Afrontar el desafío de hacer que los entornos urbanos sean más verdes es similar a los desafíos que presenta la producción de alimentos en una nave espacial o en una colonia en Marte
Habitar el espacio exterior requiere la solución de una serie de asuntos como la obtención de aire, agua, energía y el suministro de alimentos en un espacio reducido. Y estos no son problemas de un distante futuro apocalíptico. El desarrollo de esta tecnología apunta a algunos de los grandes desafíos que tiene nuestra civilización. Por muchas razones, la exploración del espacio puede ser uno de los principales motores para revolucionar la agricultura sustentable en la Tierra.
En primer lugar, hasta el momento la agricultura no ha sido un ámbito clave en la innovación de la automatización, sino que se ha visto beneficiada de ella, esto tiene que cambiar. La economía actual promueve un aumento del tamaño en la maquinaria agrícola y el producir un solo cultivo durante muchos años, que son las técnicas más adecuadas para la automatización. Los avances en la robótica pueden disminuir los efectos perjudiciales de la agricultura mediante la mejora de la gestión de recursos y cultivos intercalados (eso significa cambiar el tipo de cultivo producido). Plataformas robóticas a pequeña escala pueden proporcionar a cada planta los recursos necesarios mientras los van necesitando. Esto puede ayudar en la recuperación de los entornos urbanos por parte de la agricultura, como por ejemplo el interior de edificios o los techos.
Afrontar el desafío de hacer que los entornos urbanos sean más verde es similar a los desafíos que presenta la producción de alimentos en una nave espacial o en una colonia en Marte. Las soluciones no vendrán de los cambios graduales en el sistema actual, sino que requieren un enfoque totalmente diferente, como el uso de robots.
En segundo lugar, la agricultura sustentable es un desafío que requiere nuevos desarrollos en los sistemas de energías renovables y en la integración de la gestión de recursos, especialmente en entornos urbanos o en una nave espacial.
Ir a Marte es un “problema de mochila”. Los exploradores tienen que decidir en base a una combinación de provisiones y herramientas que les permitan maximizar la exploración y minimizar el riesgo de fracaso, pero están limitados por el tamaño de la nave espacial. Las naves más grandes pueden llevar más elementos, pero también requieren más personas para mantenerlas, necesitando nuevamente más recursos.
Salir de la Tierra no es fácil. El peso para el lanzamiento de una nave espacial está limitado por las restricciones de combustible. Cuanto más grande sea la masa, se necesita más combustible para el despegue. Esto limita cuánto tiempo podemos mantenernos en el espacio, dónde podemos ir y lo que podemos hacer allí.
El cálculo correcto de la masa de lanzamiento y el potencial de rendimiento han demostrado que el cultivar alimentos se convierte en una ventaja para las misiones que exceden los dos años en el espacio. Para misiones más cortas, la masa adicional de lanzamiento requerido para cultivar plantas sería mejor utilizada en llevar recursos adicionales. Un escenario alternativo es poner en marcha sistemas de soporte vital antes que lleguen los seres humanos. En ambos casos, la automatización es necesaria porque el uso de recursos humanos en el espacio es ineficiente.
En la Tierra los avances en las prácticas agrícolas y en los sistemas de transporte han resuelto el problema de la automatización incluso en los lugares más remotos. Pero este enfoque está a punto de llegar a su límite, y pueden ser las soluciones en la investigación espacial las que ayuden. Por ejemplo, las soluciones para una presencia sostenible en el espacio tienen que tener un mejor uso de los recursos, incluyendo el reciclado eficiente, para que la comida pueda ser cultivada a partir de aguas residuales y dióxido de carbono. Estas tecnologías podrían traer beneficios en la Tierra también.
En tercer lugar, el desarrollo de los sistemas avanzados de soporte vital de la NASA depende en gran medida del valor percibido de sus misiones. El uso de la exploración espacial como motor para la solución de nuestros más apremiantes y grandes desafíos: el aire, la energía, el agua y los alimentos, es una potente narrativa para ganar el apoyo del público.
El cultivo de alimentos en el espacio todavía no es un componente crítico de las misiones, pero lo será muy pronto. La investigación en la agricultura espacial debe centrarse en tres frentes: el aumento de nuestro conocimiento del crecimiento espacial de las plantas, la solución de los retos claves para el mantenimiento de las plantas y entender el impacto que este tipo de vida tiene sobre los seres humanos en el aislamiento espacial.
Estos tres asuntos están estrechamente relacionados y todos reciben ayuda de robots. Como el mantenimiento totalmente autónomo de cultivos requiere soluciones a una serie de problemas difíciles en la percepción y la manipulación, el enfoque inicial debe estar en la operación a distancia del proceso de crecimiento. La elaboración de un sistema que resuelva todos los desafíos mecánicos, de la interfaz de usuario y de comunicación, que permitan hacer crecer de forma sustentable los cultivos, puede servir como base para la futura automatización. Esto podría motivar una misión propia, tal como la implementación de un invernadero en la Luna o en Marte.
http://www.lagranepoca.com/30535-exploracion-del-espacio-puede-guiar-proxima-revolucion-agricultura