“Raspacupo”. Así se llama la práctica por la que las personas que reciben autorización oficial para comprar dólares por turismo internacional, venden esas divisas a un precio muy superior en el mercado negro.
Como el Estado sólo autoriza los dólares para gastos con tarjeta de crédito, los turistas necesitan de la complicidad de los comerciantes extranjeros, que les facturan gastos inexistentes con la tarjeta y les dan el efectivo a cambio de una comisión. Se trata de una actividad ilegal, que florece a causa de las severas restricciones a la venta de dólares establecidas por el gobierno de Nicolás Maduro.
El sistema florece por las severas restricciones para comprar dólares
Ante la disminución de 2.500 a 700 del máximo de dólares disponibles para quienes viajen a los destinos históricamente más populares entre los venezolanos, como Miami, Bogotá y Lima, La Habana se convirtió en una alternativa privilegiada: es que si se pone rumbo a la isla, se mantiene el tope anterior.
“Ya Cuba había comenzado a ganar fama como un destino que brindaba facilidades para el raspacupo. Ahora hay más gente que quiere viajar [a la isla]“, contó un representante de una agencia de viajes consultado por El Nuevo Herald.
A la demanda creciente se ha sumado una disminución de la oferta, por la deuda de 3.500 millones de dólares que mantiene el Gobierno con las aerolíneas, razón por la cual muchas han recortado sus operaciones.
Los dólares se convirtieron en el máximo anhelo de los ahorristas venezolanos
“Los viajes a La Habana están colapsados”, aseguran las agenciasUna alternativa al raspacupo convencional es solicitar el cupo de dólares para viajar y vendérselo a otras personas. Éstas ya no tienen nada que ver con turistas tradicionales, sino que se dedican a eso: viajan con muchas tarjetas de crédito y obtienen la mayor cantidad de dólares posible para luego regresar y venderlos en el mercado paralelo.
En este sentido, otra de las ventajas de Cuba es que, ávidos de recibir algunos billetes, muchos comerciantes están dispuestos a acceder al raspado, a pesar de que sea ilegal.
El secreto para que esta operatoria sea rentable es la enorme brecha que existe entre la cotización oficial del dólar y la paralela. En este momento, la primera está en 11,30 bolívares por dólar para los cupos, mientras que la otra sube a 79 bolívares. Eso explica que a pesar de todo el dinero que se pierde entre pasajes e intermediaciones, siga siendo negocio el raspacupo.