugar mostramos que los libertarios sí tienen un perfil diferenciado de las temáticas morales (Study 1). A continuación, mostramos que los rasgos disposicionales comunican una identificación ideológica, y que esta relación suele estar mediada por intuiciones morales, que pueden ser consideradas como un tipo de característica de adaptación, en la terminología McAdams (Study 2). En el Study 3, se mostramos que las temáticas morales específicas se refieren a distintos estilos de funcionamiento social, y que el singular perfil moral de los libertarios se relaciona con sus preferencias sociales. De acuerdo con las teorías de satisfacción de restricciones paralela [37], mostramos que el libertarismo puede ser entendido como un conjunto de relaciones que abarca un gran número de rasgos disposicionales, preferencias sociales y  valores morales.

Comenzamos con tres predicciones generales.

1 – Los libertarios valoran la libertad de manera más fuerte y consistente que los demócratas o conservadores, en detrimento de otras preocupaciones morales. Esta expectativa se basa en los escritos explícitos de autores libertarios (por ejemplo, la página web del ‘Libertarian party’ en lp.org, con el título de “Un partido de principios: Gobierno mínimo, máxima libertad”).

2 – Los libertarios se basan menos en la emoción y más en la razón que los demócratas o los conservadores. Esta expectativa se basa en investigaciones previas sobre los orígenes afectivos del juicio moral [8], así como las propias auto-caracterizaciones libertarias. Por ejemplo, una de las principales revistas libertarias se llama, simplemente, Razón.

3 – Los libertarios son más individualistas y menos colectivistas en comparación con demócratas y conservadores. Esta expectativa se basa en una investigación anterior sobre la función social del juicio moral [17], [29], [33]. Los libertarios a menudo se refieren al “derecho a estar solos” [38], y muestran un fuerte reactancia a presiones sociales o legales para unirse a grupos o asumir obligaciones hacia los demás que no sean eligidas libremente [39].

Evaluamos estas predicciones en tres estudios con grandes muestras basadas en la web y una serie de medidas relacionadas con la moralidad, la cognición, las emociones y las relaciones sociales. Cada “estudio” es realmente una colección de estudios independientes que se realizaron tras la recopilación de datos del sitio web (descrito más adelante), pero a efectos de presentación, nosotros los agrupamos en base a las predicciones que se abordan.


– Referencia: PLoS One PubMed, 21 agosto 2012
– Nota: Las referencias anotadas con números las encontraréis en el texto original.
– Autores: Spassena Koleva, Jesse Graham, Peter Ditto, Jonathan Haidt
– Afilaciones:
· Ravi Iyer, Spassena Koleva, Jesse Graham: Department of Psychology, University of Southern California, Los Angeles, California, United States of America
· Peter Ditto: Department of Psychology and Social Behavior, Irvine, California, United States of America
· Jonathan Haidt: Department of Psychology, Charlottesville, Virginia, United States of America
– Citación: Iyer R, Koleva S, Graham J, Ditto P, Haidt J (2012) Understanding Libertarian Morality: The Psychological Dispositions of Self-Identified Libertarians. PLoS ONE 7(8): e42366. doi:10.1371/journal.pone.0042366
– Imagen: El cuadro de John Trumbull La Declaración de Independencia recoge el momento de la presentación del trabajo del Comité de los Cinco al Congreso. Wikipedia.
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