A lo largo de la historia, la ciencia ha mostrado una particular torpeza para abordar todos aquellos fenómenos relacionados con temas como la conciencia, la relación mente-materia, o las múltiples manifestaciones de habilidades psíquicas. Contrario a la esencia misma del espíritu científico, que siente una atracción ineludible por lo desconocido, lo inexplicable y, en general, los límites de lo establecido, lo cierto es que la gran mayoría de las principales organizaciones de investigación científica destinan mínimos o nulos recursos para profundizar en el estudio de estos campos.
Obviamente siempre habrá algunos intrépidos que se aventuren más allá del mainstream de su campo, en este caso la ciencia, para dialogar con los márgenes de lo desconocido. Y si bien entre esos abundarán siempre los charlatanes y los psicóticos, lo cierto es que también se incluye a científicos comprometidos con sus disciplinas, responsables y en algunos casos incluso brillantes. Y en este último grupo podríamos nombrar a Rupert Sheldrake, Stephen LaBerge, y Dean Radin, por mencionar sólo a unos cuantos.
Si bien en años recientes parece que cada vez hay una mayor receptividad de la ciencia hacia temas ‘alternativos’, quizá asociado al regreso de los estudios científicos en torno a las sustancias psicoactivas y a la popularización de la neurociencia, aún destaca la poca importancia, y recursos, que se da a estas investigaciones, en comparación con otros campos. Cansados de esta situación, un centenar de científicos (aquí puedes consultar la lista), entre ellos el profesor emérito de Cornell University, Daryl Bem y el propio Dean Radin, publicó un llamado a promover mayor disposición, apertura y objetividad en el estudio de los fenómenos psíquicos y en general de la conciencia. El manifiesto fue redactado por el investigador mexicano Etzel Cardeña, quien actualmente funge como Director del Centro de Investigación sobre la Conciencia y Psicología Anómala, de la Universidad de Lund, en Suecia.
A continuación la misiva:
1) Académicos de diferentes disciplinas han realizado investigaciones sobre fenómenos parapsicológicos (psi) siguiendo el método científico en varias universidades acreditadas y centros de investigación alrededor del mundo (en el Reino Unido se han otorgado cerca de 80 doctorados en áreas relacionadas a la parapsicología). Las investigaciones de este tipo se han llevado a cabo desde hace más de un siglo, a pesar del tabú que rodea el tema, la falta de financiamiento, y los ataques profesionales y personales. La Asociación de la Parapsicología ha sido un miembro afiliado de la AAAS desde 1969, y más de 20 ganadores del premio Nobel y muchos otros científicos han respaldado el estudio de los fenómenos psi o han conducido sus propias investigaciones en el campo.
2) Pese a la actitud negativa de algunos editores y críticos, los resultados que respaldan la validez de los fenómenos psi siguen siendo evaluados por colegas y publicados en revistas académicas en campos relevantes, desde la psicología hasta la neurociencia y la física.
3) Varios meta-análisis recientes sugieren que el incremento en los controles de los experimentos no ha eliminado ni reducido la evidencia de la existencia de los fenómenos psi.
4) Los meta-análisis y otros estudios sugieren que la información que respalda los fenómenos psi no puede ser atribuida a resultados azarosos o truqueados. De hecho, al contrario de la mayoría de las disciplinas, las revistas de parapsicología han fomentado la publicación de resultados negativos y de estudios que critiquen las explicaciones en torno al psi. Adicionalmente, un registro del periodo de pruebas psi fue establecido con el fin de mejorar la práctica.
5) La magnitud de los efectos que los meta-análisis registran es relativamente pequeña y los fenómenos no pueden ser producidos en cualquier momento; sin embargo, ésta es una característica de varios fenómenos en otras disciplinas, como la psicología y la medicina, que también estudian el comportamiento y el desempeño humano.
6) Aunque para obtener explicaciones concluyentes hacen falta más desarrollos teoréticos y de investigación, los fenómenos psi no violan prima facie las leyes naturales establecidas, dado que las teorías físicas trascienden las restricciones clásicas del tiempo y del espacio, aunando a esto el número creciente de pruebas que respaldan los efectos cuánticos en sistemas biológicos.