De nuestra condición humana depende del día que tengamos. Este día me levanto con pensamientos negativos, llego un eclipse a mi vida y todo es oscuridad. No puedo cambiar mi sol externo, no puedo impedir que llueva, cuando quiera tener un día soleado, cambiare mi actitud. La actitud esta compuesta de pensamientos y la única forma de experimentar este sol mental es tener pensamientos luminosos y llenos de vitalidad que de momento esta lejano. Pensare que algún día el día más gris será brillante como un día de verano. Todo lo que me rodea no puede hacerme feliz, solo nosotros somos capaces de hacerlo.
Muchas veces me he conseguido frases como estas con personas que me dicen y que yo suelo decir a veces, sobre todo lo de:
– tu crees que todo es fácil!
– esto no es posible!
– no puedo hacerlo!
– ¡No se!… Ufff…..!
Cuanto suele molestar. Yo se que todo es difícil; yo misma tengo mi propio calvario, me muestro huraña a veces con los demás, aunque intento mostrarme todo lo amable que puedo con mis semejantes y comprensiva e intento aplicarme el dicho:
– “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”.
Las cosas mas simples muchas veces hacen que mi alegría este enterrada dentro de mi ser. Cuando me siento en esos estados de ánimos bajos, no hay luz, ni ventanas, no puedo abrir mis brazos al Sol ni me puedo imaginar que su luz me inunde y que traspase cada átomo de mi cuerpo para que sane cada parte de mi interior roto, para cancelar cada pensamiento negativo en mi cabeza y en estos momentos no puedo abrir los ojos ni sonrío a un horizonte.
Para sacar el máximo provecho posible de quien tú eres, hace falta que aprecies plenamente lo que tienes, pero yo no aprecio lo suficiente mi valor ni soy feliz conmigo misma y con mi vida. Es imposible ser feliz cuando las cosas no marchan como quisieras, o incluso cuando una tragedia terrible golpea tu vida incesantemente. Los acontecimientos y circunstancias a mi alrededor me limitan a una tristeza profunda y aun campo estrecho que el tiempo no borra. Dicen que sentir tristeza es natural, saludable e inevitable pero cuando es el -pan de cada tu día- la salud se ve gravemente afectada. Decepciones, desilusiones con acontecimientos externos, yace una energía cada vez más reducida que hace no superar la tristeza y escondo mi cabeza como la tortuga en su caparazón. Ella entra dentro de sí misma para huir como por entender que no puede enfrentar lo externo.
Mi mundo de oportunidades cada vez se debilita sin valores ni cualidades como un recurso infinito dentro de mi de derrota, sin dejarme salir y enfrentarme a nuevas situaciones convirtiendo mi mejor maravilla en una terrible tormenta.