Una colaboración de Vania Gutierrez
Investigando una serie de cuestiones relacionadas con la tribu de los Dogón, tuve la oportunidad de ver cómo esta tribu de Mali hace cientos de años sino miles edificaba sus construcciones en lugares totalmente imposibles, paredes verticales de elevados riscos en los que construía viviendas establos e incluso cementerios (osarios).
Uno de los videos que más me llamó la atención fue el de Catherine Destivelle, experta escaladora en modalidad libre que decidió irse a Mali para escalar los impresionantes riscos en los que la tribu de los Dogón construía sus estructuras.
Os invito a ver el siguiente video en el que se ven claramente estas estructuras y la dificultad de acceso a las mismas e incluso como los Dogones eran unos expertos construyendo cuerdas para poder acceder a las diferentes ubicaciones situadas en lo riscos.
Impresionante vídeo de escalada libre en la zona Dogón
Muchos de nosotros los preguntaréis por qué construía allí, al parecer el problema eran sus dioses, y concretamente uno de ellos cuyo nombre era gnomo que tenía por afán comerse algún Dogón de vez en cuando; este dios gnomo aterrorizaba a los Dogones y por ello decidieron vivir en semejantes ubicaciones intentando escapar de su alcance.
Si queréis más información sobre la tribu de los Dogón os invito a que leáis -El misterio de sirio- de Robert Temple en su última edición, es muy revelador con respecto a las intenciones de aquellos dioses que no sólo enseñaban a los hombres sino que de vez en cuando se los comía, desconocemos si es que sencillamente los hacían desaparecer y se los llevaban a sus naves o artefactos o realmente lo devoraban. Esto es un hecho que curiosamente quedó perfectamente plasmado en el desierto de Tassili cuando se podía ver como aquellos dioses marcianos secuestraban a las aborígenes y en no pocas ocasiones en estado de embarazo.
Hoy en día, los Dogones ya libres de sus “dioses” viven en la planicie de Mali.
http://www.mundodesconocido.es/los-riscos-de-mali-y-los-dogones.html
Muy interesante, gracias Vania.