Una ONG rusa pone en marcha el estudio internacional más completo realizado hasta ahora sobre la seguridad de los alimentos transgénicos
De izquierda a derecha: Dr. Bruce Blumberg, Elena Sharoykina, Dra. Fiorella Belpoggi y la Dra. Oxana Sinitsyna, durante la presentación del estudio Factor OGM. Imagen: factorgmo.com
Miles de ratas serán alimentadas con una dieta a base del maíz transgénico de Monsanto en un estudio de tres años, Factor GMO, con un presupuesto de 25 millones de dólares, para comprobar los efectos sobre la salud por el consumo de alimentos transgénicos y los pesticidas asociados.
Los 25 millones de dólares para la realización del estudio durante tres años servirá para que los científicos comprueben los efectos sobre la salud de las ratas alimentadas con diferentes dietas de maíz transgénico de Monsanto y el herbicida más utilizado en todo el mundo, el que está diseñado para aplicar en estos cultivos (Roundup).
Los organizadores de Factor GMO (organismos modificados genéticamente) anunciaron en Londres el pasado martes el arranque el próximo año de un estudio que va a investigar los efectos a largo plazo sobre la salud de una dieta con maíz transgénico desarrollado en Estados Unidos por la empresa Monsanto.
“El estudio intentará responder a esta pregunta: ¿los alimentos transgénicos y sus pesticidas asociados son seguros para la salud humana?”, dijo Elena Sharoykina, activista y cofundadora de la Asociación Nacional Rusa para la Seguridad Genética (Nags), coordinadora de la investigación.
De acuerdo con Nags, el estudio tratará de establecer si el maíz transgénico y los plaguicidas causan cáncer, reducen la fertilidad o causandefectos de nacimiento. Los científicos también quieren saber si la mezcla de sustancias químicas presentes en Roundup (nombre comercial dado por Monsanto a su herbicida que tiene como principio activo el glifosato) es más tóxica que el propio glifosato.
Los agricultores, los Gobiernos, los científicos y los consumidores de todo el mundo han entablado un intenso debate sobre los alimentos transgénicos, comercializados desde 1994. Si bien se han hecho miles de estudios, la mayoría de ellos por las propias empresas de transgénicos, que muestran que no existen riesgos para la salud, las Agencias de Regulación y los Gobiernos no han exigido pruebas de seguridad a largo plazo y existe una profunda desconfianza entre ambos bandos.
“Queremos apoyar un estudio científico bien hecho. Si se lleva a cabo teniendo en cuenta las directrices de la OCDE y se comprueba que hay peligros con un producto en particular, entonces el público lo entenderá”,dijo Huw Jones, científico investigador en el Instituto Rothamsted, el mayor centro de investigación de transgénicos de Gran Bretaña.
Oxana Sinitsyna, directora científica adjunta del Instituto de Investigación SYSIN de Ecología Humana y Salud Ambiental, que forma parte delMinisterio de Sanidad ruso, uno de los tres científicos que participarán en el proyecto Factor GMO, dijo: “La escala y el formato de esta investigación nos permitirá obtener un conjunto de datos objetivos y muy exhaustivos sobre el impacto en la salud de los organismos vivos de una dieta a largo plazo con transgénicos “.
“Desde el punto de vista científico, el proyecto Factor GMO es muy ambicioso, lo que lo hace muy interesante, tanto para el público como para los científicos involucrados”.
Bruce Blumberg, otro miembro de la junta, profesor de Biología de la Universidad de California en Irvine, dijo: “Los cultivos resistentes a herbicidas están muy extendidos en Estados Unidos y el uso de herbicidas en estos cultivos ha aumentado mucho en los años que han pasado desde su introducción. Hay una notable falta de datos, de revisiones por pares sobre su seguridad, así como datos sobre la seguridad de los herbicidas con los que se tratan estos cultivos”.
