Tuve uno de mis días menos productivos en esta pasada semana, un día que comenzó con un arranque tardío, cuyo punto culminante fueron dos siestas y algunas conversaciones telefónicas no planificadas. Al final del día, cuando miré mi lista de cosas por hacer noté que había poco marcado como hecho. Tuve un momento de arrepentimiento seguido de una comprensión de algo más, que ‘ser’ era todo lo que necesitaba hacer y podría ponerme al día luego. Sea lo que estuviese haciendo, aunque pensé que no estaba haciendo nada, era exactamente lo correcto para ese momento. No era perezosa ni estaba ociosa, estaba participando en trabajos que no requerían la aplicación de mi cuerpo físico para nada.
El evento más notable de ese día fue una conversación telefónica con alguien que no sabía que estaba interesada en asuntos espirituales. De hecho, nunca habíamos hablado de esas cosas aunque ella tenía idea de quien era yo y que hacía Pero no tuve que decir una palabra porque ella hizo todas las preguntas y hasta compartió unas cuantas experiencias intuitivas conmigo, incluyendo cómo manifestaba una comida con los hermanos Osmond. Podía haber cortado la conversación porque tenía cosas que hacer pero sabía que no había nada más importante que procesar la energía con esta llamada y estar disponible para compartir sus historias conmigo.
Nos olvidamos que somos seres espirituales ante todo y humanos después. Pero nuestra humanidad ocupa tanta de nuestra energía que a menos que físicamente nos apaguemos, durante esos momentos que nuestro espíritu necesita trabajar, la humanidad toma el mando. Si han cuidado alguna vez de un niño pequeño saben cuánto tiempo y energía necesitan – así es como nuestro ego o lado humano actúa a veces. Y justo como acuestan a un bebé para su siesta cuando está cansado y molesto, nuestro humano a veces necesita ser puesto a un lado para que nuestro espíritu pueda disponer de algún tiempo.
Como portales de energía somos conductos para la energía que está tanto entrando como saliendo del planeta. Si no estamos presentes energéticamente no podemos facilitar los intercambios de energía y cuando ese trabajo deba ocurrir, lo hará como pueda. No estamos siendo perezosos cuando estamos tan exhaustos que tenemos que descansar, tampoco somos ociosos cuando no tenemos energía alguna para hacer algo a no ser sentarnos y contemplar nuestra lista de cosas por hacer. Es en esos momentos, cuando no sucede nuestro hacer, que nuestro ser está trabajando más. Lo mejor que podemos hacer es darle suficiente espacio y aprovechar el tiempo para descansar – y tenemos que hacerlo porque no va a ocurrir nada más.
El trabajo energético que hacemos no es sólo importante sino que es nuestra razón de estar aquí. Estamos aquí para ser un conductor energético y lo que hacemos con y dentro de nuestra humanidad es cómo utilizamos la energía que recibimos y compartimos en el planeta. Es también cómo procesamos cualquier energía que está saliendo y permitimos que se vaya en gracia. Si no somos capaces de hacer este trabajo, éste no se hace.
Cuando nuestro enfoque cambia de hacer a ser, cuando nuestra mente quiere hacer cosas pero nuestro cuerpo no coopera estamos realmente ‘haciendo’ lo que se supone que estemos haciendo, lo cual es estar presentes energéticamente. Eso no es siempre conveniente dentro de nuestras ocupadas vidas pero es más importante para nosotros ser que hacer, porque todo pasa al asiento trasero cuando eso debe ocurrir.
Así que sí no pueden encontrar la motivación para hacer algo o justo tienen que descansar y tomar una siesta, no están siendo perezosos, están permitiendo que su humano tome tiempo para que su espíritu pueda hacer lo suyo. Disfruten esos momentos y sepan que el trabajo que hacen en ese momento es más importante que cualquier otra osa en su lista y serán capaces de ponerse al día después con su ‘hacer’, bendecidos por toda la energía que su ser está disponiendo para ustedes.
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enlighteninglife.com
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo
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