3Unos roles sexuales no tan tradicionales
W. VOIGT/L. BERGER/B. HILTON-BARBER
Que lo «natural» sea que desde el origen de los tiempos las mujeres se queden en casa y los hombres se aventuren fuera en proyectos de mayor envergadura es, simplemente, una traslación de las sociedades tradicionales modernas. Hace dos millones de años, según un grupo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Colorado Boulder (EE.UU.) entre los australopitecinos, eran las hembras las que se desplazaban lejos de sus territorios mientras que los machos se quedaban en el mismo lugar en el que había nacido.
El equipo estudió el esmalte dental de varios Australopithecus africanus y Paranthropus robustus, especies que forman parte de la línea evolutiva que conduce directamente hasta el hombre moderno, procedentes de las cuevas surafricanas de Sterkfontein y Swartkrans. Descubrió que más de la mitad de los dientes femeninos (de entre 2,4 y 1,7 millones de años) se habían formado lejos del lugar en el que esas mujeres se criaron. Por el contrario, esto no ocurría con la mayoría de los dientes masculinos, lo que demuestra que ellos pasaban toda su vida en el mismo lugar.
4Había piedad: atendían a los débiles y a los mayores
Reconstrucción del aspecto del hombre
El anciano más antiguo jamás descrito en todo el registro fósil vivió hace medio millón de años en la sierra de Atapuerca. Decimos anciano pero tenía 45 años y sus condiciones físicas estaban tan deterioradas que apenas podía caminar erguido. Los investigadores creen que sin la ayuda de sus congéneres no habría podido valerse y habría muerto sin remedio. Tanto es así que consideran que es un ejemplo de que las sociedades humanas previas al homo sapiens, nuestra propia especie, ya cuidaban de sus miembros enfermos o mayores.Nada que ver con la imagen de brutos sin el menor sentimiento que muchas veces tenemos de nuestros ancestros.
Este varón, de la especie Homo Heidelbergensis, antepasado de los neandertales, padeció importantes enfermedades degenerativas que seguramente le produjeron intensos dolores en las zonas lumbar y pélvica. Caminaba encorvado y es posible que utilizara un bastón para mantenerse erguido. No podía cazar o realizar otras tareas, así que los científicos creen que recibió ayuda para alimentarse y para seguir al grupo, formado por cazadores nómadas.