La declaración se refiere a las mediaciones de EE.UU., la Unión Europea (UE), los Emiratos Árabes Unidos y Catar en este caso.
Recientemente, el subsecretario de Estado norteamericano para Oriente Medio, William Burns, los senadores norteamericanos, John McCain y Lindsey Graham, así como el enviado de la UE, Bernardino León, viajaron a Egipto, donde se unieron a los delegados de los Emiratos Árabes Unidos y Catar, entre otros, en un intento por romper el punto muerto en el que se encuentran los leales a Mursi y el gobierno interino instalado por el Ejército.
La nota responsabilizó a la Hermandad Musulmana del fracaso de los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis y los acontecimientos relacionados con las violaciones de la ley y el peligro para la seguridad pública.
Estas declaraciones se producen, mientras las autoridades han advertido en varias ocasiones que desmantelarán por la fuerza las acampadas en las plazas cairotas de Rabea al Adauiya y de Al Nahda, sedes de la concentración de los partidarios de Mursi desde su deposición el pasado 3 de julio.
La Hermandad Musulmana acusa a Estados Unidos de ser “cómplice” del Ejército en la destitución del presidente legítimo, y considera que Washington es un Gobierno que “traiciona sus valores y respalda la tiranía y la dictadura”.
El 3 de julio, el Ejército destituyó a Mursi, y los militares nombraron al presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adli Mansur, presidente interino del país.
Desde el derrocamiento de Mursi, más de un centenar de sus partidarios ha perdido la vida en los enfrentamientos con los uniformados.