Un juzgado de Alzira (Valencia) ha condenado a un párroco de una población de la comarca de La Ribera a cinco años de prisión por abusar sexualmente de dos menores, de 13 y 14 años, en una sentencia que considera al Arzobispado de Valencia responsable civil subsidiario.
La sentencia, hecha pública hoy y que obliga a indemnizar a los menores con 30.000 y 28.000 euros, respectivamente, también considera al párroco penalmente responsable de un delito de exhibición de material pornográfico a un menor de edad.
El acusado fue nombrado por el Arzobispado de Valencia antes de septiembre de 2009 párroco en una localidad de la comarca de La Ribera, donde ya estuvo prestando servicios como profesor en un colegio desde octubre de 2006 a septiembre de 2010.
Desde que fue nombrado párroco comenzó a dar clases de repaso a los dos menores y con el consentimiento de sus padres, con los que tenía una “relación de confianza”, y durante ellas cometió diversos abusos sexuales de los que fue denunciado el 18 de septiembre de 2010 ante la Guardia Civil de Carlet.
Como consecuencia de los hechos los menores, que son primos, han recibido tratamiento psicológico durante cerca de dos años por presentar “baja autoestima, tristeza, ansiedad, irritabilidad, vergüenza, asco, miedo, desconfianza, aumento de los conflictos con la familia e interferencia grave en su desarrollo psicológico”.
Según la sentencia, con el menor de 14 años repetía los abusos sexuales todos los días que el menor tenía clases de repaso, de martes a viernes, y se prolongaron desde septiembre de 2009 a mediados de septiembre de 2010.
En una ocasión el párroco, “con conciencia de la edad” que tenía el menor, exhibió en el ordenador que tenía en una habitación de su domicilio, una película en la que aparecían un hombre y una mujer desnudos realizando actos sexuales de manera explícita.
El otro menor también sufrió abusos sexuales los viernes y sábados y los meses de julio y agosto, cuando volvía a su lugar de veraneo, y se repitieron hasta septiembre de 2010.
Los menores declararon ante el juez que no contaron lo ocurrido a sus padres porque “tenían miedo” de la reacción del acusado, pero se animaron a hacerlo cuando un día ambos “se sinceraron” y se contaron entre ellos los abusos que recibían del sacerdote, al que conocían desde años antes, porque fueron monaguillos de la iglesia.
Según el fallo, contra el que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Valencia, el acusado se limitó a reconocer “solo en parte” los hechos imputados, ya que negó haberles obligado a masturbarle así como haber exhibido una película de contenido pornográfico a uno de los menores.