Cada miércoles Anthony Cymerys de 82 años se instala en su sillita en el Parque Bushnell, Connecticut (EE.UU). Allí, como parte de su ritual solidario, este barbero retirado ofrece a los más desfavorecidos cortar el cabello, bigote o barba ¿A qué precio? Monetario ninguno…solo pide a cambio un abrazo.
Cymerys, también conocido como “Joe the Barber” (Joe el Barbero), tras jubilarse comenzó a cortar el pelo gratis alentado por un discurso en la Iglesia acerca de las personas sin hogar.
Fue entonces, hace ya 25 años, que se hizo voluntario en un refugio donde conoció a un adicto a la heroína llamado Arnold que necesitaba un corte de pelo. Lo que inició siendo una anécdota se ha convertido en actividad rutinaria.
Pensando en que sería una buena acción para la comunidad se recorrió las calles en busca de quienes precisaran un corte de pelo, la mayoría gente indigente y desamparada.
No obstante su iniciativa no ha estado exenta de cierta polémica a raíz de que la policía y funcionarios de salud le expulsaran del parque. Según manifestaron varios residentes de la zona habían mostrado su preocupación por la falta de seguridad y sanidad de los cortes del pelo unido al hecho de que Cymerys no dispone en la actualidad de licencia para ejercer de peluquero.
“He estado 25 años cortando el pelo y nadie ha muerto por mi culpa” se defendió Cymerys.
Por suerte, al final todo quedó en una falsa alarma y el alcalde de Connecticut le ha otorgado un permiso para que prosiga con su labor. Además sirve de inspiración a otros como una mujer, Tanesha, que lo acompaña en el parque y corta el cabello en refugios.