El estallido financiero de 2008 dejó desnudo a un ídolo que parecía indestructible desde la caída del muro de Berlín: el capitalismo.
En su libro usted menciona el caso de su propio país, Corea del Sur.
Nací en 1963. En esos años, el ingreso per capita de Corea del Sur era menos de la mitad del de Ghana.
En 1977 el ingreso per capita ya era de US$1.000 y el país se había convertido en un gran exportador de coches, semiconductores y otros productos de alta elaboración manufacturera.
Corea del Sur aplicó todas las recetas que los países desarrollados dicen que no hay que aplicar: subsidios, proteccionismo, planes estatales, intervencionismo.
No digo que esta política sea una varita mágica. Lo que digo es que si uno estudia la realidad de los países en desarrollo de la posguerra, la historia oficial que pregona el neoliberalismo con el FMI y el Banco Mundial a la cabeza, no se condice con la realidad.
El milagro japonés es un ejemplo bien claro, pero también lo es China o Corea del Sur.
Se habla, por ejemplo, de los años ’60 y ’70 como “la época negra del proteccionismo” en el Tercer Mundo.
El ingreso per capita durante esa “época negra” de México fue del 3,1 %. Entre 1985 y 1995, el período en que empieza la liberalización económica, fue del 0,1% y con el supuesto paraíso de libre comercio del NAFTA, creció un 1,8% entre 1995 y 2002.
¿No cambia esto con transacciones en los mercados financieros que se hacen en microsegundos gracias a la revolución tecnológica?
Uno de los mitos del capitalismo que analizo es precisamente esta idea de que la globalización es inevitable debido a internet.
El telégrafo en el siglo XIX produjo una revolución de las comunicaciones mucho mayor que internet.
Antes del telégrafo se tardaba dos semanas en barco transmitir un mensaje transatlántico. Con el telégrafo, se redujo a siete minutos.
Y si se compara ambas épocas, el mundo del barco a vapor y el telégrafo, estaba mucho más globalizado que el de los años ’40, ’50 y ’60 del siglo XX, a pesar de la enorme diferencia tecnológica.
Es cierto que las transacciones financieras que se hacen en segundos, pero ¿por qué son posibles esas transacciones? Porque los mercados financieros fueron desrregulados.
El recurso a la tecnología es una manera de negar que en realidad se trata de una decisión política.
El círculo vicioso de la pobreza y los microcréditos
Las empresas no producen debido a que, por una parte, no se pueden crear empresas sin inversión, y, por otra, no existe capacidad debido a que los ciudadanos, que no poseen ingresos, no pueden comprar los productos que, como ya se ha indicado, no pueden producirse. Todo el dinero disponible, que es mínimo, es gastado para satisfacer las necesidades más inmediatas, de ahí que apenas haya ahorro, y, por lo tanto no hay inversiones.
Cómo salir del círculo vicioso de la pobreza y el subdesarrollo
La única forma de romper el círculo vicioso de la pobreza y el subdesarrollo sería a través de las inversiones. De ahí que, algunos economistas propongan el fomento de las inversiones, ya sea de inversiones públicas o privadas, aunque es difícil encontrar inversores dispuestos a arriesgar su dinero en economías claramente subdesarrolladas.
El Banco Mundial y la ayuda al desarrollo
El Banco Mundial surge tras la II Guerra Mundial con el objetivo de facilitar la reconstrucción de los países destrozados por la guerra. Naturalmente, el objetivo actual del Banco Mundial es muy diferente. Por una parte podría ser el elemento necesario para romper el círculo vicioso de la pobreza y el desarrollo, facilitando las inversiones, incluso colaborando con ONG que trabajan el ámbito de la ayuda al desarrollo.
Los microcréditos como herramienta para erradicar la pobreza
De ahí la importancia de los microcréditos que han ayudado a salir de la pobreza a millones de personas. Con unos créditos iniciales muy pequeños, pero inabarcables para economías subdesarrolladas, se inician proyectos de auto ocupación o de desarrollo de pequeñas comunidades. Los microcréditos, por ejemplo los proyectos del Grameen Bank, fundado por Muhammad Yunus, tienen como objetivo el facilitar el acceso a la financiación de microempresas, así como invertir en salud o educación.
Pero además, los microcréditos permiten la familiarización con conceptos como el uso racional del dinero, el ahorro, y tiene como consecuencia, el aumento de la independencia económica y la autoestima de personas y comunidades que estaban condenadas a ser pobres, y que, gracias a estos microcréditos, pueden salir de la pobreza.