La Lomce consigue luz verde en el Congreso gracias a la mayoría absoluta de los conservadores y la abstención de UPN. La oposición, que lamenta que el texto se haya “empeorado” durante su tramitación, se declara “insumisa” a la ley
Solo. Con poco más de una treintena de diputados conservadores escuchando desde la bancada derecha del hemiciclo. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, acudió hoy al Congreso para ver, en directo, la aprobación definitiva de la reforma educativa, de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), de su ley, la ley Wert. Pero, aunque el texto consiguió el apoyo de la mayoría de la Cámara en la votación [182 votos a favor, frente a 143 en contra -de toda la oposición a excepción del diputado socialista por Balears Pablo Martín Peré, que se abstuvo (por error), y la anunciada abstención, también, de UPN], al debate previo no acudieron ni los suyos. Aunque el titular de la cartera del ramo insiste en decir que se siente respaldado por el Gobierno, ni un solo ministro estuvo ahí para apoyarle hasta que llegó la hora de votar. Una prueba de que la ley “no gusta a nadie”, como critica la oposición, que hoy ha intentado hacérselo entender a Wert hasta cantando.
La diputada de Amaiur Maite Aristegui entonó unos versos en euskera, pero fue interrumpida rápidamente por Celia Villalobos, que sustituyó momentáneamente a Jesús Posada en la presidencia del Congreso. Y es que las performance se han hecho habituales en los debates parlamentarios de esta ley. La última vez que el texto pasó por el Congreso, fue también el diputado de Amaiur Mikel Errekondo quien emuló la “vuelta a las aulas franquistas” sujetando dos libros con los brazos en cruz.
Al margen de los momentos de ironía, los diputados de la oposición aceptaron el destino de la ley, su aprobación definitiva gracias al rodillo del PP, “con la soledad del PP”, pero no se resignaron sin anunciar más luchas y ratificaron su compromiso de derogarla en cuanto cambie la mayoría parlamentaria. “No acataremos“, insistieron Joan Tardà (ERC), Martì Barberá (CiU) y Aristegui,entre otros. “Fíjese, que hasta un Gobierno de centro derecha [el de CiU, en Catalunya] ya ha dicho que no se iba a aplicar; imagínese si gobernáramos los republicanos”, le pidió Tardà a Wert, a quien pidió que, como en las aulas de antaño, escribiera mil veces: “No evangelizaré a los alumnos, no castigaré al profesorado“. El diputado catalán incidió en el ataque a la inmersión lingüística previsto en la Lomce y auguró el olvido del ministro: “Igual que enterramos a Aznar, enterraremos su ley y a usted; nadie le recordará”, sentenció.
“Esta ley no nos vale, nos es extraña, supone volver 40 años atrás y va en contra de nuestra soberanía, nuestra identidad y nuestra lengua; es una bomba en el corazón de Euskal Herria”, enunció Aristegui. “No la acataremos”, anunció. Isabel Sánchez Robles, del PNV, también recordó “la poco probable aplicación de la norma”. “El Gobierno vasco la recurrirá ante el Tribunal Constitucional”, adelantó, para pedir al ministro que “vaya adelantando su carta dimisión”, ya que recientemente se comprometió, en una entrevista con ABC, a dejar el cargo si se demuestran principios de inconstitucionalidad en su ley. “Como grupo, también nos declaramos insumisos a su ley“, sentenció también Caridad García, portavoz Izquierda Plural, que insinuó que Wert no era tan “valiente” como dice el presidente, Mariano Rajoy, ya que ayer no acudió al debate sobre su reprobación. Una petición de cese justificada, según Barberà, porque “Wert da una imagen de España de charanga y pandereta”, dijo, haciendo alusión a algunas de las declaraciones más polémicas del ministro. Su reprobación fue rechazada hoy por 179 votos en contra, 136 a favor y seis abstenciones. En esta votación, la anécdota la protagonizó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que pulsó el botón incorrecto y votó para echar a Wert.
Todos recordaron que se trata de una normativa que nace “sin consenso” y teniendo en frente a toda la comunidad educativa. Además, los grupos de la oposición criticaron el “empeoramiento” que ha sufrido el texto durante su trámite parlamentario. “Estamos mucho peor que al principio; cuando creíamos que era imposible empeorarla, vuelve del Senado atacando aún más la Educación pública, universal y de calidad”, resumió Rosana Pérez, del BNG. “Se aparta de la laicidad que propugna la Constitución, quita competencias a las Comunidades Autonómas y recentraliza, respondiendo a su anunciada intención de ‘españolizar a los alumnos’”, denunció.
Baldoví, a Wert: “Creo que esta ley ya no le gusta ni a usted mismo”
“La ley desoye al Consejo de Estado en la enmienda aprobada para que los centros educativos que segregan por sexos no tengan que justificar ese modelo educativo para optar a los conciertos”, detalló también Uxue Barkos (Geroa Bai), que criticó “la sordera ministerial” al respecto. Joan Baldoví (Compromís),por su parte, definió a Wert como alguien que “circula en dirección contraria”. “Una ley que debía nacer con consenso, nace con un defecto congénito, lleva en sus entrañas un monstruo deforme, la maldición de Frankestein; es el patito feo“, ejemplificó. “No gusta a nadie, ni a la comunidad educativa y ni siquiera a los obispos, que querían más”, aclaró. Y concluyó: “Creo que ya no le gusta ni a sí mismo”.
“¿A quién corresponde la paternidad intelectual de la ley?”, preguntó, por su parte, Enrique Álvarez Sostres. Su partido, Foro Asturias, que se abstuvo en la primera votación de la Lomce en el Congreso, hoy ha votado en contra de la misma. “Es una ocasión histórica desaprovechada porque el sistema educativo debe ser revisado, pero no así”, criticó. “¿De quién es esta ley que nace con el germen de la derogación inmediata?”, continuó cuestionando. Y se respondió: “No es del PP, porque no responde al programa político del partido; no es de la izquierda, no es nacionalista, no es de sindicatos y no es de profesores -porque no se ocupa de ellos-; y no es del Gobierno, porque no responde al discurso de investidura del presidente del Gobierno”.
Con esta decisión, Wert se ha quedado aun más solo que antes. Ya sólo le apoya (y poco) UPN -que se abstuvo en la votación-, que impulsó dos de las enmiendas más polémicas: las relacionadas con el blindaje de los centros concertados que segregan por sexo. Desde UPyD, Martínez Gorriarán insistió en que no apoyó la reprobación del ministro porque “Wert ni quiere despedir a todos los profesores ni comerse a los niños crudos”, pero no apoya la Lomce porque “da más poder a las comunidades”, aseguró. Por su parte, el diputado navarro Carlos Salvador negó que las citadas enmiendas supusieran el “sectarismo” del sistema y, respecto al conjunto de la Lomce tampoco la criticó: “Dejaremos que sea la Historia la que juzgue el esfuerzo por construir un futuro mejor”.
La prevención de la violencia de género, en peligro
Precisamente, la enmienda sobre los colegios concertados fue objeto de duras críticas por parte de IU y PSOE. Porque, recuerdan, la medida está lejos de fomentar la igualdad entre hombres y mujeres; una asignatura pendiente en la reforma educativa desde que Wert decidió eliminar Educación para la Ciudadanía. “Esta medida sólo la aprueban los sectores más retrógrados de la comunidad educativa; desoye las recomendaciones de la Unesco al respecto y tendrá consecuencias para el desarrollo de la igualdad y, por tanto, de prevención de la violencia de género”, lamentó Caridad García. “Las mujeres [del PP] deberían pedir su retirada porque no vale hablar de violencia de género un día“, añadió.
Mario Bedera, portavoz del PSOE en la Comisión de Educación del Congreso, ironizó sobre una noticia publicada hoy en la Cadena Ser: “Mato quiere incorporar en la Lomce la lucha contra la violencia de género. A buenas horas mangas verdes“. En la misma línea se expresó también la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, en una entrevista concedida a Público recientemente. Los portavoces del Ministerio de Educación, por su parte, aseguraron a la prensa en los pasillos del Congreso que los temas de igualdad estarán garantizados en el desarrollo de los contenidos curriculares de cada materi. La prevención contra la violencia de género, desarrollada, dicen, “de forma transversal”.
En general, la Lomce es, para Bedera, “una mala ley que no se va a poder aplicar mientras el personal docente no se sienta identificado con ella”. Además, recordó, “será inaplicable porque tiene errores de bulto, como la desaparición de la asignatura de Filosofía obligatoria, y por razones económicas, ya que no tiene los fondos de los que depende para poder implantarla y las Comunidades tampoco tiene dinero”, recordó.
El ministro: “Espero que haya terminado el tiempo de destruir y empecemos todos el tiempo de construir”Pese a todo y, como es lógico, Wert también mantiene el apoyo del grupo parlamentario mayoritario, el PP, cuya portavoz hoy en este debate, María Jesús Moro, defendió que la Lomce es una reforma de la ley actual (la LOE) que introduce, además, “entusiasmo, innovación, progreso, futuro; no inmovilismo”. Además, repitió las palabras de la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, asegurando que la reforma nace para “mejorar el sistema” y que todas sus medidas están “avaladas por los casi 11 millones de votos que recibió el Partido Popular”.
Wert, por su parte, quiso ser breve hoy. En “la tercera ocasión que la Lomce pasa por la Cámara”, agradeció “la interlocución de la portavoz del Grupo Popular” y defendió que “todas las enmiendas han mejorado el texto”. Por último, llamó al consenso tras la aprobación de la que será la séptima ley educativa de la democracia: “Espero que haya terminado el tiempo de destruir y empecemos todos el tiempo de construir“, concluyó. ¿Aplausos? Sí. Los de la bancada conservadora y, desde la tribuna, los de la número dos del Ministerio y su equipo de comunicación.
También fue breve, después, ante la prensa. Tras las votaciones, Wert compareció para defender su recién aprobada ley y anunciar sus pasos a seguir. Ahora buscará el consenso, dice el ministro, y “en cuanto vuelva al despacho” llamará a los consejeros de Educación de las comunidades para desarrollar “juntos” la nueva legislación. No admitió preguntas de los medios.
Saénz de Santamaría votó, por error, a favor de reprobar al ministro
EUROPA PRESS
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha protagonizado la anécdota de la jornada parlamentaria en el Congreso al votar por error a favor de la petición del PSOE de reprobar la gestión del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, una iniciativa a la que el resto del Grupo Popular y UPN han votado en contra.
Se trata de la segunda vez que el PSOE solicita a la Cámara censurar la gestión de Wert al frente del Ministerio de Educación, una iniciativa que ha vuelto a ser rechazada por la mayoría absoluta del PP en el arco parlamentario, como ya sucediera hace un año. Entre otros puntos la oposición pedía su reprobación por la tramitación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), así como por la reciente polémica de las Erasmus, o los recortes emprendidos en las becas.
Al margen del error de la vicepresidenta, la votación se ha saldado con el voto en contra del PP y de UPN; la abstención de UPyD y Foro de Asturias; mientras que CiU, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), PNV, ERC y BNG han apoyado al PSOE en su censura.