Desde que se descubrió hace ya 104 años, la enfermedad del mal de chagas está atacando principalmente a zonas rurales empobrecidas de países latinoamericanos, sin embargo, el Presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF), Dr. Unni Karunakara, afirma que “a pesar de las dificultades, el diagnóstico y tratamiento de la poblaciones rurales es posible”.
En el marco del “Proyecto de Diagnóstico y Tratamiento de Chagas” impulsado por MSF, se desarrolla un estudio directo en las principales poblaciones afectadas: Bolivia y Paraguay. Fue así que se instalaron centros de atención médica para el tratamiento de esta enfermedad en la provincia de Narciso Campero, ubicada en la zona rural perteneciente al departamento de Cochabamba (Bolivia) y en la ciudad de Boquerón (Paraguay).
Según el Reporte Anual de 2012 de MSF, de los resultados obtenidos en Bolivia, se estimó que la cantidad de afectados asciende a 1 millón de personas, y que más de 3,2 millones de habitantes se encuentran expuestos a la enfermedad en zonas endémicas. Mientras que en Paraguay, se calcula 150.000 afectados.
El Dr. Karunakara destacó también la importancia en el compromiso que deben asumir los gobiernos de los países endémicos de América Latina, encaminado a achicar la brecha existente entre el número de personas que viven con chagas y el de las personas que reciben adecuado tratamiento.
Asimismo no dejó de resaltar que, en lo inmediato, para que los pacientes puedan acceder a un diagnóstico y tratamiento es menester contar con recursos humanos, una infraestructura de salud primaria “robusta” que incluya un programa de promoción y educación, tanto para la población como para los profesionales sanitarios encargados de brindar tratamiento. Desde el punto de vista de la efectividad, considera fundamental que las herramientas de diagnóstico sean más sencillas y que los tratamientos se adapten a cada contexto.
Mal de chagas
El mal de chagas o Trypanosomiasis americana, es una enfermedad endémica crónica en Centro y Sudamérica que se contagia a través de la picadura de un insecto que se alimenta de sangre, conocido como la vinchuca. Es considerada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como enfermedad tropical “desatendida”.
Esta vinchuca, o “chinche negra” (en Argentina), es el vector que transmite al hombre el parásito, el tripanosoma cruzi o Schizotrypanum cruzi, un protozoo flagelado. “Por lo tanto, se suele incluir dentro de las enfermedades endoparasitarias”, señala el reporte de salud del Gobierno argentino.
A la vinchuca “se la puede encontrar en las grietas de los pisos y de las paredes, detrás de los muebles y en cualquier resquicio libre de las viviendas, generalmente de aquellas que están construidas con adobe sin revocar y con techo de paja. También hay chinches negras en lugares destinados a animales domésticos, como gallineros, corrales y conejeras”, señala el reporte de Salud del Gobierno argentino.
El chagas es de evolución lenta, y va ocupando sistemáticamente los diferentes aparatos del cuerpo anidando en los tejidos del ser humano, y, de ese modo, causando una gran variedad de molestos síntomas. Principalmente afecta el corazón, lo que termina causando la muerte en al menos 30 por ciento de los casos. Entre los principales síntomas estudiados por Mazza incluyen fiebre, vómitos, disnea y crisis convulsivas, señala el reporte de salud.
Los lugares de mayor riesgo son las habitaciones donde las vinchucas habitan en las paredes. Otras formas de contagio son la transfusión sanguínea de una persona que porta el parásito, aunque no tenga la enfermedad activa y los trasplantes de órganos infectados.
Sensible descenso de la enfermedad en el Norte argentino
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reveló un estudio sobre la enfermedad del mal de chagas en Argentina. Las poblaciones estudiadas fueron las áreas rurales de los departamentos de Ojo de Agua y Quebrachos pertenecientes a la provincia de Santiago del Estero, ubicada al norte del país.
De la evaluación del año 2012, se observó un sensible descenso en los índices de infestación domiciliar y, por tanto, “seroprevalencia negativa” de la infección por vía vectorial en los niños de hasta 15 años (con 1% de prevalencia).
La mencionada baja se debió a las estrategias de control antivectorial implementadas durante el periodo evaluado y mejoras socio-ambientales, como vivienda, electrificación rural y proyectos productivos que mejoraron el peridomicilio.
El estudio fue coordinado por la OPS en conjunto con el Programa Provincial de chagas, la Dirección Nacional de Enfermedades Transmitidas por Vectores, el Servicio Nacional de chagas y el Instituto Nacional de Parasitología de Argentina.
Algunas cifras sobre el mal de chagas
Es endémico en 21 países de América Latina;
Entre 8 y 10 millones de personas lo padecen;
Se estima que en la región, cerca de 100 millones de personas están en riesgo de infectarse;
En total son 56.000 los casos anuales de chagas en todas sus formas de transmisión;
Mueren 12.500 personas por año;
Durante 2012: 2.286 pacientes de Bolivia y Paraguay completaron su tratamiento por MSF.
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