¿Realmente merece la pena vacunarse afrontando los riesgos ocultos pero de sobra conocidos con estudios que demuestran que ni siquiera estas vacunas nos previenen o protegen de la enfermedad?. Yo creo que habría que meditarlo y reflexionarlo por parte de los padres y progenitores, cuando menos y no actuar maquinalmente, automáticamente, por repetición, costumbre, rito, prejuicio, manía o presunción. ¿Acaso la salud de los más pequeños e indefensos no merece un mínimo de reflexión sobre el tema y repasar algunos conceptos asumidos o presumidos?.
Según un aviso publicado por el Servicio de Salud de Irlanda, existe en la actualidad un riesgo epidemiológico de contraer el sarampión entre los niños en Irlanda.
Según dicen ellos mismos, 1 de 5 casos de los niños irlandeses afectados por el sarampión habían visitado Europa o había estado en contacto con alguien de visita en Europa antes de enfermar. Pero lo que llama la atención de la noticia y estudio no es eso, sino que aseguran que la mitad de los niños afectados estaba ya vacunados de sarampión.
Por si alguien se ha perdido; esto quiere decir, aunque ellos no lo subrayen el artículo, ni por parte de esta alerta del Servicio de Salud, como debería de ser por lógica, que la mitad de los niños que contraen sarampión HAN SIDO PREVIAMENTE VACUNADOS CONTRA EL SARAMPION.
La pregunta obvia entonces es si, habida cuenta de que la vacuna no protege contra la “enfermedad”, (la mitad de los casos no muestra una estadística que justifique su aplicación) tiene algún sentido vacunar a los niños del sarampión, con la enorme cantidad de riesgos que se asumen para la salud. Las propias vacunas están vinculadas, según miles de expertos en todo el mundo, a una terrible enfermedad como el autismo, así como a decenas de desórdenes originados en la acumulación de metales pesados en el organismo e incluso, en algunos casos, como se muestra en el extraordinario documental australiano “The Hidden Truth, la Verdad Oculta”, provocan la muerte del infante.
La respuesta puede encontrarla cada uno de nosotros después de haber investigado con un mínimo de tiempo y seriedad este asunto por su cuenta. ¡Hagámoslo!