domi LA TIERRA ES HUECA (7)

La Tierra Hueca Y EL REINO SUBTERRANEO (RECOPILACCION):

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TEMARIO :1-HISTORIA DE LA TEORIA DE LA TIERRA HUECA;2- LA TIERRA HUECA-EL “MENTIS “CIENTIFICO;3-LA TIERRA HUECA; 4-LOS INTRATERRESTRES;5-EL GOBIERNO OCULTO INTRATERRESTRE; 6-EL ASALTO A LA TIERRA HUECA;7-EL DESEMBARCO NAZI EN ANTARTIDA ;
8-AKAKOR,NAZIS Y ANTARTIDA;

HISTORIA DE LA TEORIA DE LA TIERRA HUECA :

* EXTRAIDO DE :  garaje.ya.com/fsanchezsoriano/tierrahueca/tihueca.html

A principios de 1970, la Administración del Servicio de Ciencia del Medio Ambiente (ESSA), perteneciente al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, proporcionó a la prensa unas fotografías del Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968. Una de las fotografías mostraba el Polo Norte cubierto por la acostumbrada capa de nubes; la otra, que mostraba la misma zona sin nubes, revelaba un inmenso agujero donde hubiera debido estar el Polo, ver foto de cabecera de este artículo. El ESSA estaba lejos de sospechar que sus fotos rutinarias de reconocimiento atmosférico iban a contribuir a despertar una de las controversias más sensacionales y célebres de la historia de los OVNIS.

En el número de junio de 1970 de la revista Flying Saucers, el editor y ufólogo Ray Palmer reprodujo las fotos del satélite ESSA-7 junto con un artículo en el que manifestaba que el agujero de la foto era real.

Durante mucho tiempo, Ray Palmer y otros ufólogos habían creído que la Tierra es hueca, y que los OVNIS provienen y retornan a una civilización de seres superiores que está oculta en su interior inexplorado. En 1970, gracias al apoyo de una fotografía en que aparecía el enorme agujero del Polo Norte, Palmer pudo por fin asegurar que la super-raza subterránea existía y probablemente se podía llegar hasta ella a través de los agujeros de los polos Norte y Sur.

En los números siguientes de Flying Saucers apoyó su teoría resucitando otra antigua controversia sobre la “Tierra hueca”: la de las famosas expediciones del vicealmirante Richard E. Byrd a los polos Norte y Sur.

El primer testigo

El vicealmirante Richard E. Byrd de la US Navy fue un distinguido aviador pionero y explorador polar que sobrevoló el Polo Norte el 9 de mayo de 1926 y dirigió numerosas expediciones a la Antártida, incluyendo un vuelo sobre el Polo Sur el 29 de noviembre de 1929. Entre 1946 y 1947, llevó a cabo la operación a gran escala llamada “High Jump” (Salto Alto), durante la cual descubrió y cartografió 1.390.000 km2 de territorio antártico.

Las famosas expediciones de Byrd entraron por vez primera en la controversia de la Tierra hueca cuando varios artículos y libros -especialmente Worlds beyond the Poles (Mundos más allá de los Polos), de Amadeo Giannini- pretendieron que Byrd había en realidad volado no por encima del Polo, sino hacia dentro de los grandes agujeros que llevan al interior de la Tierra. Ray Palmer, basándose principalmente en el libro de Giannini, introdujo esta teoría en el número de diciembre de 1959 de su revista y, a raíz de ello, mantuvo una voluminosa correspondencia al respecto.

Según Giannini y Palmer, el vicealmirante Byrd anunció en febrero de 1947, antes de un supuesto viaje de 2.750 Km a través del Polo Norte: “Me gustaría ver la tierra más allá del Polo. Esa área más allá del Polo es el centro del Gran Enigma.” Giannini y Palmer decían también que, durante su supuesto vuelo sobre el Polo Norte en 1947, el vicealmirante Byrd comunicó por radio que veía debajo de él, no nieve, sino áreas de tierra con montañas, bosques, vegetación, lagos y ríos y, entre la maleza, un extraño animal que parecía un mamut. También, siempre según Giannini y Palmer, en enero de 1956, después de dirigir otra expedición a la Antártida, el vicealmirante Byrd había manifestado que su expedición había explorado 3.700 Km más allá del Polo Sur y, además, justo antes de su muerte, Byrd había dicho de la tierra más allá del Polo que era “un continente encantado en el cielo, tierra de misterio permanente”. Esa tierra, según otras teorías, era la legendaria Ciudad del Arco Iris, cuna de una fabulosa civilización perdida.

El vicealmirante Richard E. Byrd, cuyas expediciones polares desataron la polémica sobre la teoría de la tierra hueca.

Para Giannini y Palmer, los comentarios atribuidos al vicealmirante Byrd no hacían más que confirmar lo que ellos habían sospechado siempre: que la Tierra tiene una forma “extraña” en los Polos, algo parecido a un “donut”, con una depresión que, o bien se hunde muchos kilómetros en las entrañas de la Tierra, o forma un agujero gigante que pasa a través del eje de la Tierra, de un polo a otro.

Dado que, por razones geográficas, es imposible volar 2.750 km. Más allá del Polo Norte o 3.700 km. Más allá del Polo Sur sin ver agua, es lógico pensar que el vicealmirante Byrd debe haber volado hacia dentro de las enormes cavidades convexas de los polos, dentro del Gran Enigma del interior de la Tierra y que, si hubiera seguido adelante, habría llegado a la base secreta de los OVNIS que pertenecen a la super-raza oculta, quizás la legendaria Ciudad del Arco Iris que Byrd habría visto reflejada en el cielo.

La posibilidad de que la Tierra sea hueca, de que se pueda entrar en ella a través de los polos Norte y Sur, y de que civilizaciones secretas florezcan en su interior, ha espoleado las imaginaciones desde tiempo inmemorial. Así, el héroe babilonio Gilgamesh visitó a su antepasado Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo trata de rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de Egipto se comunicaban con el mundo inferior, al cual accedían a través de túneles secretos ocultos en las pirámides; y los budistas creían (y creen todavía) que millones de personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el rey del mundo.

El mundo científico no fue inmune a esta teoría: Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII dedujo que la Tierra era hueca, que contenía un sol central y que estaba habitada; y el doctor Edmund Halley, descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra en el siglo XVIII también creía que la Tierra era hueca y albergaba en su interior tres plantas. Ninguna de estas teorías estaba sustentada científicamente, pero alternaban con varias obras de ficción sobre el mismo tema, las más importantes de las cuales eran Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe (1833), en la cual el héroe y su compañero tienen un terrorífico encuentro con seres del interior de la Tierra; y el Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne (1864), en la cual un profesor aventurero, su sobrino y un guía penetran en el interior de la Tierra a través de un volcán extinguido en Islandia, y encuentran nuevos cielos, mares y reptiles gigantescos y prehistóricos que pululan en los bosques.

La creencia en una Tierra hueca estaba tan extendida que incluso Edgar Rice Burroughs, el célebre autor de Tarzán, se sintió obligado a escribir Tarzán en las entrañas de la Tierra (1929), en el que el famoso hijo de la selva va a Pellucidar, un mundo que se encuentra en la superficie interior de la Tierra y que está alumbrado por un sol central. La sombra más allá del tiempo (1936) de H.P. Lovecraft transportó el tema a la época actual describiendo una raza antigua y subterránea que dominó la Tierra hace 150 millones de años y que, desde entonces, en el refugio de la Tierra interior, ha inventado aviones y vehículos atómicos, y domina el viaje en el tiempo y la percepción extrasensorial.
Estas y otras obras de ficción mantuvieron vivo el interés por la posibilidad de que la Tierra fuera hueca y de que escondiera otras civilizaciones. Así, cuando se avistaron los primeros 0VNIS en Estados Unidos en 1947 y la “ufomanía” azotó el país primero y el mundo después, surgieron dos teorías para explicarlos. Los OVNIS debían ser o bien naves extraterrestres de alguna galaxia lejana, o pertenecían a seres avanzadísimos que habitaban en el interior de la Tierra. Estas teorías llevaron a recuperar las leyendas de las civilizaciones “perdidas” de la Atlántida y de Thule, en la creencia de que esta última se hallaba en el Ártico (no se debe confundir con Dundas, antes Thule, el enclave esquimal en Groenlandia, que es hoy una base aérea de los Estados Unidos y centro de comunicaciones).

No obstante, se creía también que otra posible fuente de procedencia de los 0VNIS se hablaba en la Antártida. Esta teoría surgió a raíz de la publicación del convincente libro de John G. Fuller, El viaje interrumpido (1966), en el que el autor relata la historia de Betty y Barney Hill, un matrimonio americano que, durante un tratamiento psiquiátrico debido a un inexplicable periodo de amnesia, recordó bajo hipnosis que habían sido raptados por extraterrestres, examinados en el interior de un platillo volador e informados de que los extraterrestres tenían bases en toda la Tierra, algunas en el fondo del mar y al menos una en la Antártida.

De este modo, cuando Ray Palmer publicó su controvertida teoría en 1970, los ufólogos y creyentes en la Tierra hueca quedaron a la expectativa. ¿Se trataba de las pruebas concluyentes?

Pero los argumentos que Palmer aducía se revelaron extremadamente endebles. Todas las investigaciones llevadas a cabo desde entonces no han logrado confirmar ninguna de las afirmaciones atribuidas por Giannini y Palmer al vicealmirante Byrd; ni siquiera se ha confirmado su vuelo sobre el Polo Norte en febrero de 1947 (lo cierto es que Byrd sobrevoló el Polo Sur en esa fecha, en el transcurso de la operación High Jump). Incluso suponiendo que Byrd hiciera dichos comentarios, es más lógico creer que “la tierra más allá del Polo” y el “Gran Enigma” son formas de aludir a las regiones aún inexploradas, más que a continentes escondidos en el interior de la Tierra, y que el “continente encantado en el cielo” era únicamente una descripción de un fenómeno corriente en las latitudes antárticas: una especie de espejismo que trae el reflejo de tierras lejanas.

A pesar de que se ha demostrado la inexactitud del pretendido viaje de Byrd al Polo Norte, hay algunas personas que afirman haber visto un noticiario sobre dicha expedición al Polo Norte, en el que se veían “sus montañas, árboles, ríos y un gran animal identificado como un mamut”. Una mujer escribió a Ray Palmer acerca de este noticiario, asegurando que lo había visto en White Plains, New York, en 1929. Sin embargo, este documental no está registrado en ningún archivo. ¿Se trata quizá de una artimaña del Gobierno de los Estados Unidos? ¿O quizá esa película no existió nunca? Es curioso cómo algunas personas creen “recordar” de buena fe una película que con casi total certeza nunca ha existido – al parecer, muchos de nuestros primeros recuerdos son “inventados”, y proceden de cosas que nos han contado luego o que hemos imaginado.

Según Byrd, y de acuerdo con su diario:

“Hemos sobrevolado en total unos 25.900 km2 de la Tierra más allá del Polo. Como era de esperar, aunque resulta decepcionante decirlo, no se observaba ninguna característica importante más allá del Polo. Sólo el inmenso desierto blanco que cubría el horizonte.” Asimismo, la leyenda sobre la Ciudad del Arco Iris puede derivar de una mala interpretación de las palabras de Byrd: Podía haberse llamado la Avenida de los Arco Iris Helados. Al este y al Oeste se alzaban grandes montañas. Algunas no estaban cubiertas por el hielo; eran negras como el carbón o de un rojo ladrillo. Otras estaban cubiertas de hielo por completo. Estas parecían cataratas gigantescas. Allí donde el sol tocaba sus picos y laderas, la luz se reflejaba en toda una gama de colores. Había una mezcla de azules, púrpuras y verdes tal como pocas veces ha visto el hombre.”

Ateniéndonos a las palabras de Byrd, podemos observar que no vio tierras verdes y frondosas ni mamuts más allá del Polo Sur; la cifra de 2.750 km. Es errónea o exagerada; la Ciudad del Arco Iris no tiene otra realidad que lo que Byrd describió como Arco Iris Helados, un simple fenómeno atmosférico.
No obstante, ¿podría ser hueca la Tierra? De nuevo, la respuesta ha de ser negativa. Al contrario de lo que sucedía con los primeros teóricos de la Tierra hueca, las propiedades físicas y la estructura del interior de la Tierra pueden medirse hoy exactamente con sismógrafos y computadoras electrónicas. Lejos de ser hueca, la Tierra está compuesta de cuatro capas principales: la corteza, el manto, el núcleo y el nucléolo. La corteza de granito y roca basáltica tiene un grosor de 30 a 40 Km (mucho más delgada en las fosas oceánicas). Debajo de la corteza está el manto, que se extiende hacia abajo durante 2 900 Km, y es sólida y compuesta de silicatos de magnesio, hierro, calcio y aluminio. Y debajo de esto está el núcleo, que se cree debe estar compuesto principalmente de hierro en estado de fusión. Finalmente, a una profundidad de unos 5.090 Km está el nucléolo, que es posible que sea sólido como resultado de la congelación del hierro bajo la extraordinaria presión de unas 3.200.000 atmósferas. Aunque muchos detalles no son más que hipótesis en espera de que los avances de la ciencia nos permitan confirmarlas.

El enigma de la foto del satélite resuelto.

¿Y qué hay del enorme agujero que se podía observar en la fotografía de las regiones árticas? La explicación es ridículamente simple y se le podría haber ocurrido a cualquier niño inteligente que supiera algo sobre la rotación diaria de la Tierra. Por desgracia, los entusiastas de la teoría de la Tierra hueca tomaron dicha fotografía como “prueba” sin antes consultar con nadie mínimamente experto en el asunto.

La fotografía es un mosaico de imágenes de televisión tomadas por el satélite durante 24 horas, que muestran la Tierra desde diversos ángulos. Las imágenes fueron procesadas por una computadora y unidas de modo que formasen una vista total de la Tierra como si el observador se hallase en un punto directamente encima del Polo. Durante esas 24 horas, todos los puntos en las latitudes ecuatoriales y medias recibieron luz solar durante algún periodo de tiempo, y aparecen iluminados en la fotografía compuesta. Pero las regiones cercanas al Polo estaban en ese momento sumidas en la oscuridad permanente del invierno ártico. Por ello hay una área no iluminada en el centro de la foto.

Aún así. Según rumores, lo que sí han fotografiado los satélites han sido Ovnis entrando y saliendo de los polos. Como si en ellos existieran puertas. ¿A donde?
* NOTA DEL COPISTA : ESO SERIA SI HUBIERA SOLO UNAS FOTOS Y UNA SOLA VEZ,PERO 3 SATELITES DISTINTOS EN 3 OCASIONES DISTINTAS Y EN ESTACIONES CLIMATICAS DISTINTAS HAN TENIDO FOTOS SIMILARES,POR SI FUERA POCO,SABEMOS AHORA QUE LOS SERVICIOS CARTOGRAFICOS SATELITALES RELEVAN 85 % DE LA SUPERFICE,EL RESTO ES SECRETA Y EN ELLA ESTA LOS POLOS,LA ANTARTIDA,LA ZONA POLAR NORDICA,ADEMAS EN ESAS ZONAS HAY INSTALACIONES MILITARES Y ES DIFICIL CONSEGUIR PERMISOS DE INVESTIGACION Y SON ZONAS AISLADAS…QUE GUARDAN?
OTROS PUNTOS DE VISTA
Uno de los hombres que más visitaron ambos Polos antes de estallar la II Guerra Mundial fue el vicealmirante Richard E. Byrd, a quien se debe una extraordinaria película sobre la Antártida que data de la década de los treinta. Recien terminada la guerra se inició su caída, a causa de unas palabras consideradas por sus jefes completamente absurdas.

¿VIDA AL INTERIOR DE LA TIERRA?

En febrero de 1947, poco antes de emprender una expedición al Polo Norte, declaró que “quisiera ver esas tierras más allá del Polo”. Se tomaron sus palabras como una expresión poética sin importancia, pero cuando más tarde, el 13 de enero de 1956 envió otro mensaje igualmente incomprensible cuando volaba sobre el Polo Sur. se llegó a la conclusión de que el vicealmirante había enloquecido. Dijo que veía unos bosques y lagos, e incluso animales semejantes al mamut, pastando en una región situada más allá del Polo. ¿A qué se refería el explorador?.

¿VEGETACIÓN EN LOS POLOS?

…Cuando regresó a su casa, reprendieron severamente a Byrd y le prohibieron hacer más declaraciones propias de un demente. Byrd moriría meses más tarde, decepcionado al ver que sus compatriotas se negaban a aceptar lo que él consideraba el descubrimiento más sensacional de los últimos años. Sin embargo no todos lo iban a tildar de loco. El italiano Amadeo Giannini meditó sobre las palabras de Byrd y realizó investigaciones sobre algunos testimonios del siglo pasado y terminó escribiendo una curiosa obra titulada Mundos más allá del Polo, publicada en 1959.

…Se refería Giannini en su libro a la aventura del noruego Fridtof Nansen, quien descubrió el 3 de agosto de 1894 en la región norte de Groenlandia algo que lo dejó perplejo. Se encontraba en unos 86 grados de latitud norte cuando halló unos troncos arrastrados por la corriente marina procedente del norte. ¿Troncos de árbol en las inmediaciones del Polo Norte, donde lo único que existe es hielo, esquimales y osos blancos?.

…Este hallazgo sería confirmado poco después por el comandante McClure cuando exploraba la tierra de Banks, isla del archipiélago ártico. Y también por el capitán Beechy en la costa oeste de la isla Spitzberg, quien encontró al mismo tiempo gansos silvestres que volaban, de manera inexplicable, rumbo al norte.

…Giannini encontró además, en algunas leyendas escandinavas, alusiones a una tierra oculta entre los hielos, al norte, en la que vivía una población desconocida. ¿Qué gente era aquella? ¿Vivía todavía en las regiones polares o era la misma que habitó en la antigua tierra de Thule, antes de ser invadida por los hielos?.

…Un año después de aparecer el libro del italiano, se dio a conocer una curiosa noticia por el periódico Globe and Mail de Toronto. Era la fotografía tomada por un aviador cuando volaba sobre la región ártica, en la que aparecían unos bosques espesos. Nadie le hizo caso a la foto. Pero un siquiatra de Los Ángeles, el Dr. Nephi Cotton, recordó entonces, la historia que un paciente noruego le contó cinco años atrás.

GRAN DESCUBRIMIENTO… O INCREIBLE DEMENCIA

…Aquel hombre había escuchado en su juventud, de labios de los pescadores de su país, historias muy extrañas sobre un misterioso país situado en los confines árticos del planeta. Decidió partir un día acompañado por un amigo, a descubrir aquellas tierras del norte. Navegaron entre icebergs durante un par de meses, hasta que llegaron a corta distancia de una montaña cercana al mar. Se internaron los dos viajeros por un fiordo que los condujo a un país con bosques, poblado por animales de gran tamaño.

…Unos hombres de gran estatura los invitaron en una lengua extraña a bajar a tierra. Les dieron de comer y fueron a despedirlos más tarde a su embarcación, con grandes muestras de afecto. Esta sería la historia que el noruego contó al siquiatra, y que nadie tomó en consideración, por considerarla propia de un loco. Sin embargo, ninguno de los escépticos lectores sabía que a fines del siglo XIX había sucedido una aventura semejante, protagonizada por otro noruego amigo de aventuras.

SE VA GESTANDO LA TEORÍA DE LA TIERRA HUECA

…Siendo todavía joven, Olaf Jansen viajó con su padre rumbo al norte y arribó a un país donde la temperatura era agradable y el sol brumoso, diferente al que conocían los viajeros. Recorrieron el lugar, poblado por exuberante vegetación, y fueron a encontrarse frente a un auténtico mamut. De regreso a casa, la embarcación chocó contra un iceberg y el señor Jansen cayó al agua. Su hijo sería rescatado por la tripulación de otro barco, que escuchó su asombrosa historia. En consecuencia, Olaf fue encerrado en un manicomio, donde permaneció veinte años. Tuvo tiempo de escribir un libro que tituló El dios que humea, refiriéndose al extraño sol que parecía desprender humo.

…Por aquellos días, el norteamericano William Reed lanzaría una curiosa teoría sobre la misteriosa región polar, basándose en el libro escrito por el noruego loco. Dijo que en cada uno de los dos Polos de la Tierra se abre una abertura circular que permite la entrada al interior de la misma. ¿También este hombre se había vuelto loco?

…Explicaba Reed que la fuerza de gravedad es tan intensa en las aberturas polares que el agua de los ríos interiores se precipita a la superficie del planeta, donde se hiela y se transforma en icebergs. Se quiebran a continuación éstos en fragmentos de tamaño gigantesco que producen las extrañas marejadas bien conocidas por los exploradores polares. Dentro de los bloques de hielo llegan a la superficie plantas y animales de todos los tamaños, como un mamut que encontraron en Siberia en 1799. Los científicos de aquella época declararon que el mamut se encontraba envuelto en hielo desde hacia miles de años. Reed afirmaba, por el contrario, que enorme animal se aventuró imprudentemente hasta la abertura del mundo exterior y fue arrastrado por la corriente hasta las tierras siberianas.

…En 1902 aparecería otro mamut, en la región de Bereskova, y en fecha reciente el ser primitivo que flotaba envuelto en hielo a la altura de las islas Aleutianas. Los científicos afirmaron que, de haber sido congelados ambos en circunstancias normales, a temperaturas no demasiado bajas, el proceso de descomposición debió seguir adelante. Es decir, que la edad del mamut y del ser humano no era superior a uno o dos siglos. ¿Significa esto que, después de todo, pudiera ser cierta la teoría de Reed y que llegaron mamut y hombre primitivo del interior de la Tierra?

NUEVOS INDICIOS

…William Reed tendría un fuerte defensor de sus ideas, a partir de 1920, en el personaje de su compatriota Marshall B. Gardner, quien había observado ciertos extraños fenómenos e ideó nuevas teorías para completar las anteriores. Había observado la nieve de color que cae ocasionalmente sobre las regiones árticas, y se preguntó si no sería causada por el polen de las plantas que crecen en ese desconocido interior del planeta.

…Se fijó Gardner en el casquete polar de Marte y se preguntó también si no sería igualmente hueco. Decía que el color blancuzco que caracteriza al polo marciano no se debe al hielo, sino a las nubes que se amontonan junto a la abertura. Si el casquete polar se desvanece a veces, añadía Gardner, es porque se introducen las nubes por la abertura, al llegar el verano, como si se tratase de una marea gigantesca cuyo mecanismo no ha sido aún comprendido.

AVENTURADA HIPÓTESIS DE UNOS SOVIÉTICOS

…Unos científicos cuyo nombre no ha sido revelado afirmaron hace unos años, en defensa de estas teorías, que el polo magnético no es un punto, sino una línea circular perfecta, lo mismo en el Norte que en el Sur, y que cualquier punto de esta línea circular podría identificarse con el Polo.

…De ser esto cierto, se explicaría lo sucedido en 1909, cuando el Dr. Frederick Cook fue aclamado como conquistador del Polo Norte, hecho que tuvo lugar el 21 de abril de ese año. Días más tarde, el vicealmirante Robert E. Peary declararía que él estuvo en el Polo Norte el día 6 y que plantó una bandera norteamericana en aquel lugar. Ninguno de los dos exploradores tenían testigos de su proeza. Los dos estaban seguros de haber alcanzado el Polo Norte. Cook debió ver la bandera dejada por Peary, de haberla clavado éste. Pero no apareció por ningún lado.

…¿No sería que los dos exploradores alcanzaron uno de los puntos que forman ese círculo polar? ¿Acaso resulta imposible clavar una bandera en el Polo Norte o en el Sur, porque no existen esos puntos, ocupados por una abertura que conduce al interior del planeta? ¿Estaba en lo cierto Richard E. Byrd cuando declaró que iba a volar más allá del Polo?

…Aunque suene a absurdo, estas teorías son tan antiguas como la humanidad y han recibido incluso el beneplácito de un gobierno casi contemporáneo. En algunas leyendas antiguas se habla del reino subterráneo de Aggartha, que se encuentra bajo los montes del Tibet. Se ha dicho en muchas ocasiones que los tan discutidos ovnis no proceden del espacio, sino que tienen sus bases en el interior de la Tierra, que abandonan saliendo precisamente por las dos aberturas que existen en ambos Polos.

…Ahí vive la raza superior, la misma que un día subirá a aniquilarnos. Esta teoría defendida hace dos siglos por el inglés Bulwer Lytton sería aceptada por los filósofos del nazismo, quienes se mostrarían partidarios de la existencia de un sol interior. Este sol iluminaría a una tierra hueca cuyos habitantes son de raza aria y odian a muerte a quienes vivimos en la superficie del planeta, gozando las delicias de un sol exterior que no debe andar escondiéndose como el otro.

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