Ya hemos tratado en no pocas ocasiones el asunto de «Hitler y la religión» ocasionando con ello debates más o menos encendidos. Personalmente opino que en este asunto existen tantas versiones como cada uno quiera. Por eso, cuando alguien quiere defender a un Hitler religioso obtiene material abundante para hacerlo. Pero lo mismo ocurre a la inversa: se poseen no pocas declaraciones del Führer criticando las religiones y en particular a la Iglesia. Werner Maser trató el asunto en su biografía. Comienza con esta declaración de Hitler:
Como observamos, Hitler sustituía el concepto de Dios por el de «Providencia». Los estoicos empelaron esta palabra para designar la fuerza que gobernaba todos los acontecimientos de la tierra y toda la vida humana ( Werner Maser biografía). El propio Maser llegó a esta conclusión:
– Cuando Hitler hablaba de Providencia lo hacía en el sentido de la providentia estoica que todo lo ve y que ha creado el mundo para dirigirlo y gobernarlo según sus propios fines. Numerosas pruebas demuestran que estaba firmemente convencido de encontrarse bajo la influencia divina. Tanto en público como en privado solía interpretar sus éxitos o sus fracasos bajo esta perspectiva.
Hitler, que contrariamente a lo que se cree, se creía responsable de sus fracasos, le dijo a su otorrinolaringólogo Giesing, en relación a la derrota de Stalingrado:
– La suerte suele repartir de vez en cuando reveses como el de Stalingrado; yo se que la Providencia ha tenido también en cuenta a la parte contraria y en el futuro la tendrá todavía más.
En otra ocasión, y hablando sobre el atentado de julio de 1944 dijo:
– Si en alguna ocasión me han asaltado dudas sobre la tarea que me ha encomendado la Providencia, ya se me han disipado por completo. Día tras día considero un auténtico milagro haber salido con vida de entre tantos montones de ruinas.
Poco antes de suicidarse, Hitler le dijo a su médico:
– La Providencia me ha guiado hasta ahora con toda seguridad; continuaré por el camino que me ha marcado a pesar de todos los obstáculos intermedios.
Según Maser Hitler sustituyó la palabra «Dios» por «Providencia» porque consideraba que la Iglesia hacía un mal uso de la palabra «Dios». Hitler creía también en convicciones científicas.
En 1941 dijo:
– Cuando se dice que el rayo es enviado por el buen Dios, no se está expresando ninguna inexactitud. Pero lo que si es seguro es que el buen Dios no ha enviado el rayo en la forma que afirma la Iglesia. La definición de la Iglesia es un uso impropio de la palabra para fines terrenales.
Hitler pensaba que la religión había surgido para que los hombres «pudieran comprender intelectualmente las imágenes de un pasado remoto, que se habían convertido en esquemas, adornándolas con los símbolos externos que habían de servir para que la Iglesia conservara su influencia.»
Hitler creía que la religión había influido positivamente en el proceso evolutivo durante un periodo determinado, al mismo tiempo que profetizaba que la transformación de las relaciones económicas, establecida por el comunismo, acabaría por superarla. Hitler, por el contrario, no estaba convencido de ello ni deseaba que se produjera semejante evolución. En su opinión, la religión «había sido mas humana en sus comienzos» pero quería conservarla a toda costa -quizá por considerarla un medio idóneo para someter a los hombres y para reforzar el poder- aunque no así a la Iglesia. En su prisma, esta última no tenía reservado ningún lugar positivo en la historia. Sobre la Edad Media opinaba:
– El periodo que va desde mediados del siglo III hasta mediados del XVII ha sido seguramente la época más atroz de rebajamiento humano. La sed de sangre, la mezquindad, y la mentira dominaban esos tiempos.
En 1942 declaró:
– Yo no soy de la opinión de que tenga que quedar algo de lo que hubo antes. La Providencia le ha dado al hombre razón para que obre conforme a ella. La razón me muestra que el dominio de la mentira será quebrantado. También me muestra que eso no se conseguirá ahora… No es que me de miedo la lucha, pues si llega el momento la entablaré sin el menor titubeo, actuando con rapidez en cuanto tenga la prueba de que ello pueda suceder.
En una ocasión Hitler confesó que en su juventud había defendido la idea de destruir a la Iglesia de un modo radical, como con dinamita, para así borrarla de la faz de la tierra. Sin embargo después Hitler quiso obrar con inteligencia.
Por supuesto, en los debates sobre religión y Hitler se habla a menudo del anticlericalismo de muchos dirigentes nazis, como Bormann o Himmler. Y se habla del misticismo de Himmler y de sus estrambóticas ideas que quería imponer. Pero lo cierto es que Hitler no comulgó jamás con la ideología de Himmler y apenas le daba importancia. Tampoco Hitler fue partidario de que las masas le veneraran como a un Dios. Quién sabe, pero tengo la impresión de que el concepto de religión que tenemos aún hoy, sería muy diferente de haber triunfado Hitler. De lo que no cabe duda, es de que Hitler ha sido el único líder histórico que se planteó cambiar la religión de un modo absolutamente único en la historia. El comunismo, con su ateísmo radical, no ha logrado erradicar las creencias de las personas que dominó. La prueba más evidente es que en países en donde el comunismo gobernó durante décadas, como Polonia o Rusia, la religión tiene hoy en día muchísima influencia.
Seguiré en futuros posts hablando sobre Hitler y la religión. Por supuesto, se que el asunto da para miles de interpretaciones y que cada cual intenta obtener conclusiones para un lado u otro. El hecho de que Hitler sea considerado hoy en día la encarnación del mal y del mismo diablo nos da una idea de lo peligroso del asunto y de cómo la religión, en cierta forma, condiciona también nuestros pensamientos.