Aida. Ningún gobierno resiste el vacío de poder

Esta semana, Graça fue llamada el Palacio. Salió sin dimitir, otra vez atendiendo a la petición de una amiga. Ayer, ella y la Junta presentaron formalmente su renuncia, dando la sorpresa a Dilma.

Infolatam / Blog Luis Nassif
Sao Paulo, 5 febrero 2015
Por LUIS NASSIF

Hay un peligroso vacío de poder en el gobierno deDilma Rousseff.  Al día siguiente de la elección de Dilma, la oposición abrió la tercera ronda, una guerra implacable de desestabilización.

Hemos creado un problema adicional en un escenario ya complejo, con problemas fiscales, economía estancada, el déficit de las cuentas externas, el desempleo que comienza a aparecer.  Dilma tiene un conjunto de cuestiones que administrar, divididas de la siguiente manera:

Decisiones complejas y difíciles de implementar: Ejemplo: ajuste fiscal compatible con el crecimiento y el empleo.

Decisiones complejas y fáciles de implementar: Por ejemplo, la elección de la presidencia de la Cámara. Teniendo el poder, el presidente salió con ventaja del juego. En última instancia, un acuerdo honroso con Eduardo Cunha. Pero la cuestión era complicada y no se consiguieron analizar todas las variables.

 Decisiones simples y fáciles de resolver: Crisis Petrobras.  La manera de resolver la crisis dePetrobras es obvia, aunque requiere medidas audaces. Se trata de aislar la operación de la crisis.

Se busca un ejecutivo con una nueva junta directiva para asumir la presidencia y dirigir el barco sin la herencia injustamente acumulada por la dirección actual.

Nómbrese un Consejo de Administración experimentado, para negociarse con Lava Jato, con Price y con los bancos para preservar la cadena de petróleo y gas. Esa persona tendría bajo su mando un grupo de trabajo especialmente preparado para gestionar la crisis.

No es una fórmula mágica, pero es la manera mas obvia de actuar para cualquier empresario racional.

Es la vía que sería adoptada, por ejemplo, por la propia presidenta de Petrobras Graça Foster, por  Junta a, por el Consejo de Administración, por los asesores de Dilma en Palacio, por los ministros del área económica y por cualquier agente dotado de racionalidad.

Pero Dilma se guardó la decisión para sí y para demostrar que una dama de hierro nunca se dobla mantuvo a la Junta directiva y a la presidente Graça Foster. Parecía solidarizarse con la amiga fiel. No lo era. Era sólo una manera de no dar el brazo a torcer.

Graças es un ejemplo de lealtad. Asumió un desafío monumental, expurgar a Petrobras de las influencias políticas de algunos directores, del desafío, por cierto, muy por encima de su experiencia petrolera.

Se vio envuelta en una crisis que ella no había montado, fue el blanco de  denuncias sin contenido pero que amenazaban la equidad junto con décadas de una carrera ejemplar.

Cuando las circunstancias involucraron su nombre en Lava Jato, ese era el momento para ser salvada. Dilma exigió que continuase, a costo de su propia salud.

Esta semana, Graça fue llamada el Palacio. Salió sin dimitir, otra vez atendiendo a la petición de una amiga. Ayer, ella y la Junta presentaron formalmente su renuncia, dando la sorpresa a Dilma.

Incluso sabiendo que la salida de Graça era inevitable y solo cuestión de tiempo, ningún ejecutivo había sido sondeado todavía para presidir la compañía.

Ahora, por fin, Dilma decidirá. Pero justo cuando la decisión era inevitable.

La política no acepta el vacío de poder. A pesar de los Cassandras – FHC y amigos – la imagen de hoy es muy diferente a la de los tiempos Goulart. La legalidad democrática se convirtió en un valor nacional.

Pero no hay gobierno para resistir tal falta de tal decisión.

Infolatam

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