domi Una Fe Tóxica

Algunas personas piensan, por mi estilo, que soy un rebelde sin causa; o que simplemente estoy lanzando críticas destructivas a diestra y a siniestra. En ocasiones me han sugerido que mi problema es de índole psicológico, que se trata de un conflicto con las figuras de autoridad o con las estructuras.

Es posible que sea un poco rebelde (aunque nunca sin causa); que sea crítico (constructivo, no destructivo); que tenga algún tipo de trauma psicológico en la vida (¿quién no lo tiene?). De hecho, no me preocupa mucho lucir vulnerable, pues creo que en la vida las vocaciones deben trascendernos como personas, y también deben trascender nuestra propia historia. Además, creo que ya es hora de que se considere a quienes predicamos, enseñamos o tenemos alguna posición de liderazgo como lo que somos: seres humanos…

Me parece que, más allá de mi limitado ser, represento una generación que tiene dudas e interrogantes, y que son válidas. Que hemos perdido el miedo a cuestionar la estructura, el sistema, el «estatus quo»; pues la historia nos ha mostrado el lado más oscuro y cruel de la religión que aumenta su poderío sin controles, sin cuestionamientos, sin auto-reflexión y auto-crítica. La religión que ha aplastado, matado, maltratado y marginado a quien no piensa igual o se somete incuestionablemente a su autoridad que caracterizan como divina. Este pensamiento religioso; llámese Islam, Budismo, Yoruba, Judaísmo, Neo-ateísmo (que para mí es una forma de religión) o Cristianismo (con todas sus expresiones), inserta en la psiquis de las personas una fe tóxica.

Una fe que envenena, que adormece, que enajena. Para lograr su agenda siniestra y destructiva, esta fe utiliza a conveniencia textos sagrados escogidos para que terminen dándole un «espaldarazo divino» a su veneno. ¿Cuáles pueden ser algunas de las señales de que mi fe, o la que se intenta pregonar en nuestras cominidades es tóxica? No hay manuales al respecto, pero en mi opinión, desde mi perspectiva cristiana, propongo varias preguntas:

¿Esta fe no se traduce en verdadero, visible y práctico amor al prójimo (que Jesús enseñó que era el fin y resumen de la Ley)?

¿Esta fe me convierte en víctima de un(a) líder manipulador(a) u opresor(a) que no promueve mi crecimiento y mi paz? O peor aún,

¿Esta fe me convierte en una o una líder victimario(a) que manipula u oprime y no promuevo el crecimiento y paz de la gente?

¿Esta fe genera un discurso que le roba la esperanza a la gente, que promueve el sentido de culpa y que parece no tener como fin la restauración? (Como Jesús que restauró a Pedro a pesar de, y como Pablo que sugiere lo mismo en Gálatas 6:1)

¿Esta fe genera discursos que dividen, fragmentan, separan a los seres humanos y a la comunidad de fe?

¿Esta fe nos hace pensar que somos superiores, más santos o espirituales, más dignos, o simplemente con el derecho de marginar y subestimar a otros seres humanos en el nombre de Dios?

¿Esta fe se sostiene con discursos de terror, su fundamento es el miedo?

Si la contestación de alguna de estas preguntas es afirmativa, entonces podemos estar experimentando una fe tóxica. La lista de gente maltratada, marginada y herida por la práctica de este tipo de fe es muy extensa ya. Te puedes desintoxicar hoy, no tienes que vivir así… no tienes que vivir así…

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