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El objetivo de cámaras de seguridad es seguir cada paso: ver y escuchar todo. No obstante, algunos ciudadanos norteamericanos creen que en vez de brindarles seguridad, estos dispositivos se usan en su contra.
Así, por ejemplo, en Chicago, lugar donde el ‘Gran Hermano’ está vigilando más que en cualquier otra parte de Estados Unidos, unas 1.200 cámaras enfocan de manera diaria la vida de sus ciudadanos. Las autoridades afirman que el objetivo de los millones de dólares invertidos en los dispositivos es reforzar la seguridad. Sin embargo, algunos habitantes de la ciudad, lo perciben como una violación de su privacidad.
“A la idea de llenar la ciudad de policías, le pasa lo mismo que con la de la presencia militar: no es eficaz. No resuelve ningún problema, ni tampoco refuerza nuestra seguridad.”, dice Bernardine Dohrn, activista, exlíder de la organización de izquierda radical ‘The Weather Underground’.
Recientemente, un grupo de defensores de los derechos civiles ha presentado un informe que muestra que la extensa red de cámaras de Chicago está muy poco controlada.
Ed Yohnka, representante de la Unión Americana por las Libertades Civiles expresa: “Los vídeos filmados por las cámaras han aparecido en Internet, los dispositivos se han utilizado por mirones o para realizar otro tipo de intrusiones en la vida privada.”
El artista Chris Drew fue detenido por vender unas imágenes a un dólar en la calle. Siendo tratado como si fuera un peligroso delincuente por haber filmado su arresto, solo por esto podría pasar hasta 15 años en la cárcel.
“Tenemos las cámaras instaladas por toda la ciudad para seguir a la gente y al mismo tiempo, nos dicen que ni siquiera tenemos derecho a recolectar la información necesaria para acudir al tribunal. Pues eso me parece un estado policial hecho y derecho.”, dice el artista local Chris Drew.
La situación actual en Chicago, recuerda a muchos, los tiempos cuando una unidad policial especial, llamada ´Escuadra Roja´, espiaba a los habitantes de esta ciudad. Bajo esta vigilancia se encontraban ante todo aquellos de los que se sospechaba que fueran comunistas, pacifistas y defensores de los derechos humanos.
“La Escuadra Roja tenía expedientes de cientos de miles de individuos y decenas de miles de entes, lo que violaba la primera enmienda de la constitución de EE. UU.”, dice Richard Gutman, exabogado por el caso contra La Escuadra Roja.
El periodista Salim Muwakkil estima que Chicago se parece cada vez más a la sociedad descrita por George Orwell en su legendaria novela ’1984′, donde se vigila cada palabra pronunciada y cada acto realizado.“Les falta sólo poner altavoces para indicarnos qué debemos hacer con nuestras vidas.”, añade Salim Muwakkil, editor de una revista y presentador de la radio local.
En la época post 11-S, la actividad antiterrorista en Estados Unidos tiene prioridad máxima ante cualquier otro valor social y los métodos no se discuten. De modo que muchos se quedan con la duda de si el presunto ‘ojo del Gran Hermano’, lejos de proteger a la población del enemigo externo, pueda llegar a convertirse en un arma invisible de todo un terror doméstico.