Foto: Restos de un fémur y una pelvis de 1,9 millones de años de antigüedad.
Fuente: Universidad de Missouri | Nathan Hurst | 9 de marzo de 2015 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Recientemente, una investigación publicada sobre la evolución humana había revelado que los primeros ancestros humanos ostentaban diferencias significativas en el rostro. Pero ahora,una investigación de la Universidad de Missouri-Columbia, y su equipo internacional de colaboradores, han hallado que estas primitivas especies humanas también diferían en otras partes de sus esqueletos y tenían formas corporales distintas.
El equipo de investigación encontró fósiles de una pelvis y un fémur, de 1,9 millones de años de antigüedad, pertenecientes a un temprano ancestro humano en Kenia, los cuales revelan una mayor diversidad en el árbol de la familia humana de lo que antes creían los científicos.
«Lo que estos nuevos fósiles nos están diciendo es que las primeras especies de nuestro género ‘Homo’, fueron más distintivas de lo que pensábamos. Ellos diferían no sólo en sus rostros y en las mandíbulas, sino también en el resto de sus cuerpos«, dijo Carol Ward (izquierda), profesora de patología y ciencias anatómicas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri.
«La antigua representación de la evolución lineal del mono al ser humano, con pasos individuales en el medio, se está demostrando inexacta. Estamos encontrando que la evolución parece haber experimentando con diferentes rasgos físicos humanos en diferentes especies antes de acabar en el ‘Homo sapiens’.»
Tres especies primitivas, que pertenecen al género Homo se han identificado con anterioridad a los seres humanos modernos, u Homo sapiens. El Homo rudolfensis y el Homo habilis fueron las
primeras versiones, seguidas por el Homo erectus y luego el Homo sapiens. Debido a que los
fósiles más antiguos de Homo erectus que han sido hallados tienen sólo 1,8 millones de años de antigüedad, y ostentan una estructura ósea diferente que los nuevos fósiles encontrados, Ward y su equipo de investigación concluyen que éstos últimos son de Homo rudolfensis o de Homo habilis. Ward dice que estos fósiles muestran una diversidad en las estructuras físicas de los ancestros humanos que no ha sido vista anteriormente.
«Este nuevo espécimen tiene la articulación de la cadera como todas las demás especies de ‘Homo’, pero también tiene una pelvis y un fémur más delgados en comparación con el Homo erectus. Esto no significa necesariamente que los primeros ancestros humanos se movieran o vivieran de manera diferente, pero sí sugiere que eran una especie distinta, la cual podría haber sido identificada no sólo mirando su rostro y mandíbulas, sino también observando la forma de su cuerpo.
Nuestros nuevos fósiles, junto con otros ejemplares que se han obtenido durante las últimas semanas, nos dicen que la evolución de nuestro género se remonta a mucho antes de lo que pensábamos, y que muchas especies y tipos de primeros seres humanos coexistieron durante aproximadamente un millón de años, antes de que nuestros antepasados se convirtieran en la única especie ‘Homo'», dice Carol Ward.
Un pequeño trozo de fémur fósil fue descubierto por primera vez en 1980, en el sitio de Koobi Fora, en Kenia. UN proyecto de investigación de Meave Leakey (izquierda) regresó al lugar con su equipo en 2009 y descubrió los restos del mismo fémur y de la pelvis que le correspondía, demostrando que ambos fósiles pertenecían al mismo individuo de hace 1.900.000 años individuales.