Afectada por un extraño desorden genético, la menor sufría hasta unos 300 ataques convulsivos en una semana
Los doctores no sabían qué hacer para ayudar a Charlotte Figi (Estados Unidos), de cinco años.
Afectada por un extraño desorden genético, la menor sufría hasta unos 300 ataques convulsivos en una semana. Estaba confinada a una silla de ruedas y varias veces estuvo al borde de un ataque cardíaco y apenas podía hablar.
Como último recurso su madre llamó a varias tiendas donde se vende marihuana para uso terapéutico y la usó como un remedio para su hija.
Dos años más tarde,Charlotte casi está libre de convulsiones y puede hablar, caminar y alimentarse después de tomar una infusión que combina aceite y una cepa especial de marihuana.
Su recuperación ha llevado a que se ponga su nombre a esa cepa: Charlotte Webb, que no altera la percepción de sus usuarios.
No obstante, los doctores advierten que no existen pruebas de la efectividad de la marihuana Charlotte, o de que usarla sea seguro.
El ansia por conseguirla ha llevado a que se sepa de proveedores no autorizados que ofrecencepas falsas de la especie Charlotte Web. En un caso, señaló un doctor, se le dijo a los padres que podrían obtener el mismo efecto cocinando la marihuana con mantequilla.
Pese a todo, más de 100 familias se han mudado al estado de la pequeña desde que se conoció la historia de Charlotte, a mediados del año pasado.
Las familias reubicadas han formado un núcleo muy unido en Colorado Springs (EEUU), el tranquilo pueblo donde se encuentra el dispensario que vende la droga. Ahí se reúnen para almorzar y hacer sesiones de apoyo.
“Es la mayor esperanza que muchos de nosotros hemos tenido jamás”, dijo Holli Brown, cuya hija Sydni, de 9 años, comenzó a elaborar frases y reír desde que empezó a tomar la especie Charlotte Webb cuando se mudaron a Colorado desde Kansas City.
Amy Brooks-Kayal, vicepresidente de la Sociedad Estadounidense de Epilepsia, advirtió que historias milagrosas como estas pueden no ser significativas -ya que las convulsiones epilépticas pueden aparecer y desaparecer sin razón aparente- y los científicos ignoran qué tipo de daños podría causar la marihuana en cerebros jóvenes.