El debate sobre la depresión y los medicamentos “antidepresivos” (así entre comillas) está abierto. Ayer publicábamos El diagnóstico de “depresión” aumenta entre personas sanas y hoy leo en un blog amigo, PostPsiquiatría, un post titulado Ocho artículos sobre fármacos antidepresivos y una reflexión sobre el efecto placebo. Comentamos.
Concluye ese post con algo que yo utilizo para comenzar: La tristeza es una emoción humana legítima y que las píldoras de la felicidad NO existen.
El psiquiatra José Valdecasas, impulsor del blog junto a otros/as compañeros de profesión, recoge varios estudios científicos actualizados sobreeficacia y seguridad de psicofármacos, en esta ocasión sobre medicamentos antidepresivos.
Periódicos como The Guardian y El País han iniciado una gran encuesta sobre experiencia de la población con los antidepresivos, en relación con los debates abiertos sobre su eficacia y posible sobreutilización. El asunto está “en la calle” porque lo que es en “la academia” hace años que se tiene clara la baja eficacia de este grupo de medicamentos y su peligrosidad.
Uno de los métodos de trabajo científico más apreciados es el metanálisis, estudio de toda (o casi toda) la literatura científica publicada (o no) sobre un tema concreto. Los fármacos antidepresivos han sido objeto de muchos y así lo resume otro post de este genial blog sanitario. El título es esclarecedor: Acerca de la (deprimente) eficacia de los antidepresivos.
Sus resultados dejan clara la falta de eficacia superior al placebo, excepto en casos dedepresiones graves (es decir, y por aclarar, los antidepresivos funcionan, pero igual que lo hace el placebo -agua con azúcar, por lo general- sólo que esta apenas conlleva peligros y el grupo de fármacos sobre los que tratamos sí).
Volviendo al post que nos ha inspirado el comentario de hoy, como la investigación continúa avanzando y hay que estar actualizados, Valdecasas y su equipo han resumido algunos estudios recientes sobre el tema, enlazando el artículo original para que pueda consultarse si se desea. Leedlos pues el panorama no puede ser más deprimente y es que si existe un campo en el que se utilizan medicamentos sin “evidencia” es el de la salud mental.
Tras todo esto está, como hemos comentado en otras ocasiones, el totalitario concepto de entregar la responsabilidad propia en la gestión de la salud a fabricantes de medicamentos, determinados médicos y a las pastillas.