El polémico arquitecto ya no despierta la misma simpatía de hace una década, cuando sus paisanos alardeaban de tener un genio entre sus filas
El Palacio de las Artes Reina Sofía, el edificio emblemático de la futurista Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia (CACV), luce por estos días como una ballena despellejada. El trencadís, la cerámica esmaltada que lo recubría, fue retirado desde que se desprendieran varios trozos por presuntos problemas de adherencia.
Los valencianos, acuciados por recortes y escándalos de corrupción, no dejan de hablar de los más de US$1.700 millones que costó el complejo y de su arquitecto, el también valenciano Santiago Calatrava.
El arquitecto estrella de los últimos años en España y uno de los más reconocidos del mundo, ya no despierta la misma simpatía de hace una década cuando sus paisanos alardeaban de tener un genio entre sus filas.
Su nombre está en la mira de varios procesos judiciales en diversos países donde se denuncian problemas en sus obras y se cuestionan sus altos costos. El sitio webcalatravatelaclava.com, que abrió el grupo parlamentario Esquerra Unida (EU) y que suma más de un millón de visitas, evidencia ese desamor.
Allí se detallan los supuestos sobrecostos y fallos de varias obras concebidas por Calatrava, no sólo en España, sino también en lugares como Venecia, donde el gobierno local le reclama unos 453.000 euros por presuntos defectos de diseño y por los sobrecostes del Puente de la Constitución.
Además, recientemente la Audiencia Provincial de Oviedo en España le condenó a pagar 3,27 millones a la promotora Jovellanos XXI por fallos en la ejecución del Palacio de Congresos de la ciudad.
¿Por qué ha pasado de ser alabado a ser el centro de las críticas en su propia tierra?
La millonaria factura de la CACV
“En Valencia los contratos de la CACV fueron ocultados durante veinte años por el gobierno con el argumento de que eran confidenciales. Era mentira. Accedimos a ellos y supimos que Calatrava cobró unos 97millones de euros libres de impuestos porque reside en Suiza, además de recibir un porcentaje del coste final del proyecto”, cuenta a BBC Mundo Ignacio Blanco, el diputado de EU que sacó a la luz los documentos.
El presupuesto inicial de la CACV era de unos 300 millones pero la cifra final se acerca a los 1.200 millones. Blanco recuerda el proyecto de tres rascacielos que nunca se ejecutaron pero por el cual el arquitecto cobró más de 14 millones de euros.
“Calatrava simboliza una época de derroche de dinero público. No estamos en contra de construir un museo o un palacio, pero ¿a qué coste? Los gobernantes del Partido Popular (PP) se comportaron como si fuéramos ricos y no lo éramos, tenemos muchos problemas de desempleo, servicios públicos. Buscaban una Valencia de postal mientras Calatrava intentaba hacer negocio y lo consiguió”, apunta Blanco.
En un comunicado del despacho del arquitecto se señala que “hasta el último de los detallesde construcción y el presupuesto asignado, son tomados única y exclusivamente por el cliente“.
Asímismo, afirma que el proyecto inicial de la CACV contemplaba tres edificios y finalmente se construyeron siete por “decisión exclusiva del cliente”.
En cuanto a los honorarios, el despacho explica que el arquitecto facturó cantidades “por debajo de los porcentajes medios para proyectos similares en otros países”, que siempre ha pagado sus impuestos y que, teniendo en cuenta que también facturaba como ingeniero “los importes son incluso modestos”.
Calatrava se defiende
El arquitecto ha demandado a EU por injurias y exigió el cierre de la web y el pago de 600.000 euros, entre otras razones, por intentar asociarlo con una supuesta trama de corrupción.
En la portada de la web se ve a Calatrava junto a Carlos Fabra, expresidente de Castellón, y Francisco Camps, expresidente de la Generalitat Valenciana, ambos políticos del PP involucrados en un escándalo de corrupción.
“Al ser alguien que trabaja con administraciones públicas y tener gran presencia pública, Santiago Calatrava sabe que recibirá críticas. Sin embargo, algunos de los ataques recibidos en los últimos meses han sido ridículos. Se nos culpa por defectos que son el resultado de una mala ejecución de parte de los contratistas involucrados”, le detalla a BBC Mundo el estudio del arquitecto en Zúrich.
“No existe ningún tribunal competente que haya concluido que algún edificio o estructura diseñada por Santiago Calatrava tiene errores de diseño, o que los sobrecostes incurridos sean consecuencia de nuestra conducta negligente o dolosa”, subraya.
Demandas en Venecia y Oviedo
En el caso de Venecia hay dos procesos judiciales abiertos en los cuales la representación de Calatrava defiende la calidad y solidez del diseño del puente, mientras reclama la responsabilidad del contratista elegido por la ciudad para su construcción.
La ciudad de Venecia contrató a la empresa Cignoni y luego la demandó por el coste final de la obra, unos 10millones de euros. La constructora sostiene que algunas de las subidas del presupuesto se deben a defectos del diseño.
En el polémico Palacio de Congresos de Oviedo, por su parte, el tribunal responsabiliza a Calatrava del colapso de una gradería, las grietas de una pared y el no funcionamiento de un techo corredizo, a pesar de que otras empresas subcontratadas por la promotora Jovellanos XXI ejecutaron las obras.
El tribunal le impuso un deber general de supervisión por figurar en el proyecto como responsable de la Dirección Facultativa. El fallo todavía puede ser apelado.
“Generalmente nuestro estudio se ve forzado a pagar por los errores de contratistas o subcontratistas debido a que, al final del día, somos la única parte solvente”, detalla el estudio del arquitecto.
“Ni era tan bueno ni es tan malo”
En la Escuela Ténica Superior de Arquitectura de Valencia (ETSA), donde Calatrava se graduó, hay posiciones encontradas sobre su estilo.
“Ni era tan bueno antes ni es tan malo ahora. A los alumnos se les intenta dar una visión crítica de Calatrava, un mismo profesor puede valorar aspectos y rechazar otros“, declara a BBC Mundo Iván Cabrera, jefe de estudios de la ETSA.
“Lo que pasa es que ahora está de moda demonizar a Calatrava, lincharlo en la plaza pública mientras la Generalitat (gobierno autonómico) desvía la atención de sus problemas y expía sus culpas. De lo que se lo puede acusar es de no pararle los pies a sus clientes. Ahora bien, él hace lo que le piden: obras icónicas de impacto mundial”.
En ese sentido algunos críticos del arquitecto cuestionan la importancia que le da a la forma por encima de las soluciones técnicas.
“Sin duda son obras muy complicadas perocuando te atreves a hacerlas tienes que prever las soluciones y los materiales que vas a utilizar. En el caso del Palacio de las Artes se utilizó trencadís sobre una superficie metálica que se contrae con los cambios de temperatura. No era el material más idóneo”, le comenta a BBC Mundo José Miguel Esquembre, presidente de Arquitectos sin Fronteras en la Comunidad valenciana.
En este caso, Calatrava se acercó a Valencia y anunció que asumirá los gastos del cambiodel trencadís junto con los contratistas que participaron, unos US$4 millones. De momento no se sabe el motivo específico del desprendimiento y la solución que se le dará, si otra capa de azulejos más adherente, planchas de aluminio o pintura, entre otras.
El origen de su estilo
“Calatrava dibujaba muy bien y su intención era estudiar bellas artes en París pero le tocan las revueltas de 1968. Al regresar se inscribe en la Escuela de Arquitectura, una carrera que duraba nueve años. Era un trabajador inagotable. Después de graduarse se va a Zurich a estudiar ingeniería. Con todos esos ingredientes introduce un aspecto muy importante en la arquitectura contemporánea, la expresión plástica“, apunta el experto.
“Calatrava se inspira en cavernas, animales, plantas, exporta esos sistemas estructurales que quedan muy bonitos pero que derivan en unos costos tremendos”, agrega.
Pese a ello se ha convertido en una superestrella de la arquitectura mundial que firma obras emblemáticas como el edificio Turning Torso de Malmö (Suecia), inspirado en una silueta humana; el Puente de Jerusalén, que evoca el arpa del rey David, o el mega intercambiador de transportes del World Trade Center de Nueva York -aún en construcción- definido por el propio arquitecto como “una paloma a punto de emprender vuelo”.