¿Qué función cumple la fiebre en nuestro cuerpo?¿Por qué sube la temperatura de nuestro cuerpo? La temperatura corporal está bien controlada y regulada por el centro termorregulador situado en el cerebro, el hipotálamo, que funciona como un termostato. Se considera temperatura normal hasta 37.2ºC y se habla de fiebre si la temperatura pasa de 38º C.
La Fiebre
Cuando aparecen leves síntomas de tener fiebre, queremos bajarla rápidamente. No es necesario tratar la fiebre sino el malestar que nos produce.
La sensación de fiebre puede notarse porque las pulsaciones o latidos del corazón se aceleran, respiramos más rápidamente, se nos enrojecen las mejillas, nos brillan los ojos, estamos más inactivos, tenemos sensación de frío y escalofríos.
Nuestra temperatura corporal normal puede cambiar durante el día, por lo general es más alta a principios de la noche. Hay otros factores que pueden afectar la temperatura corporal:
El ciclo menstrual de la mujer, en la segunda parte del mismo, su temperatura se puede elevar en un grado o más.
La actividad física, emociones fuertes, comer, ropas gruesas, medicamentos, temperatura ambiente alta y humedad alta también pueden aumentar la temperatura corporal.
Una de las principales causantes de la fiebre, son las infecciones víricas. Los virus o bacterias nos entran generalmente por la nariz o la boca. Penetran en una célula y se reproducen en su interior hasta que ésta queda totalmente repleta, ocupando su interior por millones de virus. Cada uno entra en una célula sana y el ciclo se repite.
Esto favorece la transmisión del virus. Las células afectadas van muriendo y cuando éstas son muchas no tardamos en vernos afectados físicamente. Nos duelen las articulaciones, la cabeza, los músculos, el abdomen, los oídos etc.
Pero nuestro cuerpo cuando un virus entra en una de sus células, éstas liberan unas sustancias que hacen que se inflamen los vasos sanguíneos más cercanos a ella. La sangre circula más despacio y se acumula donde hay la infección, los glóbulos blancos en este momento atraviesan los vasos sanguíneos y se juntan con las células infectadas.
Nosotros sólo notamos una inflamación, que se forma por la acumulación de sangre en la zona infectada, que se pone roja, caliente y duele. Pero esto es una buena señal.
La inflamación es una reacción natural y espontánea de defensa de nuestro cuerpo ante cualquier ataque. La célula infectada está rodeada por muchos glóbulos blancos, tantos que llegan a entorpecer la oxigenación, esto hace que la célula fermente y produzca dióxido de carbono y ácido láctico, acidificando la célula y bloqueando la reproducción de los virus, favoreciendo su muerte.
En este proceso, la célula muere, pero el virus ya no se propaga. También los glóbulos blancos generan unas sustancias que actúan sobre centros termorreguladores del cerebro, elevando la temperatura corporal, causando la fiebre. Esta temperatura corporal más alta elimina los virus que nos han atacado, desapareciendo la infección de forma natural.
La inflamación, cuando es leve y la fiebre, si no supera los 40°C, son reacciones normales del cuerpo que nos protegen contra los virus, sin éstas, los virus nos dañarían sin la menor resistencia.
Antes lo que hacían era hacer sudar para que aumentara la temperatura para así provocar ese efecto limpiador de virus.
Qué hacer si tenemos fiebre
Tomar una aspirina, paracetamol o ibuprofeno si tenemos un virus puede ser contraproducente, ya que al querer bajar la inflamación y la fiebre favorecemos la propagación del virus. El cuerpo pierde las protecciones naturales y no puede evitar el avance del virus y de la enfermedad.
Tengamos muy presente que eliminar la fiebre puede aumentar la velocidad de reproducción de los virus pudiendo bloquear el sistema inmunitario.
Mientras la medicina aconseja “bajar la fiebre”, lo mejor en es, provocar fiebre para activar la curación, salvo en casos de fiebres convulsivas muy altas.
Cuando aparezcan los primeros síntomas podemos actuar siguiendo estos consejos que os indico a continuación, teniendo cuidado de usarlos si ya tenemos fiebre, si se está embarazada o si hay alguna contraindicación por el uso de calor.
Tengamos un termómetro, ropa absorbente. Busquemos un momento en el que tengamos tiempo por delante. Bebamos agua mineral, 2 vasos y vayamos bebiendo más durante y después del tratamiento. Tengamos a punto un baño de agua caliente.
Nos metemos en el agua caliente a la temperatura que podamos aguantar y nos tomamos la temperatura corporal, notaremos que esta va subiendo, cuando llegue a los 38 grados, esperamos unos 20 minutos y vamos bebiendo agua que no esté fría.
Salimos de la bañera y nos cubrimos con la ropa absorbente, incluso la cabeza, nos secamos y nos ponemos rápidamente en la cama y empezaremos a sudar, que es lo que queremos. Nos mantenemos en la cama hasta que notemos que nos pasa el calor, al menos 1 hora ó 2, podemos volver a realizar varias veces, este tratamiento es más eficaz al inicio de la enfermedad, si ya lleva el proceso un cierto tiempo es cuando puede ser necesario repetirlo.
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Josep Masdeu
www.naturopatamasdeu.com