En el atardecer de nuestras vidas seremos juzgados en el amor

En el atardecer de nuestras vidas seremos juzgados en el amor

Hablar de la muerte es sin duda difícil. La muerte puede darnos miedo, hacernos experimentar fragilidad, hacer que nos sintamos finitos e inseguros, o mostrarnos que no tenemos el control total sobre nuestra vida.

Nadie sabe el día ni la hora en que vamos a dejar de estar en este mundo, y por ello les alcanzo algunas preguntas que debemos hacernos todos los días: Si Dios nos llamara en este momento, en este instante, ¿estamos preparados para morir?, ¿hemos hecho lo suficiente en este mundo?, ¿hemos amado con toda nuestra capacidad?, ¿nos hemos esforzado por ser mejores personas cada día?, ¿hemos cumplido nuestros deseos y sueños?, ¿hemos hecho felices a los que nos rodean?

Muchas veces, cuando pienso en la muerte, recuerdo una frase que me gusta mucho. Es de San Juan de la Cruz: “en el atardecer de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”.

Cuando nos encontremos cara a cara con Dios, Él no nos preguntará cuánta riqueza acumulamos, cuántos títulos profesionales tuvimos, cuántas propiedades compramos.

Dios nos preguntará cuánto hemos amado a los demás, cuánto dimos de nosotros mismos, cuánto superamos nuestro egoísmo y salimos de nuestro egocentrismo para ayudar a los demás, cuánto fuimos capaces de mirar el corazón de la otra persona para entenderla y comprenderla, cuánto explotamos nuestra capacidad de amar que fue dada a cada uno en mayor o menor medida.

El atardecer de nuestra vida es acercarnos a la muerte, cuando poco a poco nos vamos apagando y ocultando, como el sol.

En nuestra vida tenemos distintos momentos: alegres, tristes, nostálgicos, confusos, entre otros, que van pasando. Pero todos llegan a un final, llegan a un atardecer, y con ello a la “noche” de nuestras vidas. Luego de esa noche, de la muerte, seremos recordados por quiénes fuimos y cuánto amamos.

Catholic-Link

2 comentarios en “En el atardecer de nuestras vidas seremos juzgados en el amor

  1. Para creer en estas aseveraciones, ¡primero deberíamos creer en la muerte!, luego, si todavía creemos en la muerte, posiblemente este postulado sea (en cierta medida aceptable) pero. si hemos alcanzado ese estado de libertad en el cual «¡la muerte no existe!» entonces, estas aseveraciones ¡no tienen asidero!

    Todos estamos experimentando «diferentes experiencias» en este plano, nadie tiene (ni puede arrogarse) el poder, el conocimiento, la sabiduría de definir «que es lo que está bien y que no lo está», si todavía vibramos en esos niveles de prejuicios, eso significa (al menos así lo percibo) que todavía seguimos apegados a paradigmas ¡creados por nosotros mismos!!

    Por otro lado ¿que importancia tendría que fuésemos recordados por aquello que hemos hecho en este plano?, muchos recuerdan más a los que (en apariencia) han sido perversos, tales como Napoleón, Hitler, Colón, Pizarro, y muchos etc. más.

    Aquellos hermanos que todavía creen en la muerte, creen que al ser recordados por «sus hazañas» (sean del tipo que sean), por «sus logros», por «su estatus o su destacarse en tal o cual disciplina», eso les proporcionará la vida eterna, pero aun no despiertan a la verdad de que, esa vida eterna ¡»ya está en nosotros»!
    solo tenemos que despertar y aprender a apreciar la oportunidad que estamos disfrutando de poder experimentar este plano de INFINITAS POSIBILIDADES!!!

  2. El AMOR es consciencia de SER, con toda su libertad inmanente… y no » juzga »

    Cuando sientes MIEDO a ser juzgado… entonces ya no Amas libremente… y das paso al ego, que asume la actitud de juzgar tus propias aceptaciones o acuerdos a los que has llegado desde el condicionamiento implícito de este Mundo

    Las referencias de bien o mal ( mas allá del sentido común ), no son mas que códigos condicionantes que han sido inoculados en la psiquis, desde nuestro nacimiento, creando un sistema de creencias, con las que se maneja este sistema sociológico, de los que vivimos sumergidos en esta Matrix.

    El miedo a ser juzgados, a sido una herramienta disuasiva muy eficiente, en la construcción de una plataforma religiosa dogmática como la Católica y el resto de ellas… Que se fundamentan en la necesidad de creer, en deidades fuera de nuestra propia deidad inmanente.

    IN LAKECH.

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