El judaísmo no es democracia (griega)

“Democracia” es un palabra que no forma parte del vocabulario del judaísmo (griego: demos = “pueblo” y cratos = “poder” o “gobierno”). La idea, es un compuesto de varios conceptos que se encuentran (entre otros lugares) en los componentes básicos de la cultura judía; es decir, elaborados mucho antes de que la idea griega fuera concebida.
El concepto «democracia» resulta de embalar varias ideas en un solo paquete. Aunque no existe una definición universalmente homogénea, algunos componentes son esenciales para determinar su presencia en una sociedad.
Podría decirse que la idea democrática más esencial es la creencia en la igualdad, un concepto magníficamente descrito en el libro de Levítico capítulo 24 versículo 22 (y unas 23 más veces a través de toda la literatura fundacional de Israel):

“Una sola ley regirá, tanto para el nativo como para el extranjero.”

La palabra «igualdad», sin embargo, puede ser engañosa. Todos los seres humanos no son iguales: son diferentes.
Como el difunto científico político Harold Laski lo señalara: la democracia se basa en las similitudes entre los seres humanos, no en sus diferencias.
Una vez más, desde sus inicios el judaísmo propuso la poderosa idea de que lo que todos los seres humanos comparten en común es el haber sido creados a la imagen de Dios. Esto tiene menos que ver con la imagen de Dios que con el hecho de que todos los seres humanos tienen algo en común (entiéndase como se quiera entender la expresión: “imagen de Dios”).
Hay, por supuesto, una brecha entre el mundo de las ideas y lo que los seres humanos hacen en la práctica.
Douglas A. Knight, profesor deBiblia Hebrea y Estudios Judaicos de Vanderbilt saca la conclusión:

«Los reiterados mandatos bíblicos referente a los extranjeros sugiere que en la realidad, no fueron tratados igualitariamente, ni en el culto, ni en otros lugares.»

Las leyes no son carteles de propaganda: son las expresiones de las aspiraciones de una cultura.
Ninguna sociedad, constituida por seres humanos reales, es perfecta. No existen sociedades totalmente igualitarias de la misma manera que no hay sociedades totalmente democráticas.
Dado el hecho de que las sociedades están constituidas por seres humanos que necesitan ajustar sus ambiciones a las necesidades de los demás, lo que más cuenta es lo que la sociedad se dice de sí misma lo que ambiciona ser.
La prueba de sus verdaderas intenciones son las instituciones y las garantías que pone en marcha para alcanzar sus objetivos sociales, a la vez que las estrategias y esfuerzos que impone para que sus ideales se conviertan en realidades.
La profesora de literatura comparada de la Universidad de Harvard, Ruth R. Wisse comenta con agudeza, que:
«Una de las grandes fuerzas de la civilización judía es su insistencia en mantener viva la memoria de sus propias malas acciones y errores del pasado como medio para asegurar, por lo menos, una cierta mejoría en su civilización.”
Varias veces al año, no importa en que país se encuentre, el judío toma conciencia a través de la lectura del Tanaj de las fallas del pasado, la visión de sus líderes y las luchas de las sociedades judías en lograr algo que no es definible a través de objetivos idealistas inalcanzables, sino que lo es a través de los auténticos imperativos judíos de justicia y responsabilidad.

http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Titular/64985/

Un comentario en “El judaísmo no es democracia (griega)

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.