Científicos han descubierto la herramienta más antigua de piedra en Turquía. Revela que los humanos pasaron a través de la puerta de entrada de Asia a Europa mucho antes de lo que se pensaba anteriormente, hace aproximadamente 1,2 millones de años.
Según una investigación publicada en la revista Quaternary Science, el hallazgo fortuito de un hoja de cuarcita trabajada en los antiguos depósitos del río Gediz, en el oeste de Turquía, ofrece importante nueva información sobre cuándo y cómo los primeros humanos se dispersaron fuera de África y Asia. Investigadores de la Royal Holloway, Universidad de Londres, junto con un equipo internacional del Reino Unido, Turquía y Holanda, utilizan equipos de alta precisión para fechar los depósitos del antiguo meandro del río, dando el primer período de tiempo exacto en que los humanos ocuparon la zona. La profesora Danielle Schreve, del Departamento de Geografía de la Royal Holloway, dijo: «Este descubrimiento es fundamental para establecer el momento y la ruta de la primera dispersión humana en Europa. Nuestra investigación sugiere que la piedra es el artefacto más antiguo encontrado en Turquía, y era propiedad de un homínido temprano que llegó a esta planicie aluvial hace más de un millón de años». Los investigadores utilizaron dataciones radioisotópicas de alta precisión y mediciones paleomagnéticas de flujos de lava para establecer que los primeros seres humanos estaban presentes en la zona entre aproximadamente 1,24 y 1,17 millones de años. Previamente, los fósiles de homínidos más antiguos en el oeste de Turquía fueron recuperados en 2007 en Kocabas, pero la datación de estos y otros hallazgos de herramientas de piedra eran inciertas. «La herramienta fue un hallazgo muy emocionante», dijo la profesora Schreve. «Yo había estado estudiando los sedimentos en la curva del meandro y me llamó la atención una piedra rosácea. Cuando la di vuelta para verla mejor, las características de un artefacto labrado por la mano humana fueron evidentes de inmediato». «Al trabajar en conjunto con geólogos y especialistas en dataciones, hemos sido capaces de poner una cronología segura a este hallazgo y arrojar nueva luz sobre el comportamiento de nuestros antepasados más lejanos».