Estados Unidos está transitando un camino hacia una mayor diversidad, con los jóvenes al frente.
Por primera vez en la historia del país, la mayoría de los jóvenes en dos estados –California y Nuevo México- se identifica como hispanos, según un censo publicado este año.
Asimismo, en otros ocho estados –Nevada, Arizona, Texas, Mississippi, Georgia, Florida, Maryland y Hawaii– los niños blancos son minoría en comparación con la suma de otros niños de otras razas y grupos étnicos, según datos analizados por William Frey del Brookings Institution.
Según el análisis, el número de niños blancos en Estados Unidos se redujo en 4.3 millones del 2000 al 2010.
Paralelamente, el número de niños hispanos y asiáticos se incrementó a 5.5 millones. Los hispanos representan la mayor parte de este crecimiento.
“Si no fuera por los hispanos, la población infantil del país habría disminuido”, comentó Frey en su reporte titulado America’s Diverse Future.
Se espera que la tendencia continúe, en primera instancia con cambios en las personas menores de 18 años y posteriormente extendiéndose conforme las generaciones envejezcan.
La Oficina del Censo de los Estados Unidos, la cual ha estado publicando información sobre la composición de la nación tras su conteo del 2010, estima que la población joven de Estados Unidos será minoritariamente blanca para 2023. Una década después, en 2042, lo mismo ocurrirá con los adultos.
Algunos especialistas en demografía, incluyendo a Frey, esperan que esos acontecimientos ocurran incluso antes.
Los estadounidenses pueden sorprenderse con estos cambios, pero en California y Nuevo México, los temas relacionados con la creciente diversidad no son novedad, según comentan especialistas y residentes en entrevistas.
Existen al menos dos explicaciones de esto.
En primer lugar, los jóvenes son generalmente más abiertos a la diversidad, tanto que casi ni lo notan.
“No tengo amigos de diferentes etnias”, dijo Isaac González, un chico de 15 años de San Bernardino, California. “Sólo tengo amigos con los que juego beisbol, amigos con los que voy a la escuela y amigos con los que salgo”.
Y la segunda: el crecimiento hispano en California y Nuevo México no es nuevo. Comenzó alrededor de mediados de los sesentas y se ha estabilizado en los últimos años.
“Si algo puedes asegurar de California es que todos comen tacos”, dijo Dowell Myers, profeso r de planeación urbana y demógrafo de la Universidad de California del Sur (USC).
La inmigración “no es el cohete que antes era” ahí, comentó.
El estado lo está viendo como algo normal.
Sin embargo, en lugares como Arizona, Colorado, Georgia y Carolina del Sur, estos cambios están creando tensiones, en parte, según demógrafos, debido a que la transformación está ocurriendo de manera acelerada.
La población hispana de Carolina del Sur se incrementó en un 148 % entre el 2000 y el 2010, más rápido que en cualquier otro estado en el mismo período, reveló el censo.
En California, la población hispana se incrementó sólo un 28 %.
Todos estos cambios tienen implicaciones políticas y sociales.
“El crecimiento acelerado de los niños de nuevas minorías anticipa un futuro creciente de población infantil diversa, así como de fuerza laboral, lo cual presentará retos para los sistemas sociales y políticos de Estados Unidos”, afirma Frey.
Lo que la población blanca más vieja debe entender es que tienen una sociedad con la creciente población joven hispana del país, destacó Myers, el profesor de la USC.
Asimismo, señaló que es importante que estos jóvenes tengan éxito por el bien de todos ya que serán la columna vertebral de la economía nacional y apoyarán a los programas sociales de los cuales dependerán los estadounidenses mayores, como el Seguro Social.
Sin embargo, actualmente los niños hispanos están atrás de sus compañeros en términos de índices de graduados y aceptación en universidades.
Más del 17 % de los jóvenes hispanos entre 16 y 24 años han dejado la escuela, comparado con sólo un 6% en el caso de los blancos, 9 % de los negros y un 4 % de asiáticos del mismo rango de edad, según información presentada en el 2009 por el Pew Hispanic Center.
“Muchos de ellos valoran la educación universitaria y sus padres ponen énfasis en ella y en más educación”, dijo Mark Hugo López, director asociado de este centro, “pero en algunos casos no pueden hacerlo por falta de recursos”.
La fluidez del inglés es importante para tener éxito en la escuela y en el mercado laboral y es menos problema para la población de jóvenes hispanos que para los mayores, agregó Frey.
“Lo que sabemos con la información de los jóvenes es que hablan inglés en la escuela y con sus amigos pero cuando llegan a casa, hablan español con sus padres. Muchos de sus padres no son tan fluidos como ellos en el inglés”.
Daniel Rayon, de 13 años y nacido en México, dijo que su mamá está desempleada y no puede encontrar trabajo porque no habla inglés. “A veces me molesta porque le digo cosas en inglés y no me entiende”, comentó.
Muchos niños hispanos no hablan español.
Vincent Salinas, de 16 años y quien habla sólo inglés, dijo que la mayoría de los amigos de sus padre hablan español, por lo que no los conoce bien.
“Me entristece. Es como si yo debiera hablar español”.
Un mayor porcentaje de jóvenes hispanos nacieron en Estados Unidos en comparación con sus contrapartes mayores, lo cual podría explicar el tema del idioma.
Alrededor de dos tercios de los jóvenes latinos nacieron en Estados Unidos, según el Pew Hispanic Center.
Puede que todo esto suene como un gran cambio para Estados Unidos. En términos generales, esta tendencia nos da una lección.
Frey señaló que hasta mediados del siglo pasado, Estados Unidos fue una mezcla de etnias y culturas. En 1910, por ejemplo, casi el 15% de las personas en Estados Unidos habían nacido en otro país.
Para 1970, ese número cayó por debajo del 5%. Ahora ha vuelto a subir del 12%, según indican los datos del censo que Frey proporcionó a CNN.
El péndulo nacional está girando hacia una era de mayor diversidad.
“En cierta forma estamos regresando a nuestras raíces”, concluyó.