En este estudio no tendrá ninguna participación la Industria Biotecnológica o el movimiento en contra de los transgénicos, dijo Sharoykina. “Los estudios integrales de seguridad científica sobre los transgénicos y sus pesticidas relacionados se vienen realizando desde hace mucho tiempo. Pero todos los estudios anteriores han generado controversias por diferentes razones; la elección de los animales, estudio estadístico insuficiente, la duración de las pruebas, los parámetros de investigación, y las conexiones de los investigadores con el movimiento contra los transgénicos o la Industria Biotecnológica”.
“Este estudio pretende remediar esta situación. Los organizadores del proyecto han considerado todos los puntos en desacuerdo y las desconfianzas que existen sobre el tema”. Agregó que las quejas no tendrán influencia en el proceso científico.
La mayor parte de los 25 millones de dólares ya han sido recaudados, dicen los organizadores, pero los nombres de los patrocinadores y los que financian el proyecto no se darán a conocer hasta que se inicie el estudio, que será el próximo año.
Fiorella Belpoggi, especialista en cáncer del Instituto Ramazzini de Italia, miembro del equipo de investigación, dijo: “No se trata de un estudio contra los transgénicos. Tratamos de ser neutrales. No sabemos si son buenos o malos. Tal vez en un futuro sea una defensora de Monsanto. Pero quiero saber lo que la Ciencia tiene que decir sobre esto”.
El experimento se llevará a cabo en Europa Occidental y en Rusia, y fue recibido con cautela por los escépticos y los defensores de los transgénicos. Monsanto no ha respondido a la invitación para realizar una entrevista.
Karl Haro von Mogel, un genetista que participa en investigación pública en Madison, dijo en el sitio web Biofortified: “Si se lleva a cabo el estudio y se publica en una revista revisada por pares, se puede hacer una importante contribución a la literatura científica existente. Se puede decir que nunca se ha llevado a cabo un estudio científico tan amplio para dar respuesta a la seguridad para la salud humana de los alimentos transgénicos. El estudio no se había hecho hasta ahora, lo que supone poner el carro delante de los bueyes”.
Doug Parr, Jefe científico de Greenpeace Reino Unido, dijo: “Todavía hay incertidumbre científica respecto a los cultivos transgénicos, sobre sus efectos en el medio ambiente y la salud de los consumidores, sobre todo a largo plazo. Si es un estudio bien diseñado, un estudio transparente y responsable, entonces podría ayudar a llenar algunas de las principales lagunas en nuestros conocimientos sobre los impactos en la salud del maíz transgénico resistente al glifosato y del glifosato”.
Peter Melchett, director de política de Soil Association, dijo: “Doy la bienvenida a este proyecto de investigación. Es un fraude el que no se haya realizado un estudio científico como este con anterioridad”.
Nos pusimos en contacto con Monsanto para conocer sus impresiones, pero no ha respondido. Dice que millones de personas han consumido grandes cantidades de alimentos transgénicos y no se han observado efectos nocivos.
El anuncio de esta investigación llega en un momento en el que los activistas contra los transgénicos del Reino Unido han entregado una carta en Downing Street, firmada por grupos estadounidenses, que representan a más de 50 millones de personas, así como algunas personalidades: Susan Sarandon, Daryl Hannah y Robert Kennedy. En la carta se advierte que el cultivo intensivo de transgénicos ha causado grandes problemas ambientales en Estados Unidos.
“Los cultivos transgénicos no han cumplido con las promesas que se hicieron de aumentar los rendimientos y los ingresos, disminuyendo el uso de pesticidas. De hecho, ha ocurrido lo contrario: aumento de los costes, mayores que los cultivos convencionales, mayor uso de pesticidas, un 24% más que los cultivos no transgénicos”, se dice en la carta entregada por el exMinistro de Medio Ambiente, Michael Meacher y el tory MP Zac Goldsmith.
El pasado martes, los eurodiputados votaron a favor de permitir que los países que integran la UE puedan prohibir el cultivo de los transgénicos en su suelo por motivos ambientales.
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En hora buena…bienvenido el estudio.