Vivimos tiempos únicos como hace siglos la Humanidad no ha vivido: es la época en la que el poder global en la sombra pretende centralizar los poderes políticos y económicos cada vez más y terminar de dar el golpe final, el jaque mate a la Humanidad, para que tengamos un único gobierno mundial, un único ejército, una única política económica, unas mismas leyes, y miles de millones de personas esclavas bajo las órdenes de los mismos gobernantes, los de siempre
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No se puede retroceder en el tiempo para evitar el mal, ya que si seguramente retrocediésemos todo volvería a ser circular y a reproducirse una y otra vez. Quizás sea eso lo que por un lado están tratando de hacer. Volver una y otra vez al mismo punto de partida para volver al mismo error.
Sólo podemos ser conscientes de nuestros errores y rectificarlos con valentía para que no vuelva a producirse esta espiral infinita. En nuestro interior y en nuestras manos está el poder de cambiarlo todo. Basta con que analicemos nuestros fallos más profundos, que muchas veces están fundamentados en nuestra comodidad, en no querer hacer nada, en pensar que lo de este mundo no va con nosotros, en pensar que todo va bien y que los de «arriba», los del poder realmente quieren nuestro bienestar. Esto no es verdad. Debemos seguir siempre nuestra intuición. No hemos aprendido a oír realmente nuestra voz interior la intuitiva, la que te dice algo o que algo te pasa por la cabeza pero que no escuchas porque piensas que «fuera» todo está bien.
Si no rectificamos, sino actuamos desde dentro y hacia fuera el mal acabará por fin de tejer su tela de araña, en la que ya casi estamos prisioneros del todo.
De todos, de cada uno depende, y no irse a la cama tan tranquilo o tan intranquilo, pensando que mañana todo va a ser diferente, o que todo vaya a cambiar si cambia la política. Actuar en la medida en que podamos todos y cada uno es nuestra labor si realmente queremos ver que los tiempos cambien y que estamos avanzando hacia una humanidad superior.