La crisis de los rehenes Kenji Goto y Moaz al Kasasbeh, el periodista japonés y el piloto jordano retenidos por el grupo yihadista Estado Islámico, adquirió un nuevo ultimátum que se cumplía este jueves.
Es un nuevo plazo en una sucesión de hechos desafortunados y cambio en las reglas del juego, que comenzaron la semana anterior cuando se difundió un video donde un hombre encapuchado amenazaba con matar a Goto y a su compatriota, Haruna Yukawa, si no se pagaba un rescate de US$200 millones en un lapso de 24 horas.
Pero esas exigencias cambiaron el pasado 24 de enero cuando se conocieron las imágenes de Goto sosteniendo una foto de la decapitación de Yukawa.
Lea: Cómo Estado Islámico amenaza al pacifismo de Japón
Allí surgieron dos nuevos nombres en este drama: Moaz al Kasasbeh, el piloto de guerra jordano que fue capturado por Estado Islámico el 24 de diciembre.
Y Sayida al Rishawi, una mujer jordana acusada de ser cómplice del atentado ocurrido el 9 de noviembre de 2005 en un hotel en el centro de Amán y que dejó 57 personas muertas.
A través de la voz de Goto, Estado Islámico volteó las exigencias: a cambio de su libertad y no matar a al Kasasbeh, querían a al Rishawi en libertad.
Lea también: Estado Islámico amenaza con matar a dos rehenes japoneses
El gobierno jordano del rey Abdalá II accedió a liberar a al Rishawi pero sólo si su piloto también era puesto en libertad.
Sin embargo, el mensaje de Goto conocido este mismo jueves no habla de la libertad del jordano: «Si al atardecer de este jueves Sayida al Rishawi no está en la frontera con Turquía para ser liberada, el piloto Moaz al Kasasbeh será ejecutado inmediatamente».
Vencido el plazo, se desconoce el destino de los rehenes.
¿Quién es Sayida al Rishawi?
Pero, ¿por qué le importa a Estado Islámico esta mujer de 42 años quien está condenada a muerte en Jordania?
Lea: Las mujeres de Occidente que dejan todo para unirse a Estado Islámico
El 9 de noviembre de 2005 un ataque coordinado con explosivos en tres hoteles de lujo en la capital jordana, Amán –el Grand Hyatt, el Radisson y Days Inn- dejaron 67 personas muertas.
El marido de Sayida al Rishawi, Ali Husein al Shamari, había sido el perpetrador suicida del ataque al hotel Radisson, donde murieron 57 personas, entre ellas varios de los 300 invitados a una boda que se celebraba en uno de los salones.
La mujer hacía parte del mismo plan, pero su detonador falló. Esa misma noche, durante las redadas que siguieron el atentado, las autoridades la capturaron.
Las investigaciones revelaron que el violento ataque había sido ordenado por Abu Musab al Zarqaui, el líder de la organización al Qaeda en Irak, que es considerada como la raíz de lo que hoy se conoce como Estado Islámico.
De hecho, en un reporte hecho por el New York Times, la policía jordana reveló que uno de los hermanos de al Rishawi era un cercano colaborador de al Zarqaui.
Al Rishawi, que es llamada la «hermana presa» por Estado Islámico, es una de las representantes visibles que permanecen de al Qaeda en Irak, que recibió su golpe más fuerte cuando al Zarqaui fue abatido por EE.UU. en 2006.
Ella fue procesada por la Justicia jordana y condenada a morir en la horca.
Sin embargo, de acuerdo con el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner, el valor de al Rashawi es sólo simbólico para el grupo yihadista.
«EI no necesita el regreso de al Rishawi. La mujer no tiene valor militar para ellos, pero su liberación podría sentar un precedente para llevar a cabo más secuestros de ciudadanos de otros países en la coalición anti Estado Islámico», afirma.
La confusión jordana
Desde que se conoció la amenaza de Estado Islámico contra los ciudadanos japoneses –y que incluía a un país asiático en su cruzada yihadista- un grupo de funcionarios cercanos al primer ministro japonés Shinzo Abe fueron enviados a Medio Oriente para lograr su liberación.
Con el cambio en las condiciones y la inclusión del piloto jordano, todo este lobby diplomático se dirigió a Amán.
Pero allí el ambiente estaba en ebullición. El gobierno afronta una fuerte oposición debido a la presencia en la coalición liderada por EE.UU. contra Estado Islámico.
«El gobierno de Abdalá II está bajo una gran presión de la opinión pública que se opone a la participación de su país en la coalición (contra Estado Islámico). Pero eso pone en riesgo su posición de aliado de Estados Unidos», señaló la corresponsal de la BBC en Amán, Yolanda Knell.
Y cómo se ha manejado el tema del piloto también ha generado malestar.
«La mayoría de los nosotros condenamos el hecho de que hagamos parte de esos ataques. Por esa razón es que mi hijo fue capturado y puede morir en cualquier momento», le dijo a la BBC Safi al Kasasbeh, el padre del piloto.
Conteo regresivo
Entonces las autoridades jordanas, a través de su vocero Mohamed Momani, exigieron este jueves que le entregaran «sano y salvo» a su piloto a cambio de liberar a al-Rishawi.
Pero, en la grabación de Goto conocida esta mañana no se habla de la libertad de al Kasasbeh. Solo reiteran la amenaza de muerte sobre el piloto, quien es considerado un prisionero de guerra por parte de Estado Islámico.
Mientras tanto, tal como señala Frank Gardner de la BBC, continúan las complicadas negociaciones entre tres partes tenaces.
«Shinzo Abe ha prometido hacer todo lo que esté en su poder para que el rehén Kenji Goto sea liberado mientas que al mismo tiempo ha jurado no rendirse al terrorismo».
«Pero ahora que la demanda de rescate de EI ha cambiado, Japón no tiene nada obvio que ofrecer a EI, así que Tokio tendrá que presionar a Jordania para que entregue a al Rishawi, y esto es algo que Jordania no quiere hacer a menos que se le entregue a su propio piloto» dice el corresponsal de la BBC.