Desde que vi el programa de 4º milenio en el que Iker hablaba de estos dólmenes de menga, tuve ganas de visitarlos.
Pero antes en ruta a Antequera (Málaga) paré en Osuna.
El lugar conocido como “las Cuevas de Osuna”, la Necrópolis de Urso, es enclave arqueológico de la Hispania romana.
Flanqueando la Vereda Real de Sevilla se conservan numerosas tumbas excavadas en la roca, vestigios de lo que debió ser una extensa ciudad mortuoria elogiada por célebres arqueólogos y eruditos de la materia.
Antes de llegar a los enterramientos hay una especie de teatro romano dentro de una finca, pero está cerrada a cal y canto y es imposible acceder al mismo. Cosas de la España profunda y del gran interés que las autoridades tienen de preservar nuestro patrimonio cultural.
Las tumbas están dentro de unas cuevas excavadas en el terreno rocoso y si sientes curiosidad por verlas por dentro solo tienes que pasar por una pequeña valla de madera que la separan de la carretera terriza que lleva a unas canteras.
Dado el intenso calor que hacía, busqué cobijo en esta cueva donde estuve observando marcas en la pared, paralelas y con formas que el musgo verde de las hendiduras, componía en mi imaginación
Si no hubiera sido por la gran cantidad de saqueos a estas cuevas, se podría decir que Osuna contaría con uno de los mejores Museos Nacionales de Cerámica y Vidrios Romanos.
Algunas cuevas aparecen divididas en departamentos con techos abovedados, excavados en la roca, ofreciendo en sus muros pinturas de aves. Los investigadores debaten sobre si estamos ante frescos con motivos puramente paganos o los primeros ejemplos de pinturas con referencias cristianas, si bien la mayoría de los expertos opinan que son más tardías, de época paleocristiana. En el suelo se encuentran gran número de tumbas.
Hoy queda visible del enorme conjunto funerario la serie de tumbas más recientes, datando las más tardías en época visigoda. El expolio de la Necrópolis comenzó en fechas tempranas y recibió su primera excavación sistemática, entre 1784 y 1785, a petición de José de Figueroa Silva Lasso de la Vega y financiada por el Estado a instancias del conde de Floridablanca. Aquel espacio quedó, desde entonces abandonado a su suerte hasta el último cuarto del siglo XX en que se retomaron las actividades para su puesta en valor.
-> Coordenadas GPS: 37º 14` 25.07″ N 5º 05` 55.95″ O
En el enlace de abajo se puede descargar un informe de La cronología de La necropolis rupestre de Osuna
Resulta inaudito que en pleno siglo XXI y en una comunidad donde los “eres” y las jubilaciones de los señoritos que nunca trabajaron se entierren y dejen a la luz y al olvido, joyas de nuestro pasado, que sólo se utilizan ocasionalmente por los que no tuvieron la oportunidad de recibir ninguna ayuda estatal.
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