Una colaboración de lipe2000
Buscando documentación sobre el tema encontré este post que refleja bien la gran aportación de la meditación al coaching. Hay que recordar que si bien el autor hace referencia a corrientes espirituales, relacionadas con la meditación, tambien es posible optar por el Mindfulness, o conciencia plena, que es mas neutral en cuanto a filosofías se refiere.
“ En este post, quiero compartir con vosotros mi experiencia con la herramienta más poderosa de todas las que he utilizado en mi desarrollo como coach: la meditación.
Una práctica que considero casi imprescindible para todo aquel que quiera alcanzar un grado de maestría en nuestra profesión.
LA MEDITACIÓN EN OCCIDENTE
La meditación es una práctica de más de 5.000 años, que procede del budismo y de otras tradiciones espirituales y que se está extendiendo con mucha rapidez por todo occidente. Actualmente, se estima que solo en EEUU la practican cerca de diez millones de personas.
En la última década, la neurociencia y la psicología se han interesado por sus beneficios y se han realizado cientos de experimentos, en los que se investiga su impacto en el cerebro y en la personalidad, tanto con meditadores expertos como con principiantes adultos, adolescentes e incluso niños. Los trabajos de científicos como Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, de John Teasdale, de la Unidad de Ciencias Cognitivas y del Cerebro en Cambridge (Reino Unido) o de Jon Kabat Zinn, de la Universidad de Massachussetts, están mostrando cómo la meditación incrementa el cociente intelectual, la creatividad, la inteligencia emocional, la empatía o la memoria y mejora la salud física, el estrés, el sistema inmunológico o la presión sanguínea.
Durante la práctica de la meditación, el encefalograma muestra una modificación en las ondas cerebrales, que pasan de ondas beta (actividadnormal, consciente y alerta, de 15-30 Hz) a ondas alfa (relajación, calma, creatividad, 9-14 Hz) y theta (relajación profunda, solución de problemas, 4-8 Hz). Igualmente, las imágenes tomadas por resonancia magnética de la estructura cerebral, demuestran que el cerebro sufre modificaciones biológicas, gracias a su extraordinaria plasticidad, con la práctica de la meditación. Diversos experimentos, realizados incluso con meditadores de poca experiencia, muestran cambios a nivel del hipocampo y de la amígdala, en regiones relacionadas con la memoria, el aprendizaje y con determinadas emociones expansivas como la empatía o la compasión.
MEDITACIÓN Y COACHING
La meditación es una práctica recomendable para todo el mundo, porque es fuente de salud y bienestar. Para el coach, sin embargo, se convierte en una práctica, podríamos decir que imprescindible, cuando se desea alcanzar un nivel de maestría en la profesión.
Creo en esto porque la meditación tiene un impacto directo en la forma como percibimos la realidad y estimula la toma de conciencia, lo que en coaching ontológico llamamos “El observador”.
Meditar supone, en cierto sentido, despertar el observador. Esto nos permite observar los aspectos dispersos y fragmentados de nosotros mismos, tomar conciencia de las voces interiores, los juicios y las emociones que luchan por controlar nuestra vida y del dolor, el miedo y la angustia que todo ello nos produce. La toma de conciencia de todo este ruido interior facilita su integración. Los aspectos fragmentados, las voces contradictorias, el miedo y el sufrimiento, se disuelven y aparece entonces una gran calma que surge del interior y que nos ayuda a tomar conciencia de nuestra verdadera naturaleza que, como sabemos en coaching, es esencialmente perfecta.
Este desarme interior tiene una repercusión directa en nuestra capacidad para hacer coaching: nos sentimos bien en nuestra propia piel, contentos con lo que somos, confiados en nosotros mismos, merecedores y dignos. Nuestra mente se libera de sus ataduras y se vuelve más expansiva y fuerte. Dejamos de compararnos y de competir, superamos la timidez o la vergüenza y somos capaces de dejar atrás los miedos. Dejamos de cuidarnos a nosotros mismos para pasar a ponernos al servicio del coachee y de sus compromisos.
Cuando somos capaces de ponernos verdaderamente en contacto con quienes realmente somos,empezamos a generar una verdadera capacidad de escucha. Solo entonces el ruido interior desaparece, los juicios se disuelven, la atención y la intuición se incrementan y nos volvemos más compasivos y bondadosos, porque mejora enormemente nuestra comprensión de la vulnerabilidad del otro.
En este punto, nuestra práctica de coaching se hace mucho más profunda, nos convertimos en auténticos maestros del coaching, capaces de resonar profundamente con nuestro coachee y de mirarle auténticamente, viendo en él toda su dimensión y no solo en los aspectos que le mantienen aferrado a sus miedos y a sus creencias.
EL ARTE DE MEDITAR
Existen muchas escuelas, corrientes y formas de practicar la meditación. Cada corriente espiritual, incluido el cristianismo, tiene la suya. Hace tan solo unos años era difícil encontrar centros y escuelas donde iniciarse en la práctica. Sin embargo, hoy en día el problema podría ser el contrario, ya que la oferta es tan grande y variada, que a veces es difícil elegir el lugar más adecuado.
Aprender a meditar no es difícil. Lo difícil es mantener la constancia de meditar todos los días. No hace falta dedicarle mucho tiempo, durante el primer año bastan unos minutos al día, 10 o 15, como máximo. Los grupos sirven de apoyo y de estímulo para continuar con la práctica y también para aclarar cualquier duda que nos vaya surgiendo, pero tampoco son imprescindibles, ya que la meditación, finalmente, se puede realizar en cualquier lugar y en cualquier momento.
¿Estás decidido? Entonces te pondrás en marcha. No hay recetas, déjate guiar por tu intuición, tal vez te apetezca una inmersión de fin de semana para hacerte con los aspectos básicos de la postura y las técnicas iniciales, tal vez prefieras buscar un centro cerca de tu casa al que acudir una o dos veces por semana, hasta consolidar el nuevo hábito, quizá prefieras practicar solo en casa, guiado por las múltiples ayudas que puedes encontrar en internet.
Mi propia experiencia ha pasado por todos estos pasos. Me inicié en un curso de fin de semana que recomiendo muchas veces, impartido por Ahmed El Kahdri, en la Fundación Tomillo, donde aprendí la postura y los primeros pasos de la práctica. He realizado varios retiros de meditación de fin de semana, de cuatro días, de semanas completas, con diferentes centros y tradiciones budistas: Rigpa,Theravada, Vipassana. También practiqué, durante un tiempo, con un grupo de meditación Zen, que se reúne en los bajos de una parroquia, en la zona de Retiro y he utilizado el material desarrollado por Ken Wilber y Genpo Merzel, una especie de síntesis que combina la tradición Zen con la psicología cognitiva, llamada Big Mind.
Ya sabes que la incorporación de un nuevo hábito requiere de voluntad y repetición. Los monjes Theravadas dicen que hay que practicar noventa días seguidos, sin desfallecer ni uno solo, para conseguir que el hábito se instaure. Es un esfuerzo que vale la pena y te aseguro que empezarás a notar los beneficios desde las primeras sesiones. ¿Qué te parece? ¿Te animas? ”