La pomposa  “Comisión d’investigación sobre fraude y evasión fiscal y corrupción política” puesta en marcha por el Parlamento de Catalunya, nos está dejando una nítida imagen de la fundición séptica en la que chapotea la burguesía, en virtud del régimen capitalista putrefacto sobre el que ésta se sustenta. De igual manera, nos está mostrando en qué grado de descrédito y corrupción paralela se encuentra el conjunto de la super estructura política que l’acompaña, totalmente sometida a la voluntad del capitalismo monopolista. Claro está que cualquier comisión salida de un Parlamento burgués no sólo no aclarará nada, sino que bien a menudo servirá como espectáculo de cariz televisivo encaminado a salvar los pilares maestros de esta dictadura capitalista. Así, podemos ver como mientras todos contribuyen a engordar el circo parlamentario, al mismo tiempo se exculpa sistemáticamente la verdadera causa de esta  incurable corrupción estructural: las relaciones de producción capitalistas, donde tan bien se desarrollan los grandes corruptos régimen.

A pesar de todo y más allá de la intención de los ilustres diputados que intervienen en este espectáculo dantesco, esta Comisión sí está sirviendo para una cosa:  mostrar la decadencia de la clase dominante y sus formaciones políticas, las bajezas  sociales de una burguesía que sólo en el expolio  y el parasitismo más descarnado encuentra su razón de existir.

Por las relucientes alfombras parlamentarias continúan desfilando todo el  espectro burgués en Catalunya. Así apareció por allá la familia burguesa por excelencia, el clan Pujol. Y por supuesto nadie preguntó por Banca Catalana ni nada se esclareció al respecto de la fortuna monstruosa de este “servidor público” que permaneció al mando de la Generalitat durante más de 23 años. Pero el patriarca, con larga experiencia al servicio de su clase social, sí nos dejó una frase maravillosa para la historia: “si seguimos cortando las ramas acabará cayendo el árbol”. Ya se dice  que el diablo sabe más por viejo que por diablo. Pocos días después empezó el desfile programado de su nutrida “prole”, todos ellos enriquecidos a expensas de su apellido y de la propia Generalidad. Sonrientes  multimillonarios en Miami (Josep Pujol), analfabetos funcionales autodenominados “dinamizadores económicos” (Jordi Pujol), ex diputados inmersos en  innumerables casos de corrupción (Oriol Pujol), aprendices de broker con cantidades ingentes de capital (Oleguer Pujol) y una pandilla más viviendo con cargo a los presupuestos públicos y de grandes empresas en Catalunya.

Pero si resultaba difícil llegar a tan altas cotas del espectáculo decadente con el desfile de los Colina en la patética versión de serie B del Padrino, la semana pasada llegaban al Parlamento nuevos actores provenientes también de la alta burguesía barcelonesa, siguiendo un guión digno de la peor película norteamericana. Una amante despistada de Jordi Pujol Ferrusola, espiada por la Secretaría General del PP en Catalunya y el ex-secretario d’organización del PSC, restaurantes de lujo con micrófonos en la mesa, detectives explicando el procedimiento, todo bien aliñado con la corte de diputados indagando en “tan interesantes” chanchullos burgueses.  Si no había  suficiente con los grandes contratos y concursos fraudulentos, con la evidente evasión fiscal, con el tren de vida a base de Ferrari y maletines llenos de euros bajando y subiendo de Andorra, ahora se añaden restaurantes a 300 euros el cubierto, consultores cobrando comisiones millonarias y patéticas intrigas entre formaciones políticas burguesas con  tal de forjar pactos de silencio. Y lo que es más repugnante,  la clara simbiosis entre el gran capital y sus servidores políticos.

Y lo que  hace todavía más surrealista esta Comisión es el señor David Fernández presidiéndola y las CUP participando y legitimando tan lamentable espectáculo burgués.

Como se emperran en mostrar los diputados, lo que tenemos delante de nosotros es una dictadura de gatos, donde tanto da si estos son blancos o negros.  Son gatos y cazan ratones.

Crear un nuevo poder popular encabezado por la clase trabajadora y las clases populares catalanas exige no sólo romper con las relaciones de producción capitalistas, sino también crear los fundamentos de una nueva democracia obrera que ponga fin a estos espectáculos miserables a cargo de una clase dominante decadente.  Porque estamos hartos de Parlamentos que,  mientras juegan a las Comisiones, envían a prisión a catalanes por pedir pan y trabajo a los ilustres diputados; porque estamos hartos de jornadas contra la pobreza mientras ésta se extiende por todos los territorios de Catalunya, porque estamos hartos de un régimen al total servicio de unos pocos monopolistas, porque estamos hartos d’esta dictadura capitalista,  hace falta erigir las estructuras del Frente Único del Pueblo. Porque sólo el socialismo puede poner las bases imprescindibles para liquidar la explotación asalariada y por ende  la corrupción y la pobreza que se desperdiga por este capitalismo putrefacto.

Partit Comunista Obrer de Catalunya

www.pcoc.es

http://www.diario-octubre.com/2015/04/15/la-comision-de-investigacion-el-espectaculo-de-una-clase-social-decadente/