Un hombre llamado Keigo Sakamoto decidió sacrificar literalmente su vida y su salud para quedarse en la ciudad de Fukushima y cuidar de todos aquellos animales que quedaron abandonados durante la evacuación por la alta actividad radioactiva de la central nuclear.
Sakamoto se ha convertido literalmente en el último habitante de Fukushima, acompañado por más de 500 animales entre los que hay perros, conejos y aves.
“Yo soy la única persona que vive aquí, el único que queda por la noche en el interior de este área. Si me hubiera ido, ningún animal habría sobrevivido”,
comentó Sakamoto a Reuters.
comentó Sakamoto a Reuters.
Sale del recinto dos veces por semana a la ciudad más cercana para proveerse de alimentos para él y sus animales, y el gobierno le ayuda económicamente para poder abastecerse.