Llegan a la tierra, traen mensajes de conciencia y expansión.
Traen consigo una gran madurez espiritual. Saben adónde van, y hasta algunos de ellos tienen destellos del lugar de donde provienen.
Traen enseñanzas, proponen cambios. Tienen una gran misión: recordarnos quiénes somos, para que despertemos nuestro poder interior y nos reconozcamos capaces de generar el cambio que necesitamos.
Son los Niños de Hoy, los Nuevos Niños, grandes seres espirituales jugando a ser niños.
El amor los impulsa, buscan cambiar la tierra, cambiar al hombre, transformar la realidad.
Quien quiera reconocer a estos niños, pósese en su mirada. La transparencia y pureza de sus ojos desnuda el alma de quien los mira. Miran fijo, de forma sabia y madura.
Cuando se está frente a un Nuevo Niño, la emoción desborda el corazón, dentro se despierta una sensación de reverencia y respeto por él.
Igualmente no siempre sucede esto. Muchos adultos están tan inmersos en su mundo de problemas y preocupaciones que estos niños pasan desapercibidos. Pero aun así ellos actúan, actúan aún más con esas personas. Si sus miradas no encuentran eco, entonces golpearán sus puertas, y si nadie corre a abrirles, permanecerán presentes hasta que alguien los invite a pasar.
Pero la espera a veces se hace larga, se hace eterna, y comienzan a olvidar lo que han venido a decir.
Los cambios que estos niños proponen pueden llegar a cambiar el mundo, pero necesitan de nosotros, los adultos. Es tiempo de abrir los ojos, ver al niño que está a nuestro lado y preguntarnos ¿qué vendrá a decirnos?, ¿cómo empezamos a ofrecerle el espacio que necesita?, ¿cuál es la educación más certera para este nuevo ser?, ¿cómo encuentro el punto de equilibrio entre dejarlo expandir su potencial innato, y a la vez ejercer sana y necesariamente mi rol de padre, maestro, terapeuta o educador?
Muchas teorías hablan de niños Índigo y Cristal. En general las preguntas más frecuentes sobre este tema son: ¿quiénes son los niños Índigo?, ¿quiénes los niños Cristal?, ¿cuáles son sus características?, ¿cómo los reconocemos?
Todos estos interrogantes serán respondidos, aclarados y abordados con la conciencia de que somos seres humanos buscando el equilibrio, y por ello, este tema debe ser tratado sensible y maduramente.
Teniendo en cuenta que hay mucha información acerca de este tema y también mucha confusión que desvía el verdadero propósito de reconocer la energía de estos nuevos niños, intentaré con su ayuda y apertura dilucidar la esencia que presentan estos niños, pero con un fin: que el adulto pueda utilizar este conocimiento a modo de ayuda y guía de los Nuevos Niños, en vez de tan solo agrandar el conocimiento racional.
Es por eso que decido tratar este tema desde el punto de vista energético, porque de esta forma podemos hacer tangible un tema sutil. Entonces aquí, en vez de preguntar: “¿quiénes son los niños Índigo y Cristal?”, preguntaremos: ¿qué es la energía Índigo? ¿Y qué es la energía Cristal? ¿Quiénes portan esta energía? ¿Cómo reconocerla en los niños, trabajarla, encauzarla y potenciarla?
Al abordar este tema desde su cualidad energética lo despersonificamos, y el término Índigo o Cristal no queda solo reservado para los niños. Son energías que no solo nos hablan de los niños, sino de todas aquellas personas, sin importar la edad, que han venido con un propósito bien definido, y la energía que traen los ayudará a llevarlo a cabo.
Finalmente lograremos ver que estas características hablan de un proceso evolutivo global, y que lo estamos creando que entre todos.