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LA RUEDA DE LA VIDA
Fuí a solas y a escondidas
hacia mis interioridades
teniendo sólo por luz
la llama de mi pensamiento.
A solas fui en medio del río
calentándome con el manto de mi esperanza.
Y a solas caminé camino de mis adentros
con sólo el Amor por guía.
Cuando llegué al corazón, no vi un corazón
sino el jardín que fui sembrando
con los muchos cuerpos que vestí,
y en medio de él había
una fuente de agua cristalina
donde iban a beber los pajarillos de mis yoes.
Cayetano Arroyo